Propuestas y avances en la lucha contra los incendios forestales

El pasado mes de noviembre, la Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios, Tecnifuego, celebró la ‘III Jornada Técnica Lucha contra Incendios Forestales’ con la colaboración del Ministerio para la Transición Ecológica; ASELF, Asociación Española de Lucha Contra el Fuego, y la APTB, Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos. Un evento donde los diferentes expertos presentaron sus análisis, propuestas, oportunidades, avances e innovación en este sector.

Durante la presentación de la jornada, Antonio Tortosa, vicepresidente de Tecnifuego, destacó la importancia de celebrar este tipo de eventos para intercambiar conocimiento, puntos de vista y proponer temas de debate que sirvan para avanzar en la lucha contra los incendios forestales, “un tema que cada vez preocupa más a la sociedad, y en el que los especialistas tenemos que aportar soluciones”.

La inauguración corrió a cargo de María Torres-Quevedo, subdirectora adjunta de Política Forestal y Lucha contra la Desertificación del Ministerio para la Transición Ecológica, quien señaló que “para el Ministerio y para nuestra subdirección general, estas jornadas son de gran interés al presentar medidas de prevención y extinción” y recalcó el compromiso de España con el cambio climático y los fondos reservados desde la Unión Europea para combatir sus nocivos efectos, como son los incendios forestales, “invirtiendo en adecuación de las bases BRIF; modernización y nuevas adquisiciones de aviones nodriza, etc. El apartado NextGenerationEU está concebido para impulsar la recuperación, teniendo en cuenta la ecología, el impulso digital y la resiliencia”.

Asimismo, recordó en que “el MITECO, en el marco de sus competencias, dispone de un Centro de Coordinación de la Información Nacional de Incendios Forestales (CCINIF), realiza la coordinación nacional en materias de extinción y prevención de incendios forestales y refuerza a las Comunidades Autónomas en la atención a los incendios forestales”. Para finalizar la inauguración, resaltó las medidas que han tomado al respecto desde el Ministerio como “la modernización de la aviónica y la iniciación de un procedimiento de renovación de la flota con 7 nuevas unidades de aeronaves”.

A continuación, Ramon María Bosch, coordinador del Comité de Lucha contra Incendios Forestales de Tecnifuego, presentó a los ponentes y los temas a desarrollar. En primer lugar, Rafael Gómez del Álamo, jefe del Área de Defensa contra Incendios Forestales, del Ministerio para la Transición Ecológica, hizo ‘Balance de la campaña de incendios forestales 2021’ y adelantó algunas cifras globales de la campaña del presente año.

En concreto, el experto indicó que se han producido 8.008 siniestros y se han visto afectadas 85.144,56 ha de superficie forestal. Con respecto a la comparativa decenal, que es como se pueden apreciar las diferencias y cambios, se aprecia un descenso de los incendios tanto en número como en superficie y “pese a que los datos no han sido malos, ha habido un fallecido en el incendio de Jubrique (Málaga), hecho que ha empañado la campaña de este año”, lamentó Gómez del Álamo. “En concreto, en el decenio 2010-2020 -continuó explicando-, el total de siniestros es un 28,82% por debajo de la media siendo éste el tercer mejor año. En cuanto al total de la superficie forestal afectada, es un 10,36% por debajo de la media y se han producido 3 Grandes Incendios Forestales (GIF) menos que la media del decenio (21)”.

Con respecto a los GIF de 2021, ha habido 18 grandes incendios forestales que han supuesto un 54,20% de la superficie forestal total afectada. En este sentido, el ponente resaltó dos GIF:

Sotalvo-Navalacruz (Ávila): afectó a 21.138,66 ha, lo que supone un 24,83Ç% de la superficie forestal afectada. MITECO movilizó a este incendio medios aéreos y terrestres que realizaron 405 horas de vuelo y 2.072 descargas de agua. Es el 2º mayor GIF del decenio.

Jubrique (Málaga): afectó a 7.664,69 ha, lo que supone un 9% de la superficie forestal afectada. MITECO movilizó a este incendio medios aéreos y terrestres que realizaron 536 horas de vuelo y 2.387 descargas de agua.

Estos dos GIF han supuesto un 33,88% de la superficie forestal afectada. “El noroeste presenta la mayor superficie forestal afectada por incendios, pero este año han sido las Comunidades Autónomas del interior por el incendio de Ávila. Este año el número de incendios ha descendido. En superficies forestales afectadas en 2021 también ha bajado la media y eso es una buena noticia, al igual que es un dato positivo que nuestras intervenciones hayan descendido. El principal problema son los grandes incendios forestales que se descontrolan y es ahí donde tenemos que centrar nuestros esfuerzos implementando medios más potentes y con mayor capacidad de extinción. Desde el Ministerio hacemos una gran labor de prevención que, junto con la gestión forestal, es la principal clave para solventar un incendio”, sentenció el jefe del Área de Defensa contra Incendios Forestales, del Ministerio para la Transición Ecológica.

Este es el título de la siguiente ponencia, impartida por David Caballero, ingeniero de Montes y consultor internacional, quien ofreció información comparada entre algunos países mediterráneos con mayor incidencia de incendios como son Italia, Francia, Chipre, Grecia, Turquía y Argelia, todos los cuales tienen en común “la llegada de olas de calor, la sequía, la gravedad de los incendios que producen miles de evacuados, muertes, afectan a zonas turísticas y a la Interfaz Urbano Forestal (IUF)”. En este sentido aseguró que “es innegable que está habiendo un calentamiento que provoca largos periodos de sequía, un aumento de las temperaturas máximas y la externización de eventos meteorológicos. Además, estamos lidiando con fuegos que no solo queman un gran porcentaje de superficie, sino que son muy destructivos. Hay una cierta tendencia a la desertificación. Estamos llegando a un punto de no retorno en el que la prevención no va a servir de nada. Las igniciones cada vez tienen consecuencias más graves y es una situación que se generaliza a toda Europa”.

Así, los nuevos escenarios de incendio son escenarios con:

• Condiciones de sequía prolongada seguida de inestabilidad atmosférica.
• Simultaneidad en olas de calor, intencionalidad.
• Aparición de factores que propician desarrollos convectivos.
• Desarrollo inicial rápido, conducido por el viento.
• Simultaneidad de incendios, colapso del dispositivo.
• Mucha continuidad en el paisaje, incluso en estructuras agrarias.
• Poblaciones no adaptadas al paso del fuego.
• Afectación de instalaciones turísticas.

En concreto, el ponente explicó algunos de los proyectos desarrollados en Europa en los que participa, y que buscan integrar todos los aspectos y áreas. “Se trata de un concepto holístico para crear capacidad de respuesta a través del estudio, la investigación, los análisis de riesgos, haciendo comparativas entre las casuísticas de incendios reales y las simulaciones. Con todo ello, se buscan respuestas en materia de prevención, reducción de carga combustible, alterar el patrón de la vegetación, implementar jardinería preventiva, etc.”.

Para concluir, Caballero habló del Proyecto Fireurisk, financiado por Horizon 2020 y centrado en fuegos forestales extremos. También habló del Proyecto Intermed, específico sobre zonas IUF dentro de la iniciativa Medstar y financiado por el programa Interreg Marittimo (Italia-Francia) que busca establecer procedimientos comunes para la cartografía del riesgo. Y, finalmente, hizo referencia al Proyecto Wuiview, financiado por DG ECHO (años 2019-2020), liderado por la UPC-CERTEC, y centrado en la caracterización de la microescala de la interfaz.

Este tema fue tratado por José Francisco Espinosa Barranco, oficial del Consorcio de Bomberos de la Diputación de Málaga y vicesecretario de APTB, quien recordó algunos de los aspectos claves del pavoroso incendio de Jubrique donde murió un bombero del Infoca. Para poner en contexto la situación, explicó los incendios forestales de Sexta Generación, los cuales “se caracterizan por ser capaces de modificar la meteorología de su alrededor y por su comportamiento errático, lo que plantea una dificultad máxima a la hora de combatirlos”.

Debido a las características del mismo, señaló Espinosa Barranco, este ente con alma propia crea sus propias condiciones meteorológicas, corrientes convectivas, remolinos, tormentas, cambia de rumbo, acelera… Son fuegos que superan la capacidad de extinción de las brigadas forestales, cuyo límite son llamas de tres metros y velocidad de propagación de 2 km/h. “No por añadir más medios se consiguen operaciones de mayor éxito, la clave para combatirlos no está en adquirir más medios humanos y materiales, sino que los esfuerzos deben centrarse en la prevención, apostando por los aprovechamientos del entorno rural”.

Con el contexto explicado, el experto analizó cronológicamente el incendio forestal de Ubrique del pasado 8 de septiembre, el cual es considerado de sexta generación y el primero que ocurre en España de esta categoría. Este incendio que tuvo en jaque a 1.000 profesionales de los equipos de protección y extinción enseñó importantes lecciones como, por ejemplo, que fue un incendio descontrolado, con una carga de fuego extrema y que creó su propia meteorología; la colaboración y buena coordinación entre las distintas entidades en la extinción; todos los recursos, coordinados, etc. “El seguimiento que se hizo en el incendio por parte de los expertos en meteorología fue fundamental para la toma de decisiones, se optó por llegar al umbral del incendio y no actuar, sino observar la evolución para cuando se pudiera intervenir".

Sobre esta norma, publicada hace unos días, habló Sheila Espasa, presidenta CTN23 SC5 GT Retardantes, y miembro de Tecnifuego. Antes de entrar en materia, la ponente explicó que los retardantes “son productos que, incorporados con agua y mediante mecanismos físico-químicos, pueden retardar el fuego y, si la intensidad lo permite, llegar a pararlo” y destacó dos tipos:

1. Retardantes a corto plazo (espumas, humectantes, viscosantes). El agua que se deposita sobre la vegetación, cuando se evapora, pierde su eficacia. Funcionan mediante enfriamiento, por absorción de calor.
2. Retardantes a largo plazo (polifosfatos). Aunque se evapora el agua, el producto aplicado mantiene su eficacia. Trabajan modificando el proceso de combustión de los materiales celulósicos, evitando la formación de llama y dejando un residuo carbonoso.

Y, ¿por qué surge la noma? Según señaló Sheila Espasa, las técnicas de extinción más eficaces incluyen el uso de productos químicos que, interfiriendo en el proceso de combustión, reducen la velocidad de propagación del incendio creando un cortafuego químico que se puede emplazar próximo al incendio actuando según las estrategias y las indicaciones del jefe de extinción.

“El uso correcto de estos productos químicos implica un conocimiento adecuado de sus características y su empleo, así como es fundamental identificar las propiedades químico-físicas y de eficacia que definen este tipo de productos”, aclaró e indicó que, a través de Tecnifuego, se plantea la necesidad de desarrollo de una norma para retardantes de largo plazo, adecuados para la aplicación en incendios forestales. Para ello se creó un grupo de trabajo (fabricantes/distribuidores, laboratorios, técnicos, universidades…) y se dio comienzo al desarrollo de la misma a través de una serie de reuniones de trabajo.

Tal y como afirmó la experta, los objetivos de la norma son garantizar la eficacia, la manejabilidad y las necesidades logísticas y reducir el impacto que puedan tener sobre las zonas aplicadas. Por su parte, el objeto de la norma no es otro que especificar los requisitos para las propiedades físicas y químicas, los requisitos de comportamiento mínimos (eficacia) y demás propiedades para los retardantes de largo plazo basados en fosfatos y polifosfatos, adecuados para la aplicación en incendios forestales.

La Norma recoge “las metodologías que se han desarrollado para la evaluación de las diferentes características de los retardantes de largo plazo, como son: viscosidad, PH, densidad, determinación de P2O5, separación de fases, concentración de sales de P2O5, miscibilidad, corrosión, eficacia ante el fuego, toxicidad e impacto ambiental, y color”. Además, según concluyó Sheila Espasa, “es importante que el retardante de largo plazo, después de la dilución en agua a la concentración recomendada, no presente en su uso normal un riesgo significativo para las personas y un impacto negativo medio ambiental. Como cualquier producto químico, es necesario que vaya acompañado de la hoja de seguridad de acuerdo al reglamento (CE) nº 1272/2008 sobre clasificación, etiquetado y envasado de sustancias y mezclas para asegurarse que los clientes reciben información sobre los riesgos. La hoja de seguridad debe ir acompañada de la hoja técnica, donde se describen los principales parámetros físico-químicos y se dan las recomendaciones de uso, almacenaje y dosificación de la mezcla óptima entre otras”.

Este es el título de la última de las ponencias de la jornada, la cual fue impartida por José Ramón Peribáñez, Dr. ingeniero de Montes. Inspector del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid. En representación de ASELF. El ponente aportó una nueva metodología estadística de cálculo del riesgo de las pólizas de los terrenos forestales que permita incentivar el sector del aseguramiento, potenciar el sector forestal, mejorar las masas forestales y su resiliencia, disminuir el riesgo de incendios y “por añadidura, mejorar la financiación de los servicios de éxito gracias al incremento de la contribución especial que las empresas aseguradoras destinan a este concepto".

Para finalizar, tuvo lugar la ‘Mesa redonda de interfaz urbano forestal’, la cual contó con un animado debate y la participación de los ponentes y algunos asistentes a la jornada.

• Entre las conclusiones principales, Ramon María Bosch, destacó las siguientes:
• Ordenación territorial, imprescindible para la gestión de IIFF, aportando soluciones de aprovechamiento forestal locales: ganadería, madera…
• Colaboración y coordinación entre entidades y especialistas
• Concienciación de la población. Promover la implementación de los planes autoprotección
• Importancia de las nuevas tecnologías de prevención y extinción, y computación y simulación para ofrecer soluciones integradas.
• Necesidad de más regulación, más formación y más concienciación.
• Incorporación del riesgo en la ordenación territorial y en la gestión forestal.
• Es el momento de avanzar en una normativa en la interfaz UIF. Una normativa que recoja protección en la edificación, jardinería preventiva, cortafuegos, material de extinción, etc.