ASOMA colabora en la organización de una jornada sobre marcado CE
Con la apertura del mercado único europeo en los años noventa, la Unión Europea desarrolló diversos instrumentos para eliminar las barreras a la libre circulación de mercancías. Lo que se pretendía era simplificar la comercialización de forma que los productos no tuvieran que ser previamente homologados para confirmar que eran seguros y que podían venderse sin problemas en los países de la Unión Europea. Con ese fin se estableció el marcado CE.
El marcado CE se erige así como símbolo de la conformidad de determinados productos con los requisitos esenciales de seguridad, salud y protección de los consumidores y es obligatorio para que éstos puedan comercializarse en el territorio de la Unión Europea, cuando así lo establezca la legislación europea de aplicación.
En el caso de los cerramientos, y en particular las ventanas, las puertas peatonales, las puertas industriales, comerciales, de garaje y portones, el marcado CE significa que el producto cumple los requisitos que marca el Reglamento de Productos de la Construcción (Reglamento UE 305/2011) vía especificaciones técnicas armonizadas, incluyendo los sistemas de evaluación de la conformidad.
Este reglamento, que entró en vigor el 1 de julio de 2013 sustituyendo a la DPC (Directiva de Productos de Construcción), implica cambios en todos aquellos aspectos relacionados con el marcado CE de dichos productos; ya sea respecto a los Organismos Notificados, a las Declaraciones de Conformidad o a la propia etiqueta de marcado. Sin embargo, no todas las empresas y agentes encargados de poner en el mercado estos productos están al corriente de las obligaciones que esta legislación de armonización técnica europea les impone o, en el caso de conocerlas, existe cierta confusión al respecto que impide su correcto cumplimiento.
La jornada tenía como objetivo informar y aclarar a fabricantes y demás agentes, así como a los usuarios del significado e importancia del marcado CE y de las novedades, implicaciones y obligaciones que supone la nueva legislación europea que desde julio del pasado año aplica a las ventanas y puertas industriales, comerciales, de garaje y portones, entre otros elementos del cerramiento vinculado con la construcción.