El proyecto Centro Cívico – Plaza de la Libertad de la ciudad colombiana ha transformado la centralidad de la ciudad
Medellín, regeneración urbana y arquitectónica para la reparación social
Tratando de olvidar una historia reciente tristemente marcada por la violencia y proyectándose hacia el futuro, Medellín vive una progresiva transformación urbana con las vistas puestas en recrear una ciudad que proporcione mejores servicios y oportunidades a sus habitantes y a los de su área de influencia. La arquitectura y la planificación urbana forman parte de este cambio de escenario.
Medellín, la capital del departamento de Antioquia, es la segunda ciudad de Colombia, con cerca de tres millones de habitantes. Asimismo, la ciudad es también la principal entidad urbana del área metropolitana del Valle del Aburrá, que comprende otros diez municipios. En total, esta región metropolitana cuenta con una población cercana a los cuatro millones de habitantes.
En 2005, vivían en todo el Valle del Aburrá 3.312.000 personas y dos millones y medio en la capital antioqueña. Desde entonces hasta ahora, la ciudad ha tenido un incremento anual de cerca de 30.000 habitantes, debido a su crecimiento vegetativo natural y por la emigración desde otras zonas de la región y del país.
La ciudad se extiende de norte a sur a lo largo del río Medellín, con una estructura urbana acorde a los seis estratos sociales en que se constituye la sociedad colombiana, correspondiendo el estrato 1 al más bajo y creciendo progresivamente hasta el más alto. Así, algo más de un millón de personas en la ciudad vive lejos de los equipamientos sociales, en zonas de alto riesgo de marginación o con signos visibles de deterioro urbano.
Los diferentes conflictos que ha sufrido el país (guerrilla, narcotráfico, paramilitares…) ha dado origen a que decenas de miles de habitantes de zonas rurales, donde estos conflictos se han sufrido de mayor manera, se hayan visto desplazados a lo largo de décadas de sus hogares para buscar refugio en las ciudades. En el caso de Medellín, estos recién llegados han ocupado las laderas del valle por el que discurre el río y se extiende la gran ciudad, donde han proliferado barrios o comunas informales con escasos recursos y grandes carencias en vivienda y servicios, con graves problemas asociados de delincuencia y violencia social.
Durante muchos años, estos barrios populares han estado desconectados de la ciudad central, ensanchando todavía más las diferencias sociales. Sin embargo, desde mediados de la década de 2000, las administraciones locales y estatales decidieron apostar por la regeneración urbana de Medellín. La mejora del transporte urbano con la creación del Metro –el primero de Colombia- y del Metrocable –líneas de teleférico que conectan las comunas con el Metro-, la reciente entrada en funcionamiento del tranvía y nuevas líneas de autobús, contribuye a crear una conciencia urbana más integrada, aunque el camino para resolver los problemas de convivencia y desigualdad social y rebajar las tasas de delincuencia todavía es largo.
El metro y el metrocable han contribuido a cohesionar la ciudad, las comunas y el área metropolitana de Medellín. Fotos: AFL.
En todo ello también está interpretando un papel importante el desarrollo de proyectos arquitectónicos que tienen como objetivo regenerar la trama urbana y crear espacios públicos y de servicios abiertos a toda la población. Uno de estos proyectos es el del Centro Cívico - Plaza de la Libertad, cercano a La Alpujarra, el centro administrativo de la ciudad. Este proyecto, desarrollado por Toroposada Arquitectos y OPUS oficina de proyectos urbanos, comprende diversos elementos, como un auditorio, espacios públicos, el bosque de La Libertad, un edificio que acoge la sede de la televisión regional y un edificio institucional de dos cuerpos que destaca sobre el conjunto.
Centro Cívico – Plaza de la Libertad
El equipo de arquitectos Toroposada – OPUS define el proyecto de Plaza de la Libertad como “una apuesta por la construcción de una arquitectura con identidad local y tropical, donde las condiciones sociales, ambientales y climáticas son punto de partida. Uno de sus principales valores es su emplazamiento urbano, el cual surge de la lectura de los diferentes períodos de construcción del centro de la ciudad en donde se localiza, conformando calles, recintos públicos y zonas para actividades comerciales y de encuentro en sus primeras plantas en contacto con la naturaleza”.
El proyecto ha incorporado elementos tradicionales de la arquitectura de Medellín, como los patios, las terrazas, los puentes y balcones, transportados de manera contemporánea a una tipología de edificio de oficina. “Es una invitación a un modelo de ciudad que incorpora activamente la vegetación en sus espacios urbanos y arquitectura para representar una sociedad que convive en la exuberancia y fertilidad propia de su territorio”, añaden los arquitectos.
El Centro Cívico Plaza de la Libertad es un proyecto de usos mixtos, con un edificio institucional que acoge oficinas públicas de la Alcaldía de Medellín y la Gobernación de Antioquia, el canal regional Teleantioquia, auditorios, zonas comerciales, 700 aparcamientos, 15.000m2 de espacio público y un hotel de futura ejecución.
Sostenibilidad y eficiencia energética
Según explica el equipo de Toroposada - Opus, el Centro Cívico - Plaza de la Libertad aplica criterios de sostenibilidad buscando modelos de eficiencia y gestión sostenible bajo marcos de certificaciones internacionales. “El proyecto entiende el contexto tropical y plantea diversas estrategias de mitigación de impactos y ahorro energético vinculadas desde su concepción. Las estrategias se vinculan directamente a la arquitectura haciéndola parte de la imagen y estructura del mismo edificio”.
Algunos de estos criterios son:
* Gestión energética: Mediante la eficiencia constructiva de prefabricados en la torre institucional, plataforma pública y modularidad de los cerramientos. A ello se añade la construcción de una placa estanca para evitar el consumo continuo de energía por bombeo de nivel freático.
* Gestión de los materiales: Los prefabricados de fachada se utilizan como herramienta de control térmico en el interior de la torre, generando una cámara de aire entre el prefabricado y la superficie vidriada del interior.
* Ventilación natural cruzada: Esta opción se encuentra en el 30% del proyecto. Las zonas comunes y de circulación aprovechan los vientos predominantes del norte.
* Luz natural: Se aprovecha el recurso lumínico natural en el interior de las oficinas, minimizando el consumo de energía.
* Gestión del agua: Se emplean sistemas de reducción del consumo en general, tales como grifería con dispositivos de reducción de caudal, fluxómetros con sistemas de bajo consumo, inodoros con sistemas de bajo volumen como mecanismos adicionales al sistema de recolección de aguas grises aptas para ser utilizadas en riegos, descargas sanitarias, refrigeración de aires acondicionados y fuentes.
Fachadas que evocan la identidad local
En el diseño de las fachadas del edificio institucional se buscaba evocar la frondosidad de la floresta tropical colombiana, con elementos que recordaran las peculiaridades de la arquitectura antioqueña y que, al mismo tiempo, proporcionaran una adecuada protección ante el sol en el interior de las oficinas.
“Las fachadas de las torres recrean la textura de la corteza de dos grandes árboles emergentes, en una búsqueda de proyectar una nueva imagen de arquitectura en trópico. Este lenguaje además resuelve la protección térmica del interior cambiando de densidad según la dirección de la fachada y diluyendo la relación interior-exterior con el paisaje urbano. Son los principios de las edificaciones. Las terrazas, los puentes y balcones de la torre institucional son lugares creados para continuar con la tradición arquitectónica de Medellín de espacios intermedios entre el interior y el exterior”, explica el equipo de Toroposada – OPUS.
“Para lograr esta imagen y búsqueda de la reducción del consumo de energía –prosiguen-, se optó por instalar elementos prefabricados en concreto combinados con la estructura pigmentada vaciada en sitio, lo cual disminuye el impacto solar sobre la fachada variando su densidad de acuerdo a su ubicación. Esto además reduce entre el 3 y el 8% las necesidades térmicas de la edificación, pues crea una cámara de aire entre la piel de concreto y el vidrio de baja emisividad, con lo que se reduce considerablemente la incursión térmica al interior de las oficinas”.
Secciones transversales del edificio institucional. Imagen: Toroposada - OPUS.
En la fase de proyecto se estimó que todas estas soluciones podrían suponer un ahorro energético de un 35% en comparación con sistemas tradicionales aplicados a edificios de la misma tipología, si bien, los arquitectos responsables de la obra admiten no conocer “un estudio posterior a la construcción que permita cuantificar y comparar las estimaciones con la realidad”.
Materiales empleados
Se han empleado materiales de larga vida útil, reciclables y de bajo mantenimiento. Hormigón, vidrio, acero y aluminio son los materiales más utilizados en los diferentes componentes del proyecto. Estos materiales no tienen recubrimientos de acabados innecesarios, con lo que las superficies se dejan envejecer naturalmente y desarrollan con el tiempo una pátina de materiales y colores naturales. Todos han sido modulados de tal forma que se eviten desperdicios y se saque el máximo provecho de las medidas comerciales para lograr un sistema constructivo más eficiente que evite incurrir en sobrecostes. El uso de elementos prefabricados en obra también ha sido una de las premisas de diseño, para reducir costos de transporte y de emisiones al medio ambiente.
Detalle de la fachada del edificio institucional. Foto AFL.
Integración urbana
El proyecto del Centro Cívico – Plaza de la Libertad ha contribuido a regenerar espacios urbanos dedicados en el pasado a actividades industriales y comerciales para conectarlos con el área administrativa de la ciudad y así crear una nueva unidad urbana. “La Plaza de la Libertad –explica el equipo Toroposada- OPUS- se une al conjunto de desarrollos del sector administrativo de La Alpujarra, los cuales unen el centro tradicional con el río Medellín, generando una centralidad metropolitana que aprovecha antiguas área de almacenes e industria”.
“El proyecto reconoce el entorno y da continuidad al primer piso existente amplificando su oferta con tres niveles públicos, ubicando en ellos el bosque en el nivel -1, lo que implicó la construcción de los parqueaderos bajo la vía pública con el fin de liberar el suelo para las raíces de los árboles; el patio de agua y circulación principal en el nivel 0.0 y la plaza en el nivel +1, el cual sirve como espacio de eventos y de acceso a las torres institucionales. Todo esto aumenta la capilaridad urbana en los recorridos peatonales y la generación de ambientes urbanos con presencia de vegetación reduciendo la isla de calor”, concluyen.
Edificio Bancolombia
Otro de los edificios singulares que destacan en la transformación urbana de Medellín es el Edificio Bancolombia. Inaugurado a finales de 2008, sus especificaciones le permitieron en 2012 obtener la certificación LEED Oro. Esta certificación se otorga a proyectos de construcción que cumplen con los más altos requisitos en materia de eficiencia energética y bajo impacto ante el medio ambiente.
El edificio, ubicado en un lugar estratégico de la ciudad, comenzó a construirse en 2006 como resultado de la necesidad de consolidar a 4.000 empleados que operaban en más de 14 edificios distribuidos por toda la ciudad. La firma IA, Interior Architects, fue la escogida para desarrollar el proyecto. El edificio fue construido siguiendo los estándares de USGBC.
El edificio está formado por dos grandes volúmenes de doce plantas conectados entre sí por una pasarela de vidrio a la vista. En total, la obra cuenta con 74.400 m2. Su diseño se fundamentó en cuatro principios: flexibilidad, sostenibilidad, sencillez y sobriedad.
La gran superficie acristalada de sus fachadas supone una gran aportación de iluminación natural. Así, la principal circulación por las instalaciones del edificio se situó en el perímetro del edificio, con lo que las ventanas y vistas resultan ser áreas comunes para que los más de 4.000 empleados que acoge puedan disfrutar de la luz natural.
Para ajustarse al plazo de entrega del edificio, la obra se construyó como si se alzaran dos obras dentro de otra mayor. La firma constructora Muros y Techos, S.A. dividió el edificio en dos torres (norte y sur) que, a su vez, fueron divididas en dos zonas de trabajo. De esta manera, la estructura y los acabados de fachada podían construirse prácticamente al mismo tiempo.
Museo de Arte Moderno de Medellín
Medellín también ha dedicado especial interés a la creación de espacios dedicados a la difusión cultural, como es el caso del MAMM, el Museo de Arte Moderno de Medellín.
Este edificio es el resultado de la expansión de esta institución. El resultado es un edificio emblemático, con cinco niveles y una entreplanta donde se localizan oficinas, auditorio, salas múltiples, salas permanentes y restaurante. El proyecto es obra de Grupo Utopía, formado por los arquitectos Jorge Mario Gómez, Patricia Gómez y Fabio Antonio Ramírez.
El edificio se localiza en un área de la ciudad con pasado industrial, muy cerca de la nueva sede de Bancolombia. Esta área, tras una época de florecimiento económico, entró en un periodo de abandono y fue recalificada para una reconversión urbana. Esta zona es conocida como Ciudad del Río.
Aquí se alzaba la antigua planta de la Siderúrgica de Medellín y, como parte de ésta, el edificio Talleres Robledo, de 1939, donde fue realojado el MAMM, que había quedado pequeño en su anterior emplazamiento. La arquitectura del taller se conservó como base del nuevo proyecto.
La fachada principal se despega del resto de la estructura y se presenta como un cubo independiente que actúa a modeo de acceso y recepción hacia la nave central.
La fachada del MAMM se construyó con paneles de GRC (Glass Reinforced Concrete) que permitieron otorgar formas geométricas complejas, módulos más ligeros y de menor espesor, acordes con las exigencias arquitectónicas del proyecto. El hormigón prefabricado permitió la consecución de altos estándares de calidad para obtener hormigones a la vista.