Cuanto más diferenciado sea el valor sobre nuestra competencia y más sostenible en el tiempo, mejor
Las personas de tu equipo son vitales para obtener resultados
En otros artículos ya publicados por Novoperfil o que podéis encontrar en nuestro blog, www.persocerramiento.es, en varias ocasiones ya hemos tratado mucho la importancia de las metodologías de mejora de productividad, en qué consisten y cómo implantarlas. Por ello, con este artículo quiero que te replantees la importancia de las personas junto con los métodos nuevos para conseguir resultados.
Estoy atascado, no consigo mejorar mis resultados. Cuántas veces te has preguntado ¿por qué no estoy consiguiendo los resultados deseados? ¿Qué puedo cambiar o hacer? ¿Los procesos y métodos que tengo, son los adecuados o podrían mejorarse? ¿He sabido rodearme de buenos responsables?
Cuando llegamos a una empresa, interesada en que le ayudemos a implantar un proceso de mejora de productividad (Lean Windows Perso) o de calidad, nuestra primera pregunta siempre es la siguiente: ¿qué tal es tu gente, tu equipo de trabajo? ¿Y el responsable o encargado, tiene visión y ganas de cambiar, de mejorar? O, sin embargo, ¿le cuestan los cambios?
Lo que NO pregunto es ¿cuánto sabe de ventanas? Sinceramente, eso me da lo mismo.
Como aproximadamente, el 75% de las respuestas coinciden en que al responsable de producción le cuestan los cambio, mi siguiente objetivo es saber si el responsable en cuestión se va a dejar ayudar, si hay posibilidades de cambiarlo, de reconducirlo, hacerlo un excelente encargado y si contamos con el apoyo y ayuda de la gerencia. Así que vamos a ello, pero por favor, antes de continuar leyendo, te pido que pienses durante 5 minutos que está ocurriendo en tu empresa.
La correcta elección de los responsables de productividad
¿Ya lo has pensado? ¿De verdad?. De ser así, ahora puedes continuar.
Seguro que ahora estarás pensando, ¿y por qué preguntarán eso y no cuánto sabe de ventanas? Pues muy sencillo, porque con responsables que no asumen que las cosas pueden mejorar, estando convencidos de que nadie puede enseñarles nada, los resultados tras nuestros proyectos de implantación de la metodología, aun siendo importantes, ‘alrededor de un 40% de mejora de productividad’, son menores a los conseguidos en aquellas empresas donde los responsables están predispuestos a la mejora y al cambio, independientemente del grado de conocimiento que tengan en ventanas. Aparte, conseguir la mejora nos requiere más tiempo.
¿Y sabéis quien debe impulsar y promover y fomentar que los responsables tengan esa visión y actitud al cambio y a la mejora?
Después de los 11 años que llevamos implantado la metodología a nivel externo y analizando por qué unas empresas son bastante más productivas que las otras, la respuesta es muy, pero que muy obvia y sencilla. La gerencia o la dirección, en estos casos, está formada por verdaderos líderes que creen en una mejora continua entendida como un sistema que promueve y fomenta dentro de la empresa la práctica continua de mejoras, y que no solo lo impulsan, sino que ponen los mecanismos para llevarlo a cabo e implantarlo.
Entonces, ¿ahora nos ha quedado claro de quién depende inicialmente que tengamos un buen equipo que nos facilite conseguir los resultados? Ahora las preguntas son ¿por qué solemos fallar en la elección de nuestros responsables?, ¿qué hacemos mal? ¿por qué pasa esto?
Primer error, pensar que es requisito indispensable que el encargado sepa de ventanas y que éste se reconside requisito suficiente.
Lo primero que debemos saber es que lo que antiguamente conocíamos como gestión de la producción, hoy en día se llama dirección o gestión de operaciones y nada tiene que ver con la antigua gestión de producción.
Adaptarnos a la evolución de la empresa
En esta vida TODO, TODO cambia, y si nosotros aprendemos y evolucionamos nuestros responsables y nuestra empresa también lo harán.
Ahora vamos a entender de qué trata este nuevo concepto de operaciones de hoy y por qué surge. Para lo cual, debemos saber que en los años 70, a raíz de la intensa crisis, el departamento de producción, que es como se llamaba antiguamente, era un departamento puramente técnico cuyo objetivo se centraba básicamente en fabricar ventanas y en controlar su calidad.
Hoy en día algunos dueños o gerentes siguen pensado en la producción bajo estos mismos términos o conceptos, por lo que continúan valorando al encargado por el número de tipologías de ventanas que sabe fabricar (oscilobatientes, elevadoras, plegables, osciloparalelas, puertas de entrada…). Cuantas más conozca, mejor encargado va a ser, sin valorar ni conocimientos de gestión, ni actitudes y habilidades con el equipo.
Nunca he sido capaz de entender este concepto. ¿Acaso, el resto de trabajadores no saben fabricar ventanas? Puede ser que no todos sepan fabricar ventanas especiales, pero seguro que tendrás uno o varios especialistas, ¿verdad?. Entonces, ¿por qué no hacemos que tu responsable se diferencie del resto con conocimientos nuevos más importantes para la buena gestión y marcha de tu empresa?
El departamento de operaciones
Continuando con la historia, este departamento de producción, debido a una serie de cambios sustanciales que afectaron a los hábitos de consumo y a una mayor exigencia por parte de los consumidores, se convirtió en el departamento de operaciones, que junto con las áreas de marketing -comercial y finanzas-, deben conformar los departamentos claves para la buena marcha de la organización.
Es el que se encarga de transformar las materias primas (perfiles, herrajes, etc., similares a los de la competencia, sin ningún valor añadido inicial para el cliente), en un producto acabado, “una ventana”, que al final debe tener un alto valor añadido, el cual debe ser apreciado por nuestros clientes. Por lo que su finalidad, es la de encontrar y conseguir ventajas competitivas para la compañía (fabricando las ventanas con menores costes, mejor calidad final, mejor plazo de entrega y un valor y satisfacción mejor percibidos por nuestros clientes que los de nuestra competencia).
Cuanto más diferenciado sea el valor con respecto al de la competencia y más sostenibles en el tiempo, mejor, por lo que si este departamento no está bien gestionado perderemos competitividad y ventas.
Por ello, hoy en día las decisiones y gestiones que tomamos en este departamento y, por ende, su responsable, afectan directamente sobre los resultados y la buena marcha de la empresa, ya que se trata del departamento que gestiona una gran parte de los recursos de la empresa: capital, personal, materias primas y energía.
Por lo tanto, estaréis de acuerdo conmigo que ya no podemos pensar en que un buen encargado de producción solo debe saber de ventanas y ser un buenísimo técnico, sino que debe saber muchas, muchísimas más cosas (debe saber de tiempos, de capacidades productivas, de planificación, de calidad, de desperdicios, operaciones que no aportan valor, de costos de producción…) y disponer de unas actitudes que si no las tiene tendrá que adquirirlas (pero esto lo veremos en una próxima entrada).
Si no pensamos así nos hemos anclado en el pasado y no hemos evolucionado a la nueva era de gestión de las empresas modernas y competitivas que cada día, por suerte, son muchas más en este sector tan maravilloso.
No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos. (Albert Einstein).
Estrategia, táctica, formación
Para que lo entendáis de una forma muy sencilla y haciendo un símil con el fútbol, estaréis de acuerdo conmigo en que no todos los buenos jugadores de fútbol son buenos entrenadores.
Voy a recordar el caso de Cruyff, que rompió moldes en el fútbol moderno. ¿Pero por qué? Porque se convirtió en un auténtico ‘pensador’, con visión preclara sobre la estrategia y la táctica a desarrollar por su equipo. También podemos pensar en un Pep Guardiola, quien consiguió 6 títulos oficiales en un mismos año y fue nombrado mejor entrenador del año del 2009 al 2011. Pero estaréis de acuerdo conmigo en que ambos entrenadores, tenían conocimientos mucho más amplios de lo que solo es jugar al fútbol.
Entonces, ¿por qué en nuestras fábricas tendemos a poner de responsables a buenos jugadores de fútbol sin conocimientos ni de gestión, ni de liderazgo de personas, ni de eficiencia, ni de tiempos de fabricación, ni de costes?
Tendremos que formales, entrenarles, darles la oportunidad. De no ser así, lo que conseguiremos es que nuestras empresas estén gestionadas por excelentes oficiales de primera, no por auténticos gestores y líderes.
¿Quién dijo que era fácil? Lo mejor de todo esto es que al final las personas están deseando de aprender y progresar y si se les ayuda dejan de oponerse al cambio porque encuentran el camino para entender cómo conseguir ese cambio y alcanzar los resultados.