La optimización del transporte

Con la llegada de internet y la revolución en las comunicaciones, y sobre todo, en nuestra forma de comunicarnos, el transporte por carretera, como principal medio de transporte en nuestro país para mercancías a nivel nacional e internacional, tampoco queda ajeno a este nuevo modo de contratación de servicios.

A mediados de los ochenta, una empresa francesa, Teleroute, creaba una plataforma telemática en la que ponía en contacto cargadores y operadores logísticos con transportistas. Nacía de este modo, de forma cerrada por el momento, la primera bolsa de carga en Europa a través de la tecnología desarrollada en el país galo, Minitel, considerada el preludio europeo a Internet. Un servicio de la compañía PTT (La Poste y France Telecom) que no requería de ordenador, simplemente de un dispositivo o 'terminal tonta', así le llamaban a una pantalla con un teclado, que ofrecía servicios tales como guía telefónica, compra-venta al por menor, compra de billetes de tren y avión, información de empresas, mensajería, foros, y entre ellos, la primera bolsa de cargas europea para transportistas.

Una década más tarde, con el uso generalizado de internet en todo el mundo, Teleroute daría el salto a la red, y otras empresas se crearían con la misma finalidad, conectar la comunidad del transporte para conseguir, entre otras premisas, minimizar los viajes en vacío de los vehículos pesados que recorren a diario nuestras carreteras.

Las bolsas de carga funcionan como intermediarios en línea entre empresas que necesitan transportar mercancías y los transportistas. El comprador del servicio describe de la forma más detallada el tipo de transporte que necesita y el perfil de la mercancía que tiene, peso, tipo, lugar de salida y destino, así como las necesidades de entrega, si las hubiera. Los usuarios adscritos a la bolsa de carga buscan entre todas las ofertas aquella que mejor se ajusta a sus posibilidades, comenzando por el lugar en que se encuentra, tipo de mercancía que puede transportar en su vehículo pesado o si se trata de una carga completa o aprovechar una parte del vehículo para completarlo y maximizar de este modo, el trayecto.

La bolsa de carga detalla los países de origen y destino, el kilometraje a realizar, así como el peso y cómo está organizada la mercancía. Se describe el tipo de vehículo que se necesita y las preferencias del cliente.

En nuestro país, un buen número de transportistas han encontrado en las bolsas de carga un medio para reducir sus viajes de vacío, pues cabe destacar que, en nuestro país, más del 75 % de las empresas del sector son autónomos y PYMES de menos de tres vehículos. Estas pequeñas empresas tienen sus propios clientes para los que distribuir y transportar sus mercancías, o incluso, trabajan para grandes empresas de transporte que contratan habitualmente autónomos para resolver puntas de trabajo del sector en el que se enmarcan, pero en muchas ocasiones, estos clientes no cuentan con un retorno de mercancía para que el vehículo y el transportista regresen con otro porte. No en pocas ocasiones, se ve obligado a realizar un retorno en vacío que no hace otra cosa que comerse el margen de beneficio para estas empresas transportistas, pues hablamos de doblar el gasto de kilometraje, peajes, combustible y otros, que en ningún caso pueden achacar al transporte de ida realizado.

Según datos del propio Ministerio de Fomento, en los últimos cinco años el número de vehículos pesados autorizados para el transporte de mercancías ha crecido en 10.000 unidades por año, alcanzando una cifra en 2020 en nuestro país de 362.177. Si seguimos comprobando las cifras del mismo estamento, sólo en el territorio nacional, el 46,74 % de las operaciones efectuadas en 2019 fueron de vacío. Realmente, un porcentaje elevadísimo que perjudica tanto la economía como el medioambiente.

En este otro caso, se detalla la mercancía el origen y destino para que el transportista interesado pueda enviar su presupuesto.

En la actualidad, en nuestro país operan más de una decena de bolsas de carga, que con los avances en comunicación telemática solo han propiciado el crecimiento y el desarrollo de plataformas y aplicaciones para todo tipo de soportes; ordenador, smartphone, tablet, etc. Empresas que a diario ofertan y tramitan cientos de miles de operaciones de transporte y con más de 500.000 usuarios o transportistas en el Viejo Continente. Además de facilitar y aproximar la búsqueda de operaciones en cualquier dispositivo, algunas de estas plataformas dan un paso más allá ofreciendo garantías de cobro, filtros de calidad y solvencia entre las empresas que ofrecen las cargas, o incluso el pago rápido.

Con el auge del e-commerce y las ventas online desde cualquier parte del mundo, este tipo de soluciones pueden contribuir a rentabilizar el transporte de mercancías por carretera y convertirse en un sector más sostenible, sin comprometer el ‘just in time’ al que el sector se ve sometido desde sus inicios, ni su sostenibilidad.