Baterías físicas para autoconsumo: la solución a las variaciones del precio de la energía
Con el despliegue masivo de las instalaciones de autoconsumo en España, sobre todo de ámbito doméstico, ha surgido el concepto de 'bateria virtual', que algunas comercializadoras ofrecen como alternativa a las baterías físicas. Pero existen dos características clave de las baterías reales ante las que no pueden competir los también llamados monederos virtuales: la tranquilidad de la que disfrutan los consumidores frente a las fluctuaciones de los precios energéticos, por un lado, y la independencia energética que pueden alcanzar gracias a las baterías físicas, por otro. En este artículo, sonnen explica las diferencias entre ambas propuestas y expondrán cómo las baterías físicas ofrecen valor, flexibilidad y control sobre el futuro energético.
Diferencias entre las batería físicas y el monedero virtual
Lo primero es saber en qué consiste exactamente cada alternativa y cuál es su funcionamiento.
Una 'batería' virtual es un servicio que acumula en euros el valor de los excedentes energéticos vendidos por el cliente a la comercializadora, que es quien fija el precio del excedente. Por tanto, no deberíamos denominarla 'batería', sino monedero virtual, pues no forma parte de la instalación de autoconsumo.
Este precio siempre será oscilante porque toma como referencia el PVPC del mercado eléctrico de ese día concreto en horas de sol, que es cuando hay más oferta y, por tanto, el precio es bajo, tendiendo incluso a cero en un futuro cercano. Muy diferente al precio de la noche, donde evidentemente existe menos oferta.
De esta manera, como cliente se queda expuesto a la ley de oferta/demanda para compensar en la factura eléctrica la energía que tendrá que comprar sí o sí cuando no haya suficiente sol, llueva y por la noche y, obviamente, no pueda generar energía ni autoconsumirla.
La primera conclusión clara es que el monedero virtual no almacena energía ni se puede recurrir a ella cuando se necesite, motivo por el cual no puedes extraer todo el rendimiento y potencial de la instalación fotovoltaica, que debe estar perfectamente dimensionada. Por lo tanto, no transacciona con kWh.
La segunda conclusión importante reside en que la comercializadora siempre velará por sus intereses a la hora de proponer un modelo de compensación. En cambio, una batería física es un sistema inteligente de almacenamiento energético que permite consumir el mínimo de energía posible de la red eléctrica (logra una autosuficiencia de hasta el 95%), permite la práctica del autoconsumo las 24 horas del día y provee energía de respaldo ante posibles cortes de suministro.
Gracias a los excedentes de energía acumulados, el usuario podrá gestionar y controlar su energía en función de sus necesidades diarias reales, ahorrando esa energía al precio que su compañía eléctrica se la cobra.
Ahorro económico en la factura
Analicemos entonces la factura eléctrica.
En una factura tipo, el 80% del importe corresponde al término de la energía, el 20% al término de potencia y además se aplican los impuestos vigentes.
La batería física, que se carga de manera gratuita a mediodía con los paneles solares, permite autoconsumir el excedente acumulado durante la noche. La consecuencia es que se está dejando de pagar en la factura los siguientes conceptos, a los que sí se debe hacer frente con un monedero virtual:
- Peajes.
- Servicios de ajuste.
- Conceptos regulados.
- Margen comercial.
- Pérdidas.
- De los impuestos aplicados: la tasa municipal, el impuesto eléctrico y el IVA.
Además, en muchos casos, la batería real permite bajar el término de potencia contratada y pagar menos por este concepto. El monedero virtual, no.
Por todo esto, para aspirar a recibir facturas cercanas a cero por parte de la compañía eléctrica deberíamos contar con una instalación fotovoltaica cada vez más sobredimensionada ya que el kWh en hora solar, caerá de manera continua.
Finalmente, debemos desmentir otro argumento falso muy extendido que afirma que las baterías físicas tienen un periodo de amortización muy largo y una vida útil corta.
Nada más lejos de la realidad. En el caso de sonnen garantizan 10.000 ciclos de carga y descarga (lo equivalente a casi 30 años de uso normal) y una vida útil garantizada de 10 años, muy superior a los 2 años de la creencia general.
A día de hoy, las baterías reales y los monederos virtuales son totalmente compatibles y se complementan perfectamente. Son opciones distintas.
Sin embargo, la introducción paulatina de las energías renovables a la red eléctrica provocará que a mediodía haya más oferta, por lo que el precio de la energía en el mercado eléctrico tendrá la tendencia a bajar aún más. En este contexto, los monederos virtuales serán cada vez menos recomendables.
