El binomio flexibilidad de la demanda y autoconsumo con baterías inteligentes
¿Qué papel pueden jugar las baterías inteligentes?
¿Qué es la flexibilidad de la demanda?
Un sistema eléctrico realmente descentralizado, distribuido, con capacidad para adaptar la oferta de energía a la demanda en cada momento y en el que además participa de forma activa el consumidor y puede considerarse un sistema flexible.
Y tengamos en cuenta que, obviamente, los usuarios de energía somos todos: ciudadanos, administración pública, grandes corporaciones, pymes, etc. Cada uno de ellos requiere consumir una cantidad distinta de energía y en horarios diferentes.
Si somos capaces de suministrar la energía renovable necesaria en tiempo real, estamos maximizando la eficiencia y la sostenibilidad del sistema. Ahorramos energía y dinero. Logramos un sistema energético más estable, seguro, eficiente y sostenible medioambientalmente.
La Asociación ENTRA Agregación y Flexibilidad, de la que forma parte sonnen, define la flexibilidad de la demanda como “la capacidad para modificar la producción o el consumo de los distintos recursos energéticos distribuidos (DER) ante distintas señales: precios de mercado; programas establecidos; compromisos adquiridos; agregación gestionada por un tercero, etc”.
Los prosumidores son aquellos actores del sistema eléctrico que pueden generar y consumir energía de forma simultánea, como puede ser un hogar o una industria que tiene paneles fotovoltaicos para autoconsumo en su tejado.
A medida que los prosumidores se incorporan al sistema eléctrico como DER que son, tienen la posibilidad de modular su producción eléctrica y su consumo, variando su interacción con la red en función de las señales que comentábamos antes. Sin embargo, para hacerlo con control, no desaprovechar su producción o perder confort, y dotar al sistema de flexibilidad es necesario que, por ejemplo, los usuarios domésticos puedan almacenar la energía sobrante de sus instalaciones en baterías inteligentes. Consiguiendo así que agregando al sistema miles de prosumidores con almacenamiento, estas baterías podrán ser cargadas en fases en las que la red eléctrica esté congestionada y descargarlas cuando la red lo necesite de manera óptima y controlada, fomentando la integración de energías renovables y aplanando la curva de precios. ¿Y si quién produce y almacena ese excedente energético no es una vivienda unifamiliar, sino una comunidad de vecinos? Técnicamente, es totalmente posible, cada usuario tendrá controlado en cada momento su consumo exacto gracias a los contadores inteligentes. De esta manera, es necesario agrupar varios consumidores que cambien su perfil de consumo de forma coordinada.
No es casual que la Agencia Internacional de la Energía[1] (IEA) haya identificado a las baterías y a la respuesta de la demanda como las fuentes principales de flexibilidad, sustituyendo a su vez fuentes tradicionales como el carbón, el gas natural y el petróleo. Estas conclusiones forman parte de un estudio de IEA (Net Zero by 2050) en el que se ha analizado un escenario de cero emisiones para el año 2050. El informe argumenta que el volumen de flexibilidad en el sistema eléctrico deberá multiplicarse por 4.
¿Qué significa que una batería es inteligente?
Si queremos maximizar el uso de toda la energía solar que llega a nuestro hogar, debemos dotarnos de un sistema de autoconsumo que incluya un almacenamiento que ofrezca al usuario todo el control y la información de su instalación. A estas prestaciones y valor añadido les podemos llamar “inteligencia”.
La sonnenBatterie integra un sistema de control de los flujos de energía llamado Power Meeter que, además de gestionar el Time of Use (ToU) y ofrece un índice DoD del 95%, permite la optimización automática del rendimiento a través de un proceso predictivo. Tienen en cuenta variables como la previsión meteorológica y las pautas de consumo energético del hogar. De esta manera automatizan los ciclos de carga/descarga.
Como sabemos, la potencia sin control de poco sirve.
[1] Fuente: iea.org/reports/net-zero-by-2050