Filtros autolimpiantes: para fontanería y calefacción
Características técnicas:
1. Filtro auto limpiante con malla extraíble, con manómetros (0 a 16 bar) y válvula de vaciado con conexión manguera.
2. Construcción en latón UNE-EN 12165.
3. Tapa porta filtro de policarbonato.
4. Cartucho filtrante en acero inox. AISI 316L.
5. Luz tamiz filtrante de 45 micras.
6. Juntas de NBR y silicona.
7. Cuerpo con conexión roscada doble, M-M de 1”o H-H 3/4” según ISO 228/1.
8. Racor reducción M 1"xH 3/4"con junta de NBR.
9. Manómetro radial 0-16 bar conexión R1/4”.
10. Válvula esfera de latón para conexión manguera.
11. Presión máxima de trabajo 16 bar.
12. Temperatura de trabajo -10ºC a 80ºC.
13. Para uso en agua.
14. Llave especial para desmontaje del tamiz.
Uso y montaje:
El filtro ‘Clean’ de Genebre está pensado para instalaciones de fontanería y sistemas de calefacción y puede utilizarse en circuitos cuyo fluido de tránsito sea agua (fría o caliente) mientras sea compatible con los materiales de construcción.
El producto debe ser instalado respetando la dirección del fluido indicado mediante una flecha en el cuerpo.
Operación y mantenimiento:
El filtro autolimpiante ‘Clean’ tiene la función de interceptar y eliminar las partículas contaminantes presentes en los fluidos. Las impurezas se detienen en el tamiz y se acumulan en el fondo de éste, hasta la apertura de la válvula de descarga, que permite su expulsión.
Durante esta operación el fluido arrastra también con él muchas de las impurezas que estaban incrustadas en la malla del tamiz filtrante, liberando las secciones de paso del fluido. La longitud del tamiz aporta una mayor superficie de filtrado que garantiza, a su vez, una mayor autonomía filtrante y reduce la frecuencia en las operaciones de mantenimiento.
Genebre recomienda realizar un lavado más exhaustivo del tamiz filtrante cuando se detecta una reducción considerable en la presión de la instalación. Para ello debe cerrarse, si fuera posible, el paso del fluido mediante las válvulas de interceptación, quitando la presión con la válvula de escape o alivio, y desenroscando finalmente la tapa inferior del filtro para extraer el tamiz.
La función de control se efectúa mediante el manómetro que, en caso de señalar una caída en la presión habitual de la instalación, puede indicar una posible obstrucción del filtro.