Entrevista a Jordi Arqué, director de la División de Alimentación & Industria de GEA Westfalia Ibérica
8 de abril de 2010
Para comenzar, explíquenos brevemente cuál es el recorrido histórico de GEA Westfalia en España...
Tenemos 125 años de historia como empresa dedicada a la centrifugación industrial a nivel mundial, y fue en 1966 cuando GEA Westfalia decidió crear una sede en España. Nos dedicamos fundamentalmente al diseño y a la fabricación de centrífugas, de hecho fabricamos más de 300 tipos diferentes, y para ello contamos con dos fábricas en Alemania, una en Francia y otras dos que se están acabando de construir ahora en China e India para abastecer el mercado asiático. Las posibilidades que ofrecen las centrífugas hacen que trabajemos para un abanico amplio de sectores: alimentario, químico, farmacéutico, biotecnológico, medio ambiental, energético, etc., en definitiva, para cualquier sector en que se haya de separar un sólido de un líquido o dos líquidos entre sí (el caso más típico es el aceite y el agua).
Aparte de fabricar y suministrar los equipos, que van desde centrífugas pequeñas para plantas piloto hasta plantas industriales muy grandes, tenemos que ofrecer al cliente un asesoramiento en el proceso. Los clientes no solo vienen a adquirir un equipo determinado, sino también a que le expliques si tú como fabricante y diseñador de la centrífuga puedes ayudarles a mejorar con esa máquina el procesamiento del producto. De esta forma llevamos más de 30 años vendiendo no solo centrífugas individuales, sino procesos completos ya sean llaves en mano o no, en que se les ofrece al cliente un valor añadido asegurándole que aquella instalación funcionará bien.
Además cada vez trabajamos más en el mantenimiento de los equipos. El cliente necesita que sus equipos sean más fiables, lo que supone un mayor coste de mantenimiento. Existen clientes que prefieren pagar una cuota fija anual mediante un contrato de mantenimiento, que mediante el pago de una cuota anual fija, evitando costes imprevistos.
La compañía se ha involucrado en varios proyectos, como es por ejemplo el del aceite en Andalucía. ¿Hasta qué punto GEA Westfalia trabaja con la industria a la hora de diseñar y crear su nueva maquinaria?
Disponemos de un departamento de aplicaciones o pruebas, que se ha ampliado en enero de este mismo año, ya que el cliente cada vez más pide realizar pruebas antes de adquirir un equipo. Se trata de un departamento colapsado por la gran cantidad de demandas, y además hemos ampliado el laboratorio porque el cliente quiere ver y testar las cosas de cerca antes de realizar una inversión que puede ser de millones de euros. Como ejemplo podemos poner el trabajo que se ha venido realizando en este caso en la propia casa de un cliente, en el que para la obtención de un funguicida ecológico a partir del extracto de una semilla se han realizado más de dos años de pruebas, periodo tras el cual se ha dado viabilidad al producto y en estos momentos ya está construyendo una planta industrial para fabricarlo. Esto quiere decir que se ha trabajado codo con codo con el cliente hasta que este ha conseguido culminar su proyecto, en este caso fabricar ese funguicida de origen ecológico que saldrá al mercado próximamente.
Del presupuesto de la compañía, ¿cuánto se destina a I+D+i?
Nosotros como GEA Westfalia Ibérica comercializamos la máquina y el servicio, es nuestra casa matriz en Alemania, que las diseña y fabrica, quien invierte un 5% anual del total de sus ventas en desarrollo e innovación de producto. Una empresa que hace tecnología punta está obligada a seguir innovando y a sacar al mercado novedades que puedan hacer decidirse al cliente a comprar un equipo nuevo y por lo tanto ofrecerle un motivo para renovar equipos que en algunos casos pueden tener una vida de 40 años.
Analicemos brevemente cómo ha evolucionado y cómo se encuentran actualmente los sectores con los que más ha trabajado Gea Wesfalia, y cuáles de ellos se encuentran en claro crecimiento...
La realidad es que los mercados van evolucionando y que la última tendencia es la obtención de productos sostenibles y naturales. Lo que antes se obtenía de una síntesis química, como pueden ser los pigmentos, ahora se está obteniendo de un origen natural, como el betacaroteno extraído directamente de la planta. El tomate o las microalgas en el caso del pigmento rojo es un claro ejemplo. En definitiva, cada día se trabaja más en extractos valiosos de plantas (polifenoles, antioxidantes, etc.) para la industria farmacéutica, la cosmética, etc. Las empresas que están trabajando en este segmento de mercado están creciendo y no han notado la crisis como sí lo han hecho otros sectores. Dentro de este grupo en crecimiento destaca también el de extracción de productos minerales como el carbonato cálcico, pigmentos azules procedentes de rocas con hierro, etc.
Como tercer sector en un claro proceso de expansión está el del tratamiento de residuos, que hoy son tratados como una oportunidad y no como un problema. Estamos gratamente sorprendidos de cómo se han llegado a montar negocios con residuos que hace cinco años eran un coste. Es el caso de los neumáticos de automóviles (de los que hoy se puede obtener gasoil), biogás procedente de residuos orgánicos, recuperación de aceites minerales procedentes de la industria de la automoción, etc.
Incluso los productos cárnicos de matadero como la sangre que por su valor proteico tiene aplicación para productos cosméticos, farmacéuticos o veterinarios (dependiendo de si su obtención es higiénica o no) están teniendo una gran salida.
Finalmente en la biotecnología GEA Westfalia trabaja en el sector de fermentación de todo tipo, tanto para aplicaciones de poco valor añadido como es el caso de la obtención de encimas naturales para detergentes industriales y domésticos, o de bacterias o levaduras para funguicidas naturales, y de un alto valor añadido como es toda la labor que sea realiza para la industria farmacéutica.
¿Qué franja de mercado ocupa actualmente GEA Westfalia en el mercado español?
Depende mucho del sector, ya que donde hay un mayor número de fabricantes existe evidentemente más competencia. En cambio, hay sectores donde GEA Westfalia es líder destacadísimo como es el químico (biotecnología, extracción de materias activas, antibióticos, etc.), o el del aceite y los zumos vegetales en el sector alimentario.
Si tuviera que escoger tan solo una de las máquinas que comercializa su empresa, ¿cuál escogería?
Yo escogería las centrífugas de obtención de microorganismos destinadas a la biotecnología (bacterias, levaduras, hongos, etc.) que ofrecen un gran servicio a la industria farmacéutica para obtención de hormonas, vacunas, etc. Todo equipo que hemos vendido para este sector ha sido un éxito para nosotros y para el cliente, lo que les ha hecho repetir. Me gustaría añadir a estos equipos las centrífugas para refinación química de aceites vegetales y grasas animales, que han triunfado mucho en el mundo de la centrifugación industrial en los últimos años.
¿La industria de bienes de equipo europea está respondiendo a las expectativas respecto a la competencia extranjera, sobre todo la asiática?
A veces los fabricantes hacen lo fácil, que es irse a fabricar allí donde los demás fabrican barato, es decir, en este caso Asia, aunque haya algunos que se quieren mantener aún fabricando íntegramente en Europa, lo cual no es fácil por el problema de costes que representa. Europa ha respondido con mucha I+D, pero esto también se hace ya allí, por lo que con el tiempo todo se irá igualando, ni los europeos seremos los mejores en tecnología, ni los chinos o indios serán tan baratos fabricando en el futuro. Lo que sí se ha demostrado en la última década es que Europa ha perdido mucho y perderá aun más, por la política de barreras e impedimentos continuos al desarrollo de nuevos proyectos y productos. Europa debe poner facilidades a nivel de costes y normativa a la creación de esos nuevos procesos, tanto en bienes de equipo como en producto final.
¿Y la administración está cumpliendo su papel de promocionar y apoyar los esfuerzos que realiza la industria española en este sentido?
Desde la administración central se están poniendo las pilas, porque hasta hace unos años no se enteraban o no les interesaba el hecho que hubiese empresas que apostaban por nuevos bienes de equipos y nuevos productos. Ahora se han dado cuenta que es necesario apoyar a estas industrias para poder seguir creciendo. De todas formas los costes fiscales y laborales siguen siendo muy altos, tanto para innovar como para cualquier tipo de inversión, y eso hace que muchos inversores no vengan a nuestros países a desarrollar nuevos proyectos.