La startup catalana Oimo crea un envase para alimentos biodegradable en el mar
La startup Oimo ha creado un material sostenible similar al plástico a partir de extractos de algas marinas, azúcares naturales y aceites vegetales que no resulta tóxico para la fauna marina. Se trata de un proyecto basado en la economía circular que permite la producción de un material biodegradable en el entorno marino, procedente de fuentes de la naturaleza y con las mismas propiedades de muchos tipos de plástico tradicional sin efectos negativos para el medio ambiente. La empresa ya ha solicitado la patente de este material, diseñado para producir envases de un solo uso del sector de la alimentación, las anillas para las latas de bebidas o recipientes para cosmética.
Oimo es una de las empresas beneficiarias de la ayuda Startup Capital de ACCIÓ, la agencia para la competitividad de la empresa del Departament d’Empresa i Coneixement de la Generalitat. La startup ha recibido 75.000 euros que podrá destinar a financiar las actividades derivadas de la ejecución del plan de negocio inicial, como por ejemplo cubrir gastos de personal, contratar servicios a terceros, invertir en material y equipamientos, alquilar espacios o elaborar estrategias de comercialización y comunicación.
Según el CEO de Oimo, Albert Marfà, “hasta hace poco la gente no se ha dado cuenta del gran impacto que el plástico genera para nuestro planeta, pero ahora todas las empresas son conscientes de la necesidad de reducirlo y la legislación también trabaja en este sentido, que cada año más de 8 millones de toneladas de plástico acaban en el mar. Hemos desarrollado un tipo de packaging sostenible, que pesa poco y que es fácil de trabajar para conseguir la flexibilidad o rigidez necesarias según las necesidades de las diferentes aplicaciones posibles”.
Para el CEO de la empresa, “es más relevante que nunca trabajar desde la economía circular, considerando el incremento exponencial de plásticos desechables durante la crisis sanitaria provocada por la COVID-19”. El biomaterial “es biodegradable tanto en la tierra como en agua salada o dulce y no es tóxico para la fauna marina, a menudo víctima de los residuos que no se pueden reciclar”, asegura Marfà.
La empresa emergente no elabora productos finales, sino que formula y diseña esta nueva materia prima biodegradable que se puede adaptar a todo tipo de aplicaciones y que se puede utilizar en la maquinaria para trabajar el plástico que se utiliza actualmente. Para conseguir este material, la empresa calienta las moléculas naturales presentes en los extractos de algas o aceites vegetales para producir una reacción química que les permita obtener una serie de cadenas moleculares que se adhieren hasta crear este bioplástico.
Oimo, fundada a principios del año 2019 y con sede en Barcelona, tiene previsto comenzar a comercializar el nuevo material durante el 2021 en fabricantes de productos plásticos o clientes finales, por ejemplo, de la industria alimentaria o cosmética. La startup cuenta actualmente con un equipo de cuatro personas, un equipo que incluye ingenieros, químicos, expertos en desarrollo de negocio, además de colaboradores y asesores externos.
Para la empresa, “es más relevante que nunca trabajar desde la economía circular, considerando el incremento de plásticos durante la crisis sanitaria”