Entrevista a Mauricio García de Quevedo, director general de la FIAB
En octubre de 2014, Mauricio García de Quevedo fue nombrado director general de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB). Con una amplia experiencia en entornos corporativos, ámbito asociativo y dirección de empresas, en esta entrevista nos muestra su visión de la situación de las industrias de alimentación y de bebidas y explica cómo está respondiendo el sector a las nuevas demandas del mercado.
En términos científicos, química y alimentación son ámbitos absolutamente indisociables, pero si nos centramos en la economía, ¿qué tipo de relación existe hoy en España entre el sector químico y el sector representado por FIAB?
Sin duda, tanto el sector químico como el de alimentación y bebidas son industrias indispensables para la economía española ya que generan riqueza, valor añadido y empleo, permitiendo aportar estabilidad desde un punto de vista económico y social.
Son sectores con una clara orientación internacional y cuya visión exportadora contribuye a la construcción de una imagen de nuestro país más consolidada en el exterior. Además, ambos comparten el interés por incentivar un entorno industrial basado en el conocimiento donde la I+D+ es un factor clave de competitividad.
Toda esta aportación repercute en el conjunto económico nacional y, por tanto, nos permite hablar de sectores estratégicos para nuestro país.
Como usted conoce perfectamente, en los últimos años se ha desarrollado una cultura de lo orgánico y lo biológico que, básicamente, rechaza el uso de productos sintéticos como pesticidas y fertilizantes artificiales. ¿Cómo se contempla desde FIAB esta tendencia y qué implicaciones tiene para la industria?
La industria de alimentación y bebidas cumple la función vital de proporcionar productos necesarios en nuestro día a día, y, por tanto, nuestros esfuerzos se dirigen a que éstos deben adaptarse tanto a las necesidades como intereses del consumidor.
En su definición, un producto ecológico es aquel que se ha producido o elaborado libre de sustancias químicas o artificiales, como pesticidas, fertilizantes o aditivos. En muchas ocasiones, se tiende a asociar este tipo de productos con valores como “natural”, “saludable”, etc., asociaciones que son erróneas y que tienden a confundir al consumidor. Por ello, consideramos que es necesario insistir en la formación para que este tipo de confusiones no devengan en la demonización de los alimentos y bebidas que no estén catalogados como ecológicos.
Además, el sector se enfrenta al reto de alimentar a una población creciente en un futuro muy próximo, cumpliendo con los avales de calidad y seguridad, para ello, la industria necesita de aquellos recursos que permitan materias primas y recursos suficientes. En este punto, el uso de estas sustancias va a ser clave de cara a mejorar la fertilidad de los suelos, para adaptar los cultivos a climas más exigentes debido al cambio climático y hacer más rentables los cultivos, permitiendo una alimentación más accesible y segura.
Es importante incidir en que la utilización de este tipo de sustancias está permitida y muy regulada dentro de la normativa europea y, por lo tanto, son seguras para el consumidor.
Ha mencionado ahora los aditivos (conservantes, antioxidantes, emulsionantes, estabilizantes, colorantes, aromatizantes, entre muchos otros) ¿Cree que el consumidor comprende las razones de su uso en cada caso, o bien hay que hacer todavía mucha pedagogía en este campo?
Ante todo, el consumidor debe saber que los alimentos y bebidas que consumen son seguros. Se trata de un sector muy regulado y que responde a muchos controles, por lo tanto, los productos llegan a la mesa con la garantía de haber cumplido normas y estándares muy estrictos en cuanto a calidad y seguridad.
En numerosas ocasiones encontramos falsas creencias entorno al uso de los aditivos y el consumidor suele asociarlos a sustancias que no son seguras para la salud humana. Lejos de eso, el uso de aditivos responde a un propósito tecnológico que, entre otras funciones, permite que los alimentos mantengan las condiciones óptimas de textura, sabor, conservación, etc., después de su transporte y almacenamiento. Y, por tanto, que lleguen en las mejores condiciones a la mesa de todos los consumidores.
Y, efectivamente, de nuevo debemos hacer hincapié en acciones informativas que clarifiquen qué son y para qué sirven los aditivos. Todos los aditivos alimentarios empleados han sido evaluados y autorizados para su uso por las autoridades sanitarias europeas y las normativas que regulan su uso se revisan constantemente.
Su presencia es, por tanto, segura.
¿Qué aceptación tienen hoy en el mercado los llamados alimentos funcionales? ¿Hasta qué punto están siendo importantes para la industria de la alimentación?
Hoy en día, el mercado sí reclama este tipo de productos porque estamos ante un consumidor que tiene acceso a más información y, por tanto, conoce los beneficios que le reporta cada alimento o bebida. La industria tiene la responsabilidad de garantizar una oferta que responda a esta demanda.
Los alimentos funcionales son aquellos que afectan beneficiosamente a una o varias funciones del organismo, incidiendo en una mejora de la salud, una relación que está además científicamente probada. Las empresas han dedicado mucho esfuerzo investigando en este campo, y es parte de su compromiso trasladar al consumidor los beneficios de su investigación.
Eso sí, hay que recordar que estos alimentos deben entenderse siempre dentro de una dieta variada, equilibrada y suficiente.
¿Qué pueden aportar los envases activos (a veces denominados también inteligentes) a la industria de la alimentación?
Suponen una revolución tecnológica y es, sin duda, uno de los campos que más está avanzando. En primer lugar, la responsabilidad que mantiene la industria de alimentación y bebidas con el medio ambiente. Envases que nos permitan controlar la temperatura, detección de posibles gérmenes que afecten al alimento o monitorizar su calidad, etc., aportan no solo seguridad, sino que prolongan la vida útil de un alimento evitando su desperdicio y, por extensión, el de los recursos que se han empleado a la hora de elaborar el producto en cuestión.
Toda la innovación que ya se está poniendo en práctica en esta materia dota, si cabe, de mayores garantías de seguridad y calidad a los alimentos y bebidas.
¿Qué otros ámbitos de potencial innovación procedentes de la industria química se siguen con interés desde la industria de la alimentación?
Sin duda la sostenibilidad es un punto en común donde la industria de alimentación y bebidas puede beneficiarse de todos los avances en innovación que el sector químico desarrolla en este ámbito. La sostenibilidad encuentra en la innovación su mejor aliado y las compañías ponen sus esfuerzos en cuestiones como la movilidad sostenible, el uso de subproductos integrados nuevamente en la cadena alimentaria, el diseño de nuevos formatos de envases más eficientes o de herramientas para evitar el desperdicio alimentario
¿Qué perspectivas se abren para la industria de alimentación en los próximos años? ¿Cuáles pueden ser las claves del crecimiento?
Somos el primer sector industrial del país y nuestra prioridad es seguir consolidando este escenario: con más de 116.000 millones de euros en producción, más de 30.000 empresas, cerca de medio millón de empleos y un aporte positivo a la balanza comercial que supera los 8.000 millones de euros. Generamos estabilidad, riqueza y empleo en todo el territorio español.
FIAB trabaja para mantener una política armonizada y basada en evidencias científicas en nutrición y salud que sustenten la unidad de mercado tanto a nivel nacional como internacional, para garantizar la operatividad de las empresas en las mismas condiciones que sus competidores. Es muy importante en este punto apostar por una comunicación activa que impulse el reconocimiento del sector y sus productos.
Trabajamos también para promover la competitividad industrial desde la estabilidad fiscal, contribuyendo al mismo tiempo al equilibrio en las relaciones comerciales de la cadena. Como sector responsable, hay que intensificar los esfuerzos para transitar hacia una economía circular y sostenible, y seguir motivando los pilares de la internacionalización, la innovación y la digitalización del sector.
Finalmente, desde el punto de vista de su sector, ¿cómo contempla el certamen Expoquímia y qué espera de su próxima edición en 2020?
Expoquimia es una feria con un gran recorrido, una experiencia muy interesante que permitirá a los visitantes buscar sobre todo valor añadido, calidad e innovación.
FIAB llega a Expoquimia también con este objetivo, siendo también relevante todas aquellas soluciones que nos permitan seguir impulsando la competitividad de las empresas del sector. Queremos avanzar en soluciones que nos hagan más eficientes desde un punto de vista productivo, sostenible y logístico, así como todas las propuestas científico-técnicas que promuevan un sector de alimentación y bebidas más ágil y moderno.
