La industria agroalimentaria en Castilla y León supone el 14,6 por ciento del empleo regional
26 de agosto de 2008
La empresa ha dado a conocer los principales resultados del estudio sobre el sector agroalimentario en Castilla y León y cuyos objetivos estaban estrechamente relacionados con el empleo y con la formación en este ámbito.
El estudio profundiza en la importancia del sector en la comunidad, donde éste representa elevados porcentajes de empleo y producción, a la vez que se convierte en motor de arrastre de otras actividades económicas. La actividad agroalimentaria supone el 14,6 por ciento del empleo regional y el 10,4 por ciento de la producción; las empresas alimentarias facturan el 25,1 por ciento de toda la industria regional, según los datos extraídos del Ine.
Respecto a las características del sector, las cuales inciden y condicionan el desarrollo futuro se destacó el predominio de pymes y microempresas (la mayoría de carácter familiar), la notable estacionalidad existente y la escasez de mano de obra.
También se hizo referencia a la dualidad empresarial existente, al convivir empresas familiares que operan en mercado local y/o regional y que disponen de producciones artesanales centradas en la calidad, con las grandes multinacionales que cuentan con cadenas automatizadas y orientadas al mercado.
Otro aspecto que se puso de relieve es la dependencia del sector de la distribución, actividad que se convierte en el principal cliente y a la vez en el mayor competidor (marcas blancas).
Respecto al empleo, se hizo referencia a que mientras la actividad agraria, en su conjunto, dispone de un importante número de ocupados por cuenta propia, pero con tendencia a disminuir, la industria alimentaria genera una creciente oferta de puestos de trabajo por cuenta ajena. En este sentido, un aspecto importante obtenido del análisis de las encuestas realizadas a lo largo del estudio, es que la mayoría de las empresas opinan que en el futuro el empleo en el sector crecerá, dato que trasluce un optimismo en la evolución sectorial, que se da especialmente en la actividad vitivinícola, donde cerca de la mitad de las empresas prevén ampliar las plantillas.
Formar a los trabajadores
La apuesta por el sector económico debe ser clave, al tratarse de una actividad generadora de empleo, difícilmente deslocalizable, impulsor del desarrollo rural, y con capacidad de arrastre sobre otras actividades económicas.
Para ello es importante potenciar la formación de los trabajadores, con el fin de reducir las dificultades para encontrar mano de obra cualificada, y de mejorar la movilidad y la estabilidad en un sector en el que existe una elevada estacionalidad.