Entrevista a Jorge Serrano Pacheco, responsable de planes de prevención y proyectos de Ecoembes
Las empresas son cada vez más conscientes de la importancia de establecer líneas de trabajo sostenibles que permitan reducir su impacto en el medio ambiente. Con ellas, además de obtener beneficios medioambientales, se establece una vía de diferenciación y optimización de costes. Por eso, para Jorge Serrano Pacheco, responsable de planes de prevención y proyectos de Ecoembes, los nuevos envases y embalajes están en constante evolución, incorporando permanentemente nuevos diseños más respetuosos con el entorno y adaptados a las exigencias del consumidor y de los nuevos requisitos legales.
En la pasada edición de la feria Empack pronunció una conferencia en la que ofreció las claves a los profesionales del sector para la creación de envases más sostenibles, con menor huella ambiental y más fácilmente reciclables. ¿Cuáles son?
Una de las claves para conseguir estos objetivos es el ecodiseño, un concepto de producción que busca crear envases con menor impacto en nuestro entorno, ya sea reduciendo la materia prima y la energía utilizadas en el proceso, generando menos residuos en el mismo y/o facilitando su reciclado. Todo ello, sin dejar de lado la funcionalidad. Básicamente se trata de crear envases eficientes, pero ambientalmente sostenibles.
Háblenos de las nuevas tendencias en envasado.
Giran en torno a la mejora del diseño formal del envase, a la aportación de nuevas funciones con respecto al producto envasado y a conseguir mejoras tecnológicas de los materiales empleados.
¿Qué podría decirnos de los nuevos diseños?
Un gran número de medidas que han implantado las empresas se centran en los rediseños de producto, en cuanto a su presentación o su forma, ya que permiten ahorrar gran cantidad de material. Otras iniciativas se ajustan al usuario con envases que se adaptan a sus necesidades (monodosis, familiares, etcétera) o a la optimización de la logística y el almacenamiento. Por otra parte, el aligeramiento en los envases, que hace referencia a la mejora de los materiales y técnicas de transformación y llenado, es otra de las tendencias gracias a la que ya se ha logrado reducir en un 16% el peso de los envases desde 1999.
Comenta que también se busca mejorar o aportar nuevas funciones…
Sí, se trata de ajustarse a las necesidades del consumidor actual, ahorrándole parte del poco tiempo libre que su ritmo de vida le permite, de manera que pueda dedicarlo a actividades de ocio. Este es el caso de los envases que mejoran su aptitud para horno y microondas, garantizando la conservación y las propiedades de los alimentos, o los envases autocalentables y autoenfriables, que permiten que el producto se consuma en condiciones óptimas fuera del hogar.
¿Y en cuánto a los materiales?
Las nuevas tendencias están encaminadas a incorporar materias primas secundarias (recicladas), desarrollo de envases de bioplásticos, celulósicos y recubrimientos, así como la línea de investigación enfocada a la incorporación de nanopartículas que mejoren el comportamiento de materiales más convencionales.
¿Qué nuevos materiales y formatos están por llegar?
Quizá el campo más llamativo para el usuario sea el relacionado con los envases activos e inteligentes. Los activos son aquellos que incorporan al producto compuestos que colaboran en su conservación. El consumidor está cada vez más preocupado por el valor nutricional de lo que come, y términos como ‘colorantes y conservantes’ tienen mala prensa. Estos envases activos permiten “sacar” del alimento este tipo de elementos, que son incluidos en la pared del envase, de manera que éste interactúa con el producto liberando o absorbiendo sustancias que aceleran su degradación. En resumen, de alguna manera potencian la función de conservación que ha venido teniendo el envase desde su concepción.
¿Y los inteligentes?
Su función es potenciar otra de las funciones tradicionales del envase: la de informar al consumidor. En este caso, estaríamos hablando tanto de etiquetas como de cualquier otro dispositivo que nos ofrece información adicional del producto (indicadores de temperatura que nos indican si se ha roto la cadena de frío, indicadores de presencia de algún gas en el interior del envase que puede indicar que el producto no esté en condiciones óptimas para ser consumido, etc.).
También se incluirían en este apartado las etiquetas de radiofrecuencia o RFID…
Sí, estos dispositivos de seguimiento han experimentado fuertes bajadas de precio desde su concepción, y en unos años es muy posible que estén presentes en gran número de productos envasados de gran consumo. Esto permitirá llevar a cabo acciones que actualmente parecen futuristas.
Ponga algún ejemplo.
Podremos pasar el carro por la línea de caja del supermercado sin sacar los envases y que se detecte automáticamente el precio total de la compra. Además, contaremos con neveras inteligentes, capaces de hacernos la lista de la compra, que nos avisarán de la fecha de caducidad de los productos que hay en su interior. Independientemente de cuándo se afiancen estos materiales y formatos, desde Ecoembes trabajamos para incrementar la tasa de reciclado de la forma más eficiente y sostenible. Para ello invertimos en I+D y seguiremos haciéndolo, con el objetivo de adaptar los procesos para que todas estos nuevos envases puedan seguir siendo reciclados.
Una apuesta por el medio ambiente
Según la Guía práctica para comunicar con éxito las mejoras ambientales de los envases, realizada por Ecoembes, a la hora de comprar un producto, cuatro de cada diez (45%) familias están dispuestas a comprar productos respetuosos con el medio ambiente. Para Jorge Serrano, el dato ratifica “la sensibilización creciente que existe en materia de sostenibilidad en nuestro país, tanto por parte de las empresas como por la de los consumidores”.
¿Qué futuro cree que tienen estos envases de materiales reciclados?
Sin lugar a dudas, tienen el futuro asegurado en los hábitos de consumo de nuestra sociedad. Cada vez son más los consumidores que tienden a buscar productos respetuosos con nuestro entorno, y no sólo ellos, sino también muchas empresas, que adoptan nuevas estrategias destinadas a mejorar el comportamiento ambiental de los envases. Sólo con echar un vistazo a las estanterías del supermercado, podremos ver un gran número de productos que ya están incorporando tanto materiales reciclados como diseños innovadores que permiten a estos envases ser mucho más sostenibles.
¿Se logrará que los envases de materias recicladas permitan una larga conservación y que, además, garanticen la seguridad del consumidor?
Con el frenético ritmo de vida que llevamos a veces no nos paramos a pensar en la importancia del envasado para los alimentos. Este no sólo garantiza la calidad sino también su conservación, protegiéndole también de microorganismos. Por ello, es importante que el envase mantenga en óptimas condiciones el alimento, conservándolo bien fresco, y evitando que factores como el calor o la humedad afecten a los productos. Así se garantiza la calidad higiénica de los alimentos y se minimizan las alteraciones en los mismos. En este sentido, la apuesta por el I+D y el desarrollo de nuevas tecnologías aplicadas a los procesos de fabricación han permitido que esto sea posible también en envases creados con material reciclado, siempre respetando los valores de migración marcados por la leyes comunitarias.
Todas estas innovaciones requerirán que las empresas de envases se actualicen…
Por supuesto, es imprescindible. Las empresas trabajan para actualizarse y hacer que sus envases sean un elemento tanto de diferenciación como de sostenibilidad. Además, el consumidor está cada vez más concienciado con el respeto al medio ambiente y valora las iniciativas de las empresas en cuanto a la conservación y protección de nuestro entorno. El ciudadano se siente satisfecho viendo que ese esfuerzo individual a la hora de comprar ese envase sostenible contribuye a un bien común para la sociedad.