Entrevista a Miguel Rey, presidente del Comité Científico Local del 50º Congreso Científico de Avicultura

El Congreso Científico de Avicultura es un evento itinerante organizado por la Asociación Española de la Ciencia Avícola (Aeca), cuyo fin es el intercambio científico para promocionar la investigación y contribuir al mejor conocimiento y valoración del sector avícola entre productores y consumidores. La quincuagésima edición de la cita, que este año se celebra en Lleida entre el 2 y el 4 de octubre, se centrará en aspectos como la nutrición animal, la sanidad animal y la seguridad en la cadena alimentaria, entre otros, según explica a Interempresas Miguel Rey, presidente del Comité Científico Local del congreso.

El congreso ha ido adaptándose a lo largo de su existencia a las circunstancias sectoriales y sociales del momento, lo que le ha permitido mantener un elevado dinamismo. Actualmente, se presenta como la mejor plataforma nacional para acercar los avances científicos a los responsables avícolas.

Desde el Comité de Aeca se decidió otorgar a Lleida la organización de este congreso tan especial, en el que se celebran los 50 años de existencia de la Asociación Española de Ciencia Avícola, confiados en la importancia que este evento tiene para el sector avícola leridano, así como el interesante marco de acogida para el congresista que de forma conjunta pueden ofrecer la universidad y la ciudad de Lleida.

En concordancia con la realidad de la ciudad de Lleida como capital de un importante polo agroalimentario, el congreso aborda la actualidad científica y sectorial desde la óptica de la nutrición animal, la sanidad animal y la seguridad en la cadena alimentaria, así como los aspectos relacionados con el sistema productivo, sostenibilidad, bienestar animal y protección ambiental.

El Campus Cappont de la Universitat de Lleida (UDL) acogerá el 50 Simposio Aeca-WPSA.

Actualmente, la vigilancia sobre salmonela, para evitar que la prevalencia de la misma se eleve –una vez que se han conseguido los objetivos de reducirla por debajo del 1%–, centran una buena parte de los esfuerzos del sector productor, así como de las autoridades sanitarias. Desde el punto de vista científico se está trabajando mucho para entender y comprender mejor los mecanismos epizootiológicos de la bacteria Campilobacter jejuni, que si bien no es un problema en las granjas, puede llegar a producir enteritis. Otros agentes patológicos que también nos preocupan actualmente son los virus de bronquitis del pollo y las variantes que vamos conociendo así como la evolución de su patogeneicidad.

Quizás el reto más importante que tenemos actualmente en las explotaciones sea mantener las medidas de bioseguridad que recientemente se han ido implantando, así como ir mejorándolas. El sector en su conjunto es consciente de que ésta es la mejor forma de luchar frente a los agentes patógenos.

Como cualquier otro sector productor, el sector avícola no está exento del riesgo de actuaciones puntuales por parte de agentes poco comprometidos con las buenas prácticas en la actividad. No obstante, las organizaciones sectoriales y las autoridades competentes permanecen vigilantes para evitar que aparezcan casos similares al que comentas. Hoy en día podemos afirmar que disponemos de un sector muy compacto en el que el compromiso con la calidad, la competitividad y el respeto al consumidor y al entorno es motivo de orgullo.

La nutrición de los animales es un aspecto tremendamente importante para nuestro sector; de hecho, aproximadamente el 60% de los costes de producción se realizan en la alimentación de los animales. Las raciones de las aves son formuladas por complejos programas informáticos, bajo la tutela de los nutrólogos, que se encargan de que la dieta sea precisa en todos sus nutrientes. Para la alimentación de las aves, empleamos granos de cereales, leguminosas y otros vegetales de primera calidad. Todos los alimentos que se proporcionan han de seguir un proceso de trazabilidad y se han de cumplir las normas de higiene establecidas para la fabricación de piensos.

Ya se ha comentado con anterioridad la importancia que tiene la bioseguridad en nuestro sector; mantener animales sanos para que vivan mejor y produzcan alimentos saludables. Resulta complejo de resumir las medidas de bioseguridad, pero lo importante en este campo es el cumplimiento integral de las mismas: un fallo en un solo punto puede ser suficiente para dar al traste con todo un sistema. Quiero destacar por eso la importancia de que todos los agentes del sector estamos motivados por esta cuestión; los diseños de granjas, los materiales, los protocolos de manejo, el personal técnico, los suministros (agua, pienso, etc.) absolutamente todos los agentes trabajan hoy en día bajo las normas de higiene y bioseguridad.

El sector avícola se ha beneficiado tanto de la investigación directa en avicultura como de aquella que indirectamente nos puede beneficiar. Posiblemente, el avance científico de base más relevante para nosotros ha sido la secuenciación del genoma del pollo. En otras áreas de la ciencia, los progresos que se han producido en los últimos años, sobre todo en el campo de la biología molecular, también han sido relevantes.

La implementación de técnicas moleculares –como la técnica de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) o la secuenciación de patógenos, en el diagnóstico rutinario de enfermedades aviares– ha representado una mejora incuestionable, no únicamente del diagnóstico de dichas enfermedades, sino también del conocimiento que tenemos de ellas. Por último, los avances en el desarrollo de nuevos productos vacunales –como las vacunas recombinantes, o de nuevos sistemas de vacunación, como la vacunación in ovo– representan también hitos importantes en nuestro sector.

Aunque con oscilaciones, parece que la tendencia global es claramente alcista. Los precios de las materias primas están sujetos a la ley de la oferta y la demanda, por lo tanto dependen de las cosechas, así como de las variaciones en el consumo. No obstante, durante los últimos años hemos podido observar alzas en los precios debidas a nuevos usos de los cereales, en referencia fundamentalmente al uso como biocombustible; en algunos casos también se han visto movimientos especulativos.

La alimentación de las aves pasa irremediablemente por el uso de materias primas de origen vegetal, y no disponemos de otras alternativas. Por este motivo, en tanto en cuanto se mejore cuantitativa y cualitativamente la producción de los vegetales empleados en la alimentación, así como la eficiencia de las propias aves en el uso de estos alimentos, el impacto final sobre el uso del recurso será menor.

El sector ganadero avícola es muy profesional, con instalaciones muy específicas y altamente tecnificadas. El tamaño de las explotaciones, que siguen siendo en una gran mayoría de tipo familiar, está aumentando, para poder adaptarse dentro de este sector tan competitivo. Desde el punto de vista de la producción, el sector se divide en dos grandes grupos: la avicultura de puesta y la avicultura para producir carne. Ambos casos se centran en el uso de la gallina como especie avícola predominante. Paralelamente, el sector avícola de aves alternativas también está desarrollando importantes iniciativas empresariales que está provocando que los consumidores aprecien los productos avícolas distintos a los habituales. Es importante destacar que las características de nuestro sector nos hacen homologables a los países más avanzados en producción avícola.

Sí, como decía el elevado grado de tecnificación en esta producción ganadera, implementando todas las novedades de tipo tecnológico que pueden aportar aspectos positivos. Esta inquietud no es algo nuevo en el sector, sino que desde muy antiguo la avicultura siempre ha sido pionera en la adaptación tecnológica y científica. Es importante destacar las aportaciones que durante el último medio siglo ha ofrecido la selección genética, de tal forma que hoy disponemos de estirpes altamente especializadas en la producción de carne o huevos.

La avicultura está implantada en todo el territorio español, siendo las comunidades que más carne de pollo producen Cataluña, Andalucía y Comunidad Valenciana; y en la producción de huevo el ranking está liderado por Castilla la Mancha, Castilla y León y Cataluña.

Desafortunadamente, el número de grupos de investigación relacionados con la avicultura en España no guarda relación con el peso que este sector productivo tiene. Aun así, cabe destacar que los grupos existentes son en general altamente competitivos tanto en el ámbito europeo como, en algunas áreas concretas, en el mundial. También es remarcable que el nivel de la investigación relacionada con el sector avícola ha incrementado notablemente en los últimos quince o veinte años en España, si bien, actualmente, con los recortes que existen en investigación, se corre un riesgo real de perder este ritmo. En este sentido, creemos importante remarcar que, en investigación, a diferencia de lo que ocurre en otras áreas, un déficit de financiación que dure un periodo de tres, cuatro o cinco años puede costar el doble o el triple de años en recuperarse.