Federación Nacional de Regantes se sumará a la manifestación en favor del Embalse de Biscarrués
07 de abril de 2011
La Federación considera “paradójico” que el expediente relativo a la construcción de este embalse de 35 hectómetros cúbicos esté paralizado a la espera de conocer la Declaración de Impacto Ambiental, cuando el proyecto inicial (modificado tras la aprobación del nuevo Plan Hidrológico Nacional (PHN), que derogaba el trasvase del Ebro) gozaba de la autorización correspondiente, a pesar de presentar una capacidad cinco veces mayor (192 hectómetros cúbicos).
En este sentido, recuerda que en su momento los representantes de los regantes en el Consejo Nacional del Agua (CNA) apoyaron el trasvase a cambio de que se ejecutaran las denominadas obras de compensación contempladas en el Pacto del Agua de Aragón, entre las que destacaban los embalses de Biscarrués, Yesa o San Salvador, de “vital importancia” para asegurar el futuro del sector agrario en esta zona del noreste del país.
De esta forma, resulta inadmisible que después de casi seis años desde la derogación del trasvase, estas actuaciones sigan todavía en proceso de estudio o acumulen un amplio retraso como en el caso de Yesa (que obtuvo el año pasado el informe favorable de Medio Ambiente) o San Salvador, que comenzó a construirse en 2009, cinco años después de aprobarse por la Comisión de Seguimiento del Pacto del Agua.
Según el presidente de Fenacore, “hemos pasado de remar todos en la misma dirección para llevar adelante estas obras hidráulicas de compensación a partir prácticamente de cero con el posterior Plan Agua. Cuando se apoyó el trasvase, se contaba con las autorizaciones pertinentes y la financiación de los fondos europeos previstos para poner en marcha el Plan Hidrológico. Ahora mismo nos encontramos sin embalses, con ayudas muy limitadas, sin agua garantizada en el Ebro y los grandes perdedores son los regantes del Levante y de Aragón”.
Con este objetivo, la Federación viene defendiendo en estos últimos años la puesta en marcha de medidas estructurales como son la construcción sostenible de embalses y trasvases intercuencas allí donde sea necesario, además de seguir avanzando en otras medidas de gestión de la demanda como la cesión de derechos al uso privativo del agua, la desalación, la gestión conjunta de aguas superficiales y subterráneas, la recarga de acuíferos o la reutilización de aguas regeneradas urbanas.
Según Del Campo, “este conjunto de medidas son cruciales para paliar los impactos negativos derivados de un posible cambio climático, con lluvias torrenciales y espaciadas en el tiempo, ya que evitarían los daños catastróficos de las inundaciones y permitirían disponer de agua en los periodos de sequía prolongada que azotan con demasiada frecuencia a nuestro país".