Cataluña estudia adelantar el estado de emergencia debido a la crítica situación de los embalses de las cuencas internas
Ese mismo día los embalses de las cuencas internas se encontraban en mínimos históricos. De entre todos, destacaba el pantano Darnius Boadella, ya en situación de emergencia al almacenar tan sólo un 14,5% de su capacidad. Hace un año se encontraba en el 33,17%, detallaron en una nota de prensa fuentes de la Agencia Catalana del Agua. El resto de embalses que conforman las cuencas internas de Cataluña presentaban porcentajes de agua embalsada muy bajos: Sau, al 16,8%; Susqueda, al 18%; o la Llosa del Cavall, al 19%.
Ante este escenario, el Gobierno de la Generalitat está trabajando de forma coordinada con los departamentos directamente implicados (Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, Empresa y Trabajo, Presidencia y Salud) en el diseño de la aplicación de la emergencia y evaluando el su impacto.
En este sentido, el Departamento de Acción Climática mantuvo reuniones de trabajo con las diputaciones provinciales, el Área Metropolitana de Barcelona, entidades y asociaciones municipalistas y los operadores responsables de la distribución del agua en alta de las cuencas internas para evaluar la situación y poner de manifiesto la necesidad de sumar esfuerzos para hacer frente a los daños económicos, sociales y ambientales que está provocando la actual sequía.
Previsiones ya en 2021
Asimismo, la ACA recuerda que el Ejecutivo autonómico ya activó en septiembre de 2021 el Plan Especial de Sequía para adelantarse a escenarios futuros y trabajar con antelación. Esta decisión ha permitido movilizar este año, mediante ayudas, cerca de 110 millones de euros para incrementar la disponibilidad de agua en los municipios. La ACA también señala que el Plan Especial de Sequía permite a la Generalitat de Cataluña “realizar un cálculo ajustado de la disponibilidad de agua según los usos y previsiones pluviométricas y, por tanto, adelantarse a futuros escenarios de escasez” hídrica.
Desde la activación del Pla de Sequía, en concreto desde la entrada en la fase de prealerta en el sistema Ter-Llobregat durante febrero de 2022, se ha incrementado la producción de agua desalinizada y regenerada, además se ha intensificado la extracción de agua de pozos de sequía. En todo este período se han producido más de 260 hm³ de agua nueva que han permitido ralentizar el ritmo de descenso de los embalses. Sin estos recursos, ya se habría entrado en la fase de emergencia durante la primavera de este año.
Por todo ello, y teniendo en cuenta el actual nivel de reservas de agua acumuladas en las cuencas internas, el Ejecutivo autonómico se plantea declarar el estado de emergencia “en los municipios que dependen de estos embalses, adelantándonos así a los peores escenarios de escasez”.
Así, y con el único objetivo de aprovechar al máximo las escasas reservas disponibles, en las próximas semanas se adelantará el estado de emergencia sin esperar a que el estado de los embalses más secos llegue al 16%, lo que comportará nuevas medidas de ahorro en todos los niveles y en todos los sectores. Mientras, se evalúa la posibilidad de establecer una situación de preemergencia para aplicar medidas transitorias y de adaptación de forma consensuada antes de llegar a la declaración efectiva de emergencia.
La Generalitat recuerda que ésta es “una situación excepcional, por lo que es necesario sumar esfuerzos entre todos para optimizar los recursos disponibles. Garantizar el abastecimiento pasa necesariamente por replantear su demanda y trabajar juntos para definir cómo utilizar mejor el recurso hídrico y maximizar su ahorro”.
En este sentido, el director de la Agencia Catalana del Agua, Samuel Reyes, anunció que en breve se impulsará una nueva línea de ayudas de 10 millones de euros destinada a todos los municipios que a día de hoy utilizan agua superficial o de los embalses para que recuperen pozos y construyan plantas de tratamiento.
El Gobierno autonómico insiste do en que hay que seguir trabajando en esta línea y, al mismo tiempo, ha apelado a la sociedad en su conjunto para aplicar medidas de ahorro y realizar un consumo responsable de los recursos hídricos.
“Desgraciadamente, la falta sostenida de lluvia (desde 2020 de las seis estaciones húmedas que ha habido, es decir otoño y primavera, cinco han sido secas o muy secas) y las previsiones del Servicio Meteorológico de Cataluña que no contemplan para las próximas semanas importantes episodios de precipitación, hacen prever una escalada en la situación crítica” que ya sufre Cataluña.
Esta escasez de lluvias se traduce en una carencia de 300 hm3 de aportaciones a las cabeceras de las cuencas internas de Cataluña. Esta carencia de aportaciones equivaldría a dos veces la capacidad total del embalse de Sau o tres veces el de Baells, concluyen las mismas fuentes.