‘Biohacking al Mar Menor’, el gigante con pies de plomo
En España desde 1980 se prohibió la edificación con tuberías de plomo y, desde 2002, la ley obliga a retirar las tuberías remanentes de los edificios; sin embargo, el Plan Bonet o Plan Norte (1961), conocido hoy por La Manga del Mar Menor, usó unos 30 millones de toneladas de escombreras y balsas mineras para construir, durante los años 1963 y 1975, con contenidos medios del 0,2% al 1% de residuos de plomo, zinc, cadmio y otros metales pesados.
De los 330 millones de toneladas (Mt.) de residuos mineros de la Sierra minera de Cartagena, más de 30 Mt. fueron destinadas a construir La Manga. En la sierra aún perduran 200 Mt. esperando ser restauradas, o al menos ser descontaminadas mediante ‘Biohacking’, para que no suceda en los entornos de los parques naturales como ocurrió con la laguna cuaternaria.
El ensayo científico hace un inventario pormenorizado de lo sucedido desde 1963 y “aborda la recuperación del Mar Menor en un plazo de nueve meses (fase inicial) para devolver la biota a un estado anterior a la acción contaminante del hombre, bioacumulación creada por la enorme ‘infusión’, que trae más de 12.000 toneladas de concentrados tóxicos (plomo, zinc y cadmio principalmente) localizados desde entonces bajo el nivel freático, y las cuales han lixiviado 3.700 toneladas en el fondo de la laguna cuaternaria (media de 28 g/m2). Quedan por lixiviar casi el 80% aún, estimándose que eso ocurra en 121 años”, señalan fuentes de Aurelian Biotech.
Las soluciones para las ramblas del Beal, Albujón, Las Matildes, Ponce y Carrasquilla, también son abordadas en el ensayo científico, dando una solución adecuada y sin demora, aclarando que los residuos que pudieran llegar al Mar Menor fueron transportados (hace seis décadas en los años sesenta) en camión de obra y no a través del agua o viento, como barajan algunas hipótesis.
“La agricultura y la ganadería fueron y son los sectores injustamente demonizados durante décadas por su aporte de nitratos y las filtraciones al acuífero, que son solo contaminantes difusos. El ensayo científico también abordada la problemática mediante Biohacking Agropecuario, que elimina los olores y nitratos (gases de efector invernadero—GEI), biofertiliza de forma natural los cultivos del Campo de Cartagena, a la vez que con biosilices y zeolitas se descontaminan los suelos sobreexplotados.
“Las zeolitas y biosílices han sido empleados ya por los sectores ambientales durante décadas, y ahora suponen uno de los principios activos de la remediación ambiental lagunar y su entorno, al igual que lo fueron para otras industrias, como depurar el gas en petroquímicas o el óxido nitroso (N2O) en catalizadores, eliminar los metales pesados en depuradoras o reducir la dureza del agua en los lavavajillas (ahora de uso cotidiano), todo, respetuoso con el agua, la flora y fauna terrestre y acuática”, aseguran las mismas fuentes.
Adicionalmente, han sido presentadas a Asaja Murcia diez, medidas propuestas como necesarias para neutralizar los efectos del Antropoceno, cinco en tierra, cuatro en playas y una en la laguna. “Estas diez medidas permitirán devolver la normalidad ecológica a la laguna del Mar Menor en un periodo de nueve a doce meses y deberán ir acompañadas de un mantenimiento anual para evitar las lixiviaciones y los aportes contaminantes futuros, así como aquellos posteriores a las DANAs, que son impredecibles”.
“El Biohacking es la solución definitiva al paso del antropoceno por la laguna cuaternaria, dando fin a un episodio que conmueve a Murcia, a España y a también a toda Europa”, afirma Félix Navarro, autor de la obra y cofundador de la biotecnológica murciana Aurelian Biotech.