La mujer como factor diferenciador hacia la sostenibilidad

La mujer está llamada a jugar un papel crucial ante los retos y desafíos medioambientales que tenemos como sociedad, gracias al bagaje y la experiencia que atesora. Históricamente, ha desempeñado una labor fundamental en el ámbito rural, y representa más del 40% del total de la fuerza laboral dedicada a la agricultura en el mundo; porcentaje que es aún mayor en los países en vías de desarrollo, donde supera, en muchos casos, el 50% de la población dedicada al sector agrícola.

Además, tradicionalmente, la mujer se ha encargado de administrar el hogar, con todo lo que ello supone: gestionar los recursos disponibles, cuidar de todos los miembros de la familia, en especial, los más delicados o dependientes, así como realizar la mayoría de las tareas, al margen de su trabajo fuera de la casa.

Con este currículum histórico a sus espaldas, si le añadimos la formación adecuada, especializada en gestión de equipos, así como en materia de medioambiente, resolvemos gran parte de la ecuación y nos ponemos en el camino adecuado, como sociedad, para alcanzar un desarrollo sostenible de forma real y efectiva, que permita combatir y paliar los efectos del cambio climático.

En la actualidad, la brecha de género es más intensa en el ámbito rural, donde, desgraciadamente, existe un menor grado de conciliación y una reducida representación femenina en los órganos donde se toman las decisiones. El desigual reparto de tareas del hogar en el medio rural genera un coste de oportunidad para la economía cuyo valor estimado asciende a 38.500 millones de euros. Estamos desaprovechando unos recursos fundamentales para afrontar el reto medioambiental que tenemos ante nosotros, no solo en el futuro, sino también en el presente.

Una experiencia multidisciplinar

Licenciada en Química, Ingeniera Técnica Industrial y Certificada en Transformación Digital por el Massachussets Institute of Technology (MIT de Boston) entre otros títulos formativos, Marina Palacios lleva quince años ocupando distintas posiciones directivas en diferentes territorios dentro del grupo Agbar (grupo Veolia). Posee una amplia experiencia en operaciones, digitalización, ventas y gestión en sectores como el agua, la energía, el turismo, la automoción o la agricultura. Actualmente, como directora general de Agbar Agriculture, aporta toda esa experiencia y esa visión global con el objetivo de posicionar a la compañía para competir mejor en un entorno cambiante, adaptándola a los nuevos retos del mercado y diferenciándola de sus competidores y así lograr los mejores resultados y seguir impulsando servicios y soluciones personalizados para el avance hacia una agricultura tecnificada.

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible recoge una demanda prioritaria en su hoja de ruta que busca poner en el centro de las actuaciones a las personas, el planeta, la paz, la prosperidad y la cooperación. Este plan de acción pide avanzar hacia un nuevo paradigma de desarrollo y, para ello, especifica que se debe alcanzar “la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas” (Objetivo 5 de los ODS).

Como ocurre con el esfuerzo inversor en I+D+i, debemos apoyarnos en la colaboración público-privada y favorecer las alianzas entre los diferentes organismos que conforman la sociedad civil para que, entre todos, impulsemos una igualdad efectiva que potencie el papel diferencial de la mujer en el objetivo conjunto hacia la sostenibilidad del planeta.

"El desigual reparto de tareas del hogar en el medio rural genera un coste de oportunidad para la economía cuyo valor estimado asciende a 38.500 millones de euros, recursos fundamentales que estamos desaprovechando"