Túnel Emisor Poniente II, obra subterránea de vanguardia en México

El proyecto del Túnel Emisor Poniente II (TEP II) fue asignado a Aldesa Construcciones por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) del Gobierno mexicano. Consistió en la construcción de un túnel de 7 metros de diámetro interior y 5.956,23 metros de longitud con profundidad de 12 a 110 metros, con una lumbrera de 12 metros de diámetro interior a 78 metros de profundidad, para conectar el Río San Javier – Xochimanga con el Túnel Emisor Poniente en Cuautitlán Izcalli (Estado de México).

Esta obra ayudará a la capacidad de desagüe del Valle de México en la zona norponiente, eliminará los riesgos de inundaciones y permitirá satisfacer las condiciones para los siguientes 50 años.

Para su ejecución, se utilizó una tuneladora dual con la que se alcanzaron varios records en excavación en el país, al excavar 54 metros lineales en 24 horas, 229 en una semana y 702 en un mes. La tuneladora colocó un anillo de hormigón reforzado cada 1,5 metros. Estos anillos están conformados por siete dovelas prefabricadas que constituyen el revestimiento primario del túnel.

El proyecto del Túnel Emisor Poniente II (TEP II) fue asignado a Aldesa Construcciones por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) del Gobierno mexicano.

El túnel tiene una capacidad de desagüe de 112 m³/s que le permitirá disminuir los niveles de agua de los ríos Tlalnepantla y San Javier evitando su desborde en temporada de lluvias, beneficiando a 2,13 millones de habitantes de los municipios de Naucalpan, Tlalnepantla, Cuautitlán Izcalli y Atizapán de Zaragoza.

El TEP II es un proyecto único, con un trazado de 5,9 km que corre entre dos municipios del Estado de México, con una sección de 7 metros de diámetro interior revestido y una capacidad de desagüe de 112 m³ por segundo. Se encuentra flanqueado en sus extremos por las secciones de captación de los ríos San Javier y Xochimanga y el canal de descarga hacia el antiguo Túnel Emisor Poniente.

El TEP II cuenta con una lumbrera de 67 metros de profundidad que se utilizará para trabajos de mantenimiento.

Consistió en la construcción de un túnel de 7 metros de diámetro interior y 5.956,23 metros de longitud con profundidad de 12 a 110 metros, con una lumbrera de 12 metros de diámetro interior a 78 metros de profundidad, para conectar el Río San Javier – Xochimanga con el Túnel Emisor Poniente en Cuautitlán Izcalli (Estado de México).

Para su construcción, se tuvieron en cuenta los diferentes tipos de suelo existentes en la zona. Para la excavación se utilizó una moderna tuneladora dual capaz de excavar tanto en roca como suelo, lo que representó un desafío técnico importante. La construcción a través de la tuneladora permitió el cumplimiento de los plazos comprometidos, gracias a los altos rendimientos de este sistema.

Los estudios geológicos realizados mostraron ocho tipos de suelos bien diferenciados a lo largo del trazado del proyecto.

La tuneladora estaba conformada por una gran rueda de corte encargada de excavar el frente del terreno. Al mismo momento de excavar extraía el material resultante y lo depositaba en un sistema de bandas transportadoras hasta el depósito final en la fosa de rezago.

Para la excavación en roca se usó una rueda de corte abierta que fractura el material y lo deposita directamente en las bandas transportadoras.

Proceso de montaje de la tuneladora.

Para la excavación en suelos se presurizó la cámara de excavación para igualar las presiones que ejerce el terreno blando hacia la rueda de corte, modo EPB. En este caso, al material excavado se le agregó un desestructurante de arcillas para permitir la extracción mediante el tornillo sin fin y su transporte después mediante el sistema de bandas.

El túnel posee un revestimiento primario formado por anillos de dovelas de 35 cm de espesor y un revestimiento secundario o definitivo de 25 cm de espesor que permite proteger el revestimiento primario de la corrosión producida por el agua y los gases que circulen por el túnel.

Para su ejecución, se contó con un sistema de cimbra telescópica de 54 metros de longitud con el que se procedió a la colocación y fraguado del mismo. El hormigón empleado en el revestimiento fue complementado con fibras sintéticas. El rendimiento de ejecución de este revestimiento fue de aproximadamente 22,5 metros lineales por día.

Para asegurar la estabilidad del terreno en la avenida de las Manzanas se colocaron unas pantallas de micropilotes con el fin de garantizar la estabilidad del terreno circundante a las viviendas que se encontraban sobre el túnel.

La tuneladora estaba conformada por una gran rueda de corte encargada de excavar el frente del terreno.

La ejecución de estas pantallas se realizó mediante el empleo de micropilotes de acero, los cuales se colocaron de sur a norte a lo largo de la avenida para, posteriormente, unir cada pantalla mediante una viga de atado de hormigón reforzado. Para este proyecto de sostenimiento se colocaron más de 800 micropilotes para abarcar un total de 25.600 metros lineales.

Se construyeron dos estructuras de control tipo cajón, una en la captación del Río San Javier - Xochimanga, de hormigón reforzado (cadenamiento 3+960), la cual continúa como cajón de hormigón reforzado, de sección rectangular interior de 8,0 x 5,5 metros de ancho y altura respectivamente y longitud aproximada de 180 metros, punto donde inicia el túnel de sección circular de 7,0 metros de diámetro interior y longitud aproximada de 5.503 metros con diseño a base de recubrimientos primario y secundario. Posteriormente se generó una nueva transición a cajón de hormigón reforzado, de sección 7,0 x 7,0 metros y longitud aproximada de 271 metros para concluir con el canal de descarga al Emisor Poniente a Cielo Abierto de hormigón armado.

El trazo del Túnel Emisor Poniente II se encuentra por arriba de la superficie piezométrica regional del Acuífero de la Ciudad de México y del Acuífero Cuautitlán-Pachuca y no los intercepta.

El túnel posee un revestimiento primario formado por anillos de dovelas de 35 cm de espesor y un revestimiento secundario o definitivo de 25 cm de espesor que permite proteger el revestimiento primario de la corrosión producida por el agua y los gases que circulen por el túnel.

De la trayectoria del Túnel Emisor Poniente II, el 73% se localiza en la zona del Acuífero de la Ciudad de México y el restante 27%, en la zona del Acuífero Cuautitlán-Pachuca. Aunque administrativamente el trazo se encuentra dentro de los dos acuíferos, desde el punto de vista geohidrológico la obra no se encuentra en la zona saturada de los acuíferos. El agua que se ha detectado obedece a la recarga de los acuíferos y/o asociados a cuerpos superficiales cercanos a las obras.

• Respeto e intervención adecuada en el medio ambiente.
• Adaptabilidad con el entorno urbano y el contexto social.
• Accesibilidad e integración de todo tipo de usuarios.
• Congruencia económica para el aprovechamiento de la obra.

Dentro de la formulación de la propuesta técnica y económica de la empresa, siempre se respetaron y se dio cumplimiento a los lineamientos estipulados en las leyes y disposiciones normativas vigentes aplicables en materia de impacto ambiental. Lo anterior fue de obligado cumplimiento durante todas las actividades derivadas de la construcción del túnel y lumbrera del Túnel Emisor Poniente II.

En todas las actividades de la obra siempre se contó con personal especializado en materia ambiental, así como con todos los recursos y actividades necesarias para dar cumplimiento a la legislación vigente y aplicable en materia de impacto ambiental. Dando especial importancia a todas las acciones de prevención orientadas a la protección y conservación del medio ambiente en cada una de las etapas de construcción del túnel.

En todas las actividades de la obra siempre se contó con personal especializado en materia ambiental, así como con todos los recursos y actividades necesarias para dar cumplimiento a la legislación vigente y aplicable en materia de impacto ambiental.

Algunas de las acciones realizadas fueron:

• Manejo de la rezaga procedente de la excavación, considerando su retiro a los bancos de tiro autorizados.
• Mantenimiento continuo y conservación en buen estado de los caminos de acceso a los sitios del depósito final.
• Acciones referentes a la conformación y protección del banco de tiro de materiales producto de la excavación, construcción de los bordos y tinas, sitio de disposición final del agua extraída producto de filtraciones, precipitaciones y limpieza del túnel, establecimiento de los procedimientos para el transporte y control de material de excavación tanto sólido como acuoso.
• Programa de riegos en los campamentos y caminos y rutas utilizadas, tanto en la zona de obras como de acceso al sitio de disposición de la rezaga, manteniéndose la humedad necesaria y sin problemas para evitar suspensión de partículas en el aire y dispersión de polvos a la atmósfera.
• Procedimientos para el depósito, conformación y protección del material en el banco de tiro así como de las acciones de restitución del sitio al término de las actividades.
• El procedimiento para el manejo de materiales y residuos peligrosos producto del mantenimiento del equipo y maquinaria.
• Instalación de almacenes temporales de materiales y residuos peligrosos, suministros del mantenimiento de la máquina tuneladora, procedimientos para el manejo de residuos domésticos, cronograma de actividades y mantenimientos de depósitos y materiales de apoyo.
• Preparación, instalación y mantenimiento de áreas de maniobras y ordenamiento de campamentos y oficinas.
• Todas las medidas y acciones preventivas requeridas en los sitios de trabajo y de la elaboración de las dovelas.
• Nuestro personal evitó cualquier riesgo potencial de contaminación del subsuelo en la zona de influencia de la obra.
• Limpieza frecuente de los sitios de construcción, en un área de aproximadamente quinientos metros de radio alrededor de los mismos y de las vialidades de circulación continua de sus vehículos de carga, para minimizar las molestias a la población.
• Número suficiente de señalamientos de precaución para advertir a peatones y automovilistas de la presencia de las obras y del tránsito de vehículos de carga.
• Ejecución de todas las acciones de prevención orientadas a la protección y conservación del medio ambiente en cada una de las etapas de construcción del túnel.

En 1962 se inició la construcción del Emisor del Poniente, desde el Vaso del Cristo hasta el río Cuautitlán. Su longitud es de 32,3 km, de los cuales 12,3 km son en conducto cerrado de sección elíptica (4,1 km en túnel y 8,2 km construidos a cielo abierto) y 20 km en canal de sección trapezoidal, con una capacidad de conducción creciente de 30 a 80 m³/s para captar los escurrimientos del río Tlalnepantla y el río San Javier. Las aguas de este emisor se llevan por el Canal a cielo abierto para juntarse con el río Cuautitlán, posteriormente a la laguna de Zumpango y/o al Tajo de Nochistongo, según la operación del sistema.

De la trayectoria del Túnel Emisor Poniente II, el 73% se localiza en la zona del Acuífero de la Ciudad de México y el restante 27%, en la zona del Acuífero Cuautitlán-Pachuca.

Sin embargo, con el paso de los años, a casi cuatro décadas de la construcción del Túnel Emisor Poniente (TEP), debido al incremento desordenado de asentamientos urbanos en la zona, la demanda rebasó su capacidad de desalojo, en condiciones de precipitaciones extraordinarias, cuya evidencia es su ruptura en septiembre de 2009.

Para resolverlo, la Comisión Nacional del Agua (Conagua), entre otras acciones, elaboró el Proyecto Ejecutivo del Túnel Emisor Poniente II (TEP II), concebido como un elemento alterno dentro del sistema de desalojo que permita una operación confiable a través de un mantenimiento regular que elimine definitivamente cualquier riesgo de inundación en forma permanente al incrementar sustancialmente la capacidad de drenaje general, para satisfacer las condiciones actuales y futuras en un horizonte de 50 años.

La propuesta de construcción del TEP-II como drenaje alterno, además de ampliar la capacidad de desagüe del Valle de México en la zona norponiente, permitió realizar trabajos de mantenimiento necesarios para una adecuada operación del sistema. Además, incluyó señalizaciones, barreras, letreros, protecciones, etc., así como bandereros y personal de seguridad, en cantidad suficiente para llevar a cabo la recepción de los visitantes en condiciones de seguridad.

Pese a que la población en Ciudad de México y el área metropolitana continúa incrementando adicionando más desarrollos habitacionales en el Norponiente del Valle de México, lo anterior ocasionó que el Gobierno Federal atacara los problemas hídricos de la Ciudad.

Dentro de los alcances de esta obra de infraestructura se benefician a 2,13 millones de habitantes de los municipios de Naucalpan, Tlalnepantla, Cuautitlán Izcalli y Atizapán de Zaragoza con la plena seguridad de que el TEP II permitirá disminuir los niveles de los ríos Tlalnepantla y San Javier evitando su desborde en temporada de lluvias.

El proyecto del TEP II contempló los siguientes alcances:

• I. Trabajos iniciales para la construcción del Túnel Emisor Poniente II
• II. Obras inducidas
• III. Construcción del cajón de 7,00 x 7,00 m, 240,30 m de longitud
• IV. Construcción del túnel con equipo tunelador TBM
• V. Caja de transición 4 de túnel de 7,00 m de Ø interior a cajón de 7,00 x 7,00 m
• VI. Construcción de lumbrera por método convencional
• VII. Construcción del canal de descarga al canal abierto poniente
• VIII. Caja de transición 3, de 8,00 x 5,50 m a túnel de 7,00 m de Ø interior
• IX. Construcción del cajón de 8,00 x 5,50 m de 151,60 m de longitud
• X. Construcción captación río San Javier
• XI. Desvío del acueducto Teoloyucan de 72" de Ø interior de hormigón presforzado

La propuesta de construcción del TEP-II como drenaje alterno, además de ampliar la capacidad de desagüe del Valle de México en la zona norponiente, permitió realizar trabajos de mantenimiento necesarios para una adecuada operación del sistema.

Aldesa es una empresa comprometida con la sociedad, es por ello que el tipo de construcción TEP II es un proyecto que ha mejorado directamente la calidad de vida de la comunidad, generando un bienestar y entorno seguro para el ser humano. Con el proyecto se eliminarán los riesgos de inundación y desborde de los ríos circundantes.

El TEP II es una obra indispensable para más de 2 millones de habitantes de la zona Norponiente derivado de que por más de 30 años los gobiernos locales del Norponiente del Valle de México permitieron el crecimiento urbano en áreas donde no podían ser garantizados los servicios básicos hídricos, afectando las obras de infraestructura construidas años atrás, que se encuentran rebasadas y que deben ser aumentadas para subsanar y garantizar los servicios requeridos.

Este fenómeno es un problema que fue resuelto en la zona Norponiente del Valle de México con la obra del Túnel Emisor Poniente II. El proyecto brinda seguridad permitiendo bajar los niveles de los ríos Tlalnepantla y San Javier evitando su desborde en temporada de lluvias como fue el caso particular de las inundaciones ocurridas en 2009 y que afectaron tanto económicamente como la calidad del aire en la zona, siendo una obra de gran impacto social sin importar las condiciones socioeconómicas de los pobladores.

Aldesa es una empresa comprometida con la sociedad, es por ello que el tipo de construcción TEP II es un proyecto que ha mejorado directamente la calidad de vida de la comunidad, generando un bienestar y entorno seguro para el ser humano.

El cálculo de la población que se beneficia con este proyecto es de 2.1 millones de habitantes de los municipios de Naucalpan, Tlalnepantla, Cuautitlán Izcalli y Atizapán de Zaragoza, teniendo una capacidad de 112 m³/s y 7 metros de diámetro, siendo una de las obras más importantes para la sociedad teniendo como único objetivo el beneficio social satisfaciendo las condiciones actuales y futuras por los próximos 50 años.

La propuesta de construcción del Túnel Emisor Poniente II (TEP-II) como drenaje alterno, además de ampliar la capacidad de desagüe del Valle de México en la zona norponiente, permitirá realizar los trabajos de mantenimiento necesarios, para una adecuada operación del sistema completo, garantizando de esta manera su vida útil para el cual fue proyectado.