La reducción de la movilidad y el uso de nuevas tecnologías definen el nuevo mercado de carne de ovino

La Subdirección General de Producciones Ganaderas y Cinegéticas del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha elaborado recientemente un informe en el que evalúa los efectos que está teniendo la pandemia del COVID-19 en el ovino de carne.

Partiendo de la base de una fuerte caída del Producto Interior Bruto (PIB) en España del 18,52% durante el segundo trimestre de 2020, lo cierto es que este estudio plantea dos aspectos fundamentales provocados por la pandemia que pueden influir directamente en este mercado.

Parte del informe del Ministerio en el que se destaca los precios de las diferentes categorías de corderos.

En primer lugar, está el aspecto de la reducción de la movilidad a nivel general en todo el mundo, ya que se prevé un importante descenso en el número de viajes que se realizan, especialmente por motivos laborales. Así, un ejemplo es que se han reducido en un 31% interanual las exportaciones por vía aérea de carne de ovino desde Australia. En el caso de España, las exportaciones cárnicas se han mantenido en niveles similares a 2019, aunque ha aumentado sensiblemente el número de ventas de ovinos vivos en la pasada primavera, sobre todo por la aparición de compradores como Jordania y Arabia Saudí.

Esa reducción de la movilidad ha provocado que en España haya aumentado en un 0,5% el consumo de carne fresca de ovino y caprino en los hogares españoles, mientras que la producción ha caído en un 3,1%.

Por otro lado, este informe del Ministerio de Agricultura destaca el incremento del uso de las nuevas tecnologías en la compra de productos alimentarios, lo que provoca nuevas oportunidades de mercado.