Nitrosulfato amónico, indicado para la aplicación de una sola cobertera ya que el nitrógeno nítrico que aporta, 25%, facilita la cantidad necesaria para el ahijado, en cereales.
El nitrógeno en forma amoniacal, 75%, se nitrifica progresivamente hasta el final del ciclo de cultivo.
El azufre que contiene tiene efectos beneficiosos tanto para la planta como para el suelo:
En el suelo: acidifica el suelo y permite que la nitrificación se lleve a cabo gradualmente, logrando un mejor aprovechamiento del nitrógeno y una reducción de las pérdidas al medio ambiente; reduce el pH y es por tanto adecuado para suelos calizos y salinos; moviliza el fósforo y el potasio: solubiliza los microelementos del suelo; tiene acción fungicida.
En la planta: en cereales, favorece el ahijado y contribuye a la formación de espigas y, en el caso de la colza, produce semillas de alta calidad, favorece la fructificación; forma parte de aminoácidos esenciales y por lo tanto, es imprescindible en la formación de proteínas, vitaminas y enzimas.
El proceso de producción, diseñado por Fertiberia, confiere al nitrosulfato amónico unas propiedades físicas y una calidad química excepcionales.
La gran dureza permite una distribución muy homogénea, facilita la manipulación y permite la perfecta conservación del producto.
La altísima solubilidad, 980 gr/l a 20 ºC, hace que sea un fertilizante idóneo para su utilización en sistemas de riego extensivos, en especial riego con pívot.
Forma de aplicación:
- Se aplica sobre la superficie del terreno, en suelos, y siempre homogéneamente repartido. No precisa ser enterrado ya que es un abono muy soluble y una precipitación moderada o un riego es suficiente para situar los nutrientes al alcance de las raíces.
- Apto para aplicación en cobertera.
- Aplicar en suelos: calizos, sódicos con M.O. sin descomponer.