Cada campaña se trabaja en variedades nuevas que mejoran las características de sus predecesoras
La evolución del césped
7 de mayo de 2012
El césped sigue siendo uno de los elementos más comunes en nuestros jardines y también una apuesta prácticamente unánime para cubrir los espacios exteriores, las zonas de paso, las cercanías de una piscina, etc. Pese a tratarse de especies que llevan muchos años utilizándose, su evolución se mueve a un ritmo muy alto y cada campaña se presentan variedades que mejoran las características de sus predecesoras en muchos aspectos.
Es conocido que una mezcla comercial de césped está formada por varias especies y muchas variedades, para conseguir maximizar los puntos fuertes de cada una de ellas así como enmascarar sus puntos débiles. En esta dirección los productores cada día buscamos mejorar los puntos débiles de las principales especies con variedades de mejores características.
La evolución del césped se puede diferenciar en dos caminos diferentes. Por un lado, tenemos la investigación de nuevas especies formadoras de césped. En este caso se opta por centrar esfuerzos en especies de alta adaptación a condiciones ambientales adversas, especialmente calor extremo, sequía, tipos de suelo áridos, ambientes salinos y riegos con aguas de alta conductividad eléctrica. En esta dirección se han implantado en los últimos años especies como las ‘Zoysias’ y los ‘Paspalums’, que nos ofrecen un bajo consumo de agua, una alta tolerancia a la salinidad y un excelente comportamiento en condiciones de calor extremo con unas necesidades hídricas muy bajas. Sin duda, son una clara opción en espacios grandes, jardines públicos, campos de golf, etc., pues en condiciones de máxima sostenibilidad tenemos espacios verdes con muy pocos imputs aportados.
La evolución del césped se puede diferenciar en dos caminos diferentes: investigación de nuevas especies formadoras de césped y mejora de las especies tradicionales
En la otra dirección, la evolución se realiza en la mejora de las especies tradicionales obteniendo cada vez variedades de mejor comportamiento trabajando especialmente en la adquisición de resistencias a muchas enfermedades, sobre todo fúngicas, la mejora de la calidad de hoja de dichas especies, buscando la finura máxima de las mismas, la adaptación a menor riego basándose en sistemas radiculares más poblados y fuertes y los comportamientos óptimos tanto en condiciones de frío como de calor extremo. En este sentido, las principales obtenciones son ‘Festucas arundinaceas’ de hoja más fina y mayor velocidad de implantación, ‘Loliums perennes’ de menor consumo de agua, mayor resistencia a enfermedades y mejor comportamiento con calor extremo, ‘Poas pratense’s más tolerantes a enfermedades y más fuertes frente al desgarro horizontal, etc.
Céspedes y cespitosas es una de las líneas de negocio históricas en los más de dos siglos de andadura de Semillas Batlle.
El resultado es una empresa que entre sus muchas áreas de negocio (sustratos, fertilizantes, fitosanitarios, gran cultivo, línea ecológica, horticultura, etc.) tiene la línea de céspedes y cespitosas como uno de sus productos de prestigio histórico y se mantiene en la vanguardia de su multiplicación y comercialización.
Los frutos a estos esfuerzos de investigación, ensayos y evolución son la comercialización de mezclas de mejores características, mejor comportamiento y mayor calidad, que tienen como máximo objetivo satisfacer las necesidades del consumidor con céspedes de menor mantenimiento, mejor calidad estética y máxima sostenibilidad en el uso de recursos.
Este último punto es uno de los pilares de Semillas Batlle que durante sus más de 210 años de historia ha buscado siempre la optimización de usos energéticos en sus procesos de fabricación, la utilización de materiales procedentes del reciclaje y la búsqueda de especies que maximicen sus producciones para conseguir el máximo rendimiento por imput de consumo aportado.
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