Laber-Microal gestiona la salida al mercado de tres nuevos fertilizantes elaborados a partir de residuos
12 de marzo de 2012
A través de este proyecto se ha conseguido que residuos no peligrosos, en un principio catalogados con código LER (Lista Europea de Residuos) por la Xunta de Galicia, se transformen en “enmiendas orgánicas” mediante técnicas de compostaje. El compost que resulta de estos procesos es fruto de la fermentación de residuos biodegradables y lodos, respetando los límites establecidos en el RD 1310/1990 y de acuerdo con las normas derivadas del RD 824/2005 y del RD 865/2010. Como último paso, el compost es cribado y seleccionado por la empresa productora, que lo comercializa con el nombre de Composten 2, Composten 3, y Composten 4. Tratamientos Ecológicos del Noroeste ya tenía autorizado desde 2010 un primer producto fertilizante, también del tipo “enmienda orgánica compost”, denominado Composten. En concreto, Corporación Laber-Microal ha realizado el control analítico necesario para poder desarrollar este proyecto, así como la documentación del mismo.
Las materias primas utilizadas en la fabricación de los tres fertilizantes son, en primer lugar, de origen orgánico, tanto vegetal como animal, encontrándose entre sus compuestos residuos de silvicultura, lodos de tratamiento in situ de efluentes o de aguas residuales urbanas, serrín, virutas y recortes madera, tablero y sus cenizas. Otro tipo de materias utilizadas son abonos minerales, enmiendas calizas, agua y nutrientes. La aplicación de estas enmiendas orgánicas sobre suelos y plantas tiene varias ventajas que repercuten directamente en la mejora de la calidad de estos dos elementos. En primer lugar, constituye un almacén de nutrientes, especialmente de nitrógeno (N), fósforo (P) y azufre (S), que se van liberando lentamente facilitando su aprovechamiento.
Por otra parte, con el uso de este tipo de fertilizantes tipo “enmienda orgánica compost”, se ha comprobado que pueden conservan hasta diez veces más nutrientes que las arcillas, formando complejos que retienen macro y micro nutrientes, evitando su pérdida por lixiviación y por lo tanto, aumentando su disponibilidad. Asimismo, proporcionan energía para los microorganismos y en consecuencia, incrementan la actividad biológica de los suelos. Por último, favorecen una buena composición del suelo al aumentar la bioestructura estable del agua.