El trabajo presenta los resultados en función de una serie de variables

El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) ha publicado el documento 'Análisis de los Accidentes de Tractores y Maquinaria Agrícola y Forestal', donde se recoge la metodología de registro basada en la norma UNE-EN 16831:2017, así como los resultados del estudio de validación.

El registro de datos de los accidentes de tractores y maquinaria agrícola y forestal mediante el formulario proporciona gran cantidad de información de diversa índole acerca de los factores que tuvieron incidencia en este tipo de accidentes, la mayoría de la cual no se podría obtener únicamente a partir de los datos proporcionados a través del sistema actual de notificación de accidentes de trabajo (Delt@).

Según dicho sistema, el agente material asociado a gran parte de los accidentes que se notifican cada año en la actividad agraria es una máquina móvil o portátil. Sin embargo, se ha constatado que este sistema de notificación no proporciona información lo suficientemente detallada sobre el equipo realmente involucrado ni sobre las causas y dinámicas de estos accidentes, que permita proponer e implantar acciones preventivas más específicas y eficaces dirigidas a reducir la accidentabilidad.

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El Comité Técnico de Normalización CEN 144 (CEN/TC 144) elaboró la norma EN 16831:2016, que con posterioridad ha sido publicada por UNE bajo la denominación UNE-EN 16831:2017 - Tractores y maquinaria agrícola y forestal. Seguridad. Formato de los informes de accidentes. Esta norma establece un formato uniforme para el registro de los datos de este tipo de accidentes por todas las partes interesadas (autoridad laboral, organismos de prevención de riesgos laborales, servicios de prevención, mutuas de accidentes, fabricantes, asociaciones profesionales, etc.).

Así, el INSST, basándose en la norma UNE-EN 16831:2017, ha elaborado una metodología para registrar los datos de los accidentes de tractores y maquinaria agrícola y forestal, cuyos principales instrumentos son un formulario de registro, unas tablas de códigos y una guía de aplicación.

El estudio de validación, elaborado por Tamara Ruiz Rodríguez y Rafael Cano Gordo, presenta los resultados en función de una serie de variables.

Aunque inicialmente se estableció que la validación de la metodología se realizaría a lo largo del año 2021, con los accidentes que se produjeran a lo largo de ese año, algunas entidades han aplicado el formulario y registrado accidentes que tuvieron lugar en años anteriores, así como algunos ocurridos durante 2022. En total, se han registrado 676 accidentes, de los cuales 623 tuvieron lugar en 2021.

En cuanto a las entidades que han participado en la validación de la metodología, las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social (MCSS) son las que han registrado la mayor parte de los accidentes (61,7 %), seguidas de varios órganos técnicos en materia preventiva de las comunidades autónomas (CCAA) con un 33,3 %, la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS) con un 4,9 % y un Servicio de Prevención Ajeno (SPA) con el 0,1 %.

La mayoría de los accidentes estudiados tuvieron lugar en las comunidades autónomas de Castilla y León, Andalucía, Castilla-La Mancha, Cataluña y Extremadura, representando un 72,8 % del total de accidentes registrados analizados. En cuanto a las provincias, aquellas en las que se ha registrado un mayor número de accidentes son Valladolid (6,8 %), Badajoz (5,4 %) y Salamanca (5,1 %).

La mayoría de los accidentes analizados se concentran entre las nueve de la mañana y la una de la tarde, representando un total 62,6 %. Asimismo, cabe destacar aquellos accidentes que se produjeron a las cuatro y cinco de la tarde, respectivamente, con unos porcentajes del 6 % y el 5,3 % sobre el total de accidentes analizados.

El 31,5 % de los equipos implicados en los accidentes estudiados se clasifican dentro del código 09.02.99.00 - Otros equipos agrícolas, que agrupa a equipos instalados en tractores, equipos suspendidos en tractores, equipos de jardinería y espacios verdes y equipos portátiles motorizados.

• El 17,2 % de los accidentes analizados se clasifican en el código 09.02.03.01 - Tractor agrícola.
• El 14,3 % se clasifican en el código 09.02.02.04 – Desbrozadoras (de sierra, de hilo…), podadoras (eléctricas, neumáticas…).
• El 11,4 % se clasifican en el código 09.02.03.02 – Máquina agrícola de autotracción.
• Los equipos de estos cuatro códigos están presentes en el 74,4 % de los accidentes analizados.
  
  Tal y como se puede observar a partir de estos datos, la información proporcionada por el Sistema Delt@ acerca de los equipos implicados en los accidentes es claramente insuficiente.

Las categorías de equipos más comunes en los accidentes analizados son los equipos portátiles motorizados, representando el 35,5 % del total. Los equipos autopropulsados están presentes en el 27,2 % de los accidentes analizados, seguidos por el conjunto tractor con equipo remolcado, con un 18,4 % y el conjunto tractor con equipo suspendido, con un 10,7 %. Por último, los equipos de jardinería con ruedas y los cargadores y manipuladores representan el 4,3 % y el 3,9 %, respectivamente.

La motosierra y el tractor (sin equipo remolcado o suspendido) representan cada uno el 17,0 % del total de equipos involucrados en los accidentes analizados, seguidos por la desbrozadora portátil con un 10,4 % y el remolque de transporte con un 7,3 %. Estos cuatro equipos están presentes en el 51,7 % del total de accidentes estudiados.

En el 35,7 % de estos accidentes estuvieron implicados distintos tipos de equipos con diferentes códigos (tractor con cargador frontal, cosechadora de cereales, cortacésped con conductor sentado, cargador frontal (para tractor), sembradora, cargadora telescópica todoterreno, soplador, etc.). Esto da una idea de la gran diversidad de maquinaria utilizada en el sector agrario. En el Anexo IV se puede consultar la lista completa de equipos involucrados en los accidentes analizados.

En el 38,8 % de los accidentes estudiados se desconoce el año de fabricación del equipo y, por tanto, su antigüedad. Los equipos implicados en el 29,6 % de los accidentes analizados tenía menos de 5 años, mientras que en el 11,2 % de los accidentes los equipos tenían entre 5 y 10 años. Estos tres grupos representan el 79,6 % de los accidentes analizados.

En el 64,5 % de los casos estudiados el equipo involucrado se encontraba bien mantenido en el momento del accidente, mientras que en el 12,9% se encontraba bastante mantenido. Ambos representan el 77,4 % de los accidentes analizados. En el 9,7 % del total de accidentes estudiados no se disponía de información acerca de las condiciones de mantenimiento de los equipos.

En el 67,3 % de los accidentes estudiados se consideró que las protecciones y los dispositivos de seguridad no tuvieron incidencia en el accidente. En el 22,8 % de los accidentes no se disponía de información acerca de estos elementos de protección de los equipos. Ambos códigos representan el 90,1 % de los accidentes estudiados.

En el 44,4 % de los accidentes analizados se consideró que el funcionamiento o problemas técnicos de los equipos involucrados no tuvieron incidencia en la ocurrencia de los accidentes en cuestión (por no encontrarse los equipos en funcionamiento en el momento del accidente en la mayoría de estos casos).

En el 38,1 % de los accidentes el funcionamiento del equipo fue el previsto por el fabricante. En el 6,0 % de los accidentes no se disponía de información acerca del funcionamiento y posibles problemas técnicos del equipo. Estos tres códigos representan el 88,5 % del total de accidentes analizados.

En el 49,3 % de los accidentes analizados se consideró que los equipos implicados cumplían los reglamentos y las normas de aplicación en el momento del accidente. En el 19,7 % de los accidentes no se disponía de información acerca del cumplimento de reglamentos y normas por parte de los equipos, mientras que en el 17,3 % se estimó que este apartado no tuvo incidencia en el accidente. Estos tres códigos representan el 86,3% de los accidentes registrados estudiados.

La categoría de accidente más frecuente entre los accidentes estudiados con código específico son los golpes, cortes o pinchazos por elementos móviles de la máquina (21,9 %); las caídas desde el equipo (16,5 %) y los golpes, cortes o pinchazos por material procesado (7,8 %). Entre aquellos accidentes sin código específico (V – Otra categoría no codificada), que representan un 28,9 % del total, destacan los sobreesfuerzos (10,2 %), seguidos de los golpes por o contra un vehículo o equipo (6,6 %), entre otros. Estas cuatro categorías representan el 75,1 % del total de accidentes registrados analizados.

Las categorías de accidente por tipo de equipo más frecuentes en los accidentes estudiados son el golpe, corte o pinchazo por elementos móviles de la motosierra (12,9 %); la caída desde el tractor (sin equipo remolcado o suspendido) (7,8 %); golpe, corte o pinchazo por material procesado utilizando una desbrozadora portátil (3,7 %) y caída desde un tractor con remolque de transporte (2,9 %).

En el 6,0 % del total de los accidentes estudiados estuvo involucrado un tractor (sin equipo remolcado o suspendido), comprendiendo varias categorías de accidente que no disponen de un código específico (V - Otra categoría no codificada), tales como los sobreesfuerzos, los golpes por o contra un vehículo o equipo, etc.

A su vez, el 4,9 % del total de accidentes considerados comprende varias categorías de accidente (V - Otra categoría no codificada) en los que estuvieron implicados una desbrozadora portátil.

El 2,7 % y 2,0 % del total de accidentes estudiados se produjeron por golpe, corte o pinchazo por elementos móviles de la máquina al utilizar unas tijeras de poda o un cortasetos, respectivamente.

Estos accidentes representan el 43,0 % del total de los accidentes analizados.

La mayoría de los accidentes estudiados tuvieron lugar en el campo (46,6 %), seguidos de aquellos ocurridos en una zona forestal (16,3 %), una zona abierta del edificio agrícola (9,3 %), un cobertizo o granero (6,8 %) o un taller (4,8 %). Estos cinco escenarios representan el 83,8 % de los accidentes considerados.

En varios códigos (5,5 %) se han agrupado aquellos accidentes que ocurrieron en escenarios tales como desplazamiento por camino agrícola (503), ninguna información (500) y desplazamiento por vía pública (505), entre otros.

Más de la mitad de los accidentes estudiados tuvieron lugar durante la fase de ciclo de vida del equipo correspondiente al funcionamiento normal en el campo (51,2 %).

A continuación, el 6,8 % de accidentes se produjeron durante el montaje de los equipos, el 5,4 % durante la resolución de problemas, el 4,6 % durante la limpieza del equipo y el 4,6 % durante la preparación del trabajo.

Esos cinco códigos representan el 72,6 % de los accidentes registrados.

Entre los accidentes registrados en los que no se disponía de un código especifico (699), o no se conocía la actividad del ciclo de vida del equipo durante la que se produjo la interacción humana que dio lugar al accidente, destacan los accidentes producidos al utilizar los medios de acceso del equipo (al subir o bajar del mismo), con un 3,9 %.

En varios códigos (15,7 %) se han agrupado actividades como 615 - Persona próxima participando en la actividad del equipo (2,7 %); 616 - Persona próxima no participando en la actividad del equipo (2,6 %); 611 - Reparación del equipo (2,4%); etc.

Los modos de uso del equipo implicado en los accidentes analizados más comunes son el mal uso razonablemente previsible en el 46,8 % de los casos; seguido por el uso normal previsto (25,3 %); el uso indicado como no previsto en el manual de instrucciones (o uso prohibido) con un 11,7 % y el mal uso no previsible (5,8 %).

Estos cuatro códigos representan el 89,6 % del total de accidentes analizados.

En el 7,3 % de los accidentes estudiados no se disponía de información suficiente acerca del modo de uso.

En el 49,7 % de los accidentes analizados el ambiente era seco y el cielo estaba despejado en el momento del accidente, mientras que en el 4,9 % de los casos estaba lloviendo.

Por otro lado, en el 30,3 % de los accidentes estudiados se estimó que las condiciones meteorológicas no tuvieron incidencia en el accidente, mientras que en el 12,4 % de los casos no se disponía de información suficiente acerca de las condiciones meteorológicas en el momento del accidente.

Estos cuatro códigos representan el 97,3 % del total de accidentes analizados.

Las condiciones de la superficie del terreno, camino o carretera eran buenas en el 36,2 % de los accidentes analizados, mientras que en el 9,9 % de los casos el terreno presentaba irregularidades (taludes, zanjas, hoyos, raíces). En el 8,8 % de los accidentes las condiciones eran regulares.

En el 4,9 % de los accidentes estudiados no se disponía de información suficiente acerca de las condiciones meteorológicas en el momento del accidente.

Destacan aquellos accidentes en los que se consideró que la superficie del terreno, camino o carretera no tuvo incidencia en el accidente, con un 30,8 %.

Estos cinco códigos representan el 90,6 % del total de accidentes analizados.

Las condiciones del cultivo durante la recolección eran no aplicables o no pertinentes en el 93,0 % de los accidentes analizados y se consideraron buenas en el 4,4 % de los casos. En el 1,7 % de los accidentes estudiados no se disponía de información suficiente acerca de las condiciones del cultivo durante la recolección en el momento del accidente. Estos tres códigos representan el 99,1 % de los accidentes analizados.

El 51,6 % de las víctimas tenían entre 41 y 60 años. En concreto, el grupo de edad más común en los accidentes analizados es el de los 51-60 años con un 25,9 %, seguido por el de 41-50 años con un 25,7 %. El siguiente grupo de edad más frecuente entre las personas accidentadas es el de los 31-40 años, con un 23,3 %. Estos tres grupos de edad representan el 74,9 % de los accidentes analizados.

El 76,2 % de las víctimas en los accidentes analizados eran personas empleadas y el 20,4 % autónomas propietarias del equipo de trabajo. Ambos perfiles representan el 96,6 % de las personas accidentadas. En varios códigos se han agrupado aquellos accidentes en los que la víctima tenía otros perfiles, tales como persona próxima participando en el proceso de trabajo (0,7 %) o familiar colaborador (0,5 %), entre otros.

En el 54,3 % de los casos la persona accidentada estaba adiestrada para el manejo del equipo; en el 36,1 % se trataba de un operador u operadora general agrícola y en el 6,0 % no estaba adiestrada adecuadamente. Estos tres perfiles representan el 96,4 % de las personas accidentadas.

En varios códigos (1,7 %) se han agrupado otros perfiles de víctimas (operador no apto para el trabajo y persona próxima no informada), así como aquellos accidentes en los que se considera que las características de la víctima no tuvieron incidencia (0,9 %) o no se disponía de información suficiente acerca de este apartado (0,2 %).

En el 47,4 % de los accidentes analizados se estimó que la víctima era apta y prudente; en el 19,2 % no cumplió algunas de las normas básicas de seguridad; y en el 8,8 % se consideró que era imprudente. Asimismo, en el 15,3 % de los casos nose disponía de información suficiente acerca del comportamiento de la víctima en el momento del accidente. Estos cuatro códigos representan el 90,7 % de los accidentes estudiados.

Las partes del cuerpo lesionadas con más frecuencia en los accidentes analizados son los dedos de la mano (18,9 %); la pierna (14,1 %); la mano (9,0 %), el pie (7,0 %); el hombro (5,8 %) y el tobillo (5,4 %). Estos seis códigos representan las partes del cuerpo afectadas en el 60,2 % de los accidentes analizados.

En el 26,2 % de los accidentes el daño se produjo en 25 partes del cuerpo diferentes (dedos del pie, ojos, muñeca, cuello, etc.); en múltiples partes del cuerpo (código 1478) o no se disponía de información acerca de la parte dañada.

El tipo de daño más frecuente en los accidentes analizados son las heridas y lesiones superficiales (45,2 %); las dislocaciones, esguinces y distensiones (27,0 %); las fracturas de huesos (16,8 %) y las amputaciones traumáticas (4,3 %). Estos cuatro códigos representan el 93,3 % del total de accidentes estudiados.

En varios códigos (2,0 %) se recogen aquellos accidentes en los que la víctima sufrió otro tipo de lesión (quemaduras, escaldaduras y congelación; envenenamientos e infecciones; etc.), así como aquellos accidentes en los que no se disponía de información acerca del tipo de daño sufrido por la víctima.

La mayor parte de los accidentes analizados (75,2 %) dieron lugar a una baja de entre cuatro días y menos de tres meses de duración.

En concreto, en el 21,1 % de los accidentes se perdieron entre uno y tres meses de trabajo; en el 19,6 % entre siete y trece días y en el 13,6 % entre catorce y veinte días. Estos tres códigos representan el 54,3 % del total de accidentes estudiados. A continuación, en el 13,6 % y 11,2 % de los casos se perdieron entre catorce y veinte días y entre veintiún días y un mes, respectivamente.

Por otro lado, los accidentes que supusieron una incapacidad permanente o baja de 6 meses o más suponen el 5,4 % del total de accidentes estudiados y los accidentes mortales el 2,2 %.