Satisfacción en Montoro con el nuevo formato de la XXII Feria del Olivo
La Feria del Olivo de Montoro culminó la vigésimo segunda edición, con “gran satisfacción” entre los organizadores por su nuevo formato más profesionalizado.
La Feria del Olivo de Montoro, que se celebró del 7 al 9 de mayo, cerró con “gran satisfacción” por parte de los organizadores por su apuesta por un nuevo formato más profesionalizado, con tres jornadas entre semana.
Según explican desde el Ayuntamiento de la localidad cordobesa, este nuevo esquema responde a las demandas de los expositores y se ha puesto en marcha un servicio de atención permanente para que la feria sea provechosa para las empresas. "También se ha apostado por una mayor difusión de la feria en circuitos especializados y generalistas de toda España", afirmó la alcaldesa, Lola Amo, quien señaló que de cara a las próximas ediciones “se seguirá trabajando para, a partir de este modelo de feria, mejorarla y que siga siendo atractiva para las empresas del sector oleícola”.
La jornada de clausura contó con la visita del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno de España, Luis Planas, para quien la innovación y la tecnología juegan un papel fundamental para el futuro del olivar, tanto para la competitividad del sector, la protección del medio ambiente y en el mantenimiento del tejido social y económico de amplias zonas rurales españolas. La importante subida de los precios durante esta campaña, que calificó de “tobogán histórico”, conlleva, a juicio del ministro, una “buena noticia” como es “el grado de fidelidad de los españoles y de los mercados internacionales respecto al consumo de aceite”.
Fidelidad al aceite de oliva
En Montoro se analizó la “asombrosa reacción del consumidor” en las campañas 2023 y 2024. José María Penco, director de la Asociación Española de Municipios del Olivo, incidió en cómo el consumidor ha demostrado su “fidelidad” al aceite de oliva en las dos últimas campañas, muy condicionadas por la baja producción y por la elevación de los precios. Para Penco, que el consumo se haya mantenido a pesar de la subida de los precios demuestra que el consumidor valora notablemente este tipo de grasa y sus bondades, por lo que, cuando pase este periodo de reducción de la producción “el precio no debe bajar a cotas de 2,50 o 3 euros porque el consumidor está dispuesto a pagar por él y los costes del olivo necesitan un precio en el entorno de 5 o 6 euros para que el agricultor tenga una renta digna”.
Los expertos defendieron que la transformación digital llegue a todos los niveles de producción del aceite de oliva, no solo a las grandes empresas. Para ello, el director gerente de IMS, Pedro Martínez, apostó por “elevar la formación de quienes gestionan las almazaras y cooperativas”, para que de la mano de ese aumento de la formación llegue la inversión en tecnología en el sector. En las ponencias se defendió que la digitalización es imprescindible para que el sector sea más eficiente y sostenible, adaptándose a los nuevos escenarios que perfila el cambio climático.
Las jornadas abordaron también cuestiones como la automatización en la recepción de la aceituna en el patio de la almazara, la molturación y la clasificación del aceite antes de bodega. También se ha incidido en la necesidad de introducir el uso de nuevas tecnologías de la comunicación y la comercialización del aceite de oliva.