La muestra alberga en un espacio de 2.000 metros cuadrados cerca de 120 piezas, noventa de las cuales son tractores

Segovia acoge el Museo de la Maquinaria Agrícola y Tractor Clásico

Ricard Arís23/06/2011

23 de junio de 2011

Segovia acoge desde el pasado mes de mayo el Museo de la Maquinaria Agrícola y el Tractor Clásico. Se trata de dos mil metros cuadrados que homenajean el trabajo realizado en el siglo pasado por los pioneros de la maquinaria agrícola en España, con una muestra de 120 piezas, de las cuales casi 90 de ellas son tractores antiguos. Es una oportunidad para conocer cómo se trabajaba el campo en la primera mitad del siglo XX.

El pasado 17 de junio se inauguró oficialmente el Museo de la Maquinaria Agrícola y el Tractor Clásico. Una semana antes, periodistas de medios generalistas y especializados fuimos convocados para presentarnos la apertura de puertas. “El principal objetivo –comentaba José Luis Horcajo, director y fundador del museo– es que la gente de campo y la gente que tenga cultura de maquinaria pueda verlo, en un lugar muy bien comunicado, cerca de Madrid, de Valladolid y de Ávila”.

El museo acoge una gran variedad de modelos y marcas de tractores del siglo pasado.

José Luis Horcajo explicó también a la prensa que “se abre este centro a jubilados, gente que ha pasado mucho tiempo con este tipo de maquinaria”. Igualmente explicó que se ha pensado en centros escolares y jóvenes interesados en el sector y que, además, hay información en la página web para organizar visitas. También dejó claro que “se van a hacer unas zonas especiales para gente joven, con animales de granja”.

José Luis Horcajo, director y fundador del Museo de la Maquinaria Agrícola, junto a uno de los tractores de la muestra.

Hay tres museos de maquinaria agrícola en España (el de Segovia y dos más en Cataluña y Zaragoza), pero el único dedicado al tema agrícola de forma amplia y con una gama variada de marcas y modelos es el de la familia Horcajo. En total hay “cerca de noventa tractores, cinco cosechadoras, segadoras, trilladoras, arados...”. La empresa familiar se ha dedicado a la maquinaria agrícola y por ello se siguen restaurando máquinas, porque hay que aclarar que todos los tractores expuestos funcionan.

Uno de los modelos de la marca Barreiros, que fabricó tractores en España en los años sesenta.

”A veces nos piden algunos tractores para ferias y congresos, también para algunas películas, pero es cierto que la crisis llega a todos los rincones y se nota mucho que se invierte menos”. Esta colección de tractores se ha reunido durante los últimos diez años. “Aquí hay tractores de todo tipo, que se han comprado en Europa, otros que se han comprado en Segovia, tractores que nos han regalado de Francia, de Austria o incluso de desguaces”.

Veinte años después

Esta aventura comenzó hace veinte años y con cada pieza adquirida se produjo un nuevo reto, un nuevo tractor a restaurar. La nave, que guarda los casi 120 tractores, trilladoras, cosechadoras y arados, ocupa más de 2.000 metros cuadrados y hace de este el primer museo de estas características en España. El Museo de Maquinaria Agrícola y Tractor Clásico reúne tractores del siglo pasado y además una completa selección de equipos y aperos.

Marcas como Case, New Holland, John Deere o Fordson llenan este museo segoviano.

Además de tractores, se encuentran trilladoras, cosechadoras, segadoras atadoras, arados, motores, utensilios de tracción animal y varios útiles destinados a la agricultura. Buena parte de estos útiles han sido fabricados en España, aunque también hay objetos de Alemania, Austria, la antigua república de Checoslovaquia, Estados Unidos, Francia o Inglaterra.

Este tractor, marca Hürlmann modelo 4D8 de 45 CV de potencia, fue el primero de la colección de José Luis Horcajo.

Entre las marcas que allí se encuentran destacan New Holland, Same, John Deere o Deutz-Fahr, además de algunas españolas como Barreiros o Lanz. También se pueden hallar aventadoras y trillos que fueron elaborados en Cantalejo, además de una prensa de paja fabricada en Hontanares de Eresma (Segovia), de motoazadas, guadañas, arados romanos y de vertederas, sembradoras, etc.

Además de tractores, en el museo también se encuentran trilladoras, cosechadoras, segadoras atadoras o arados.

Son verdaderas piezas de museo que han sido rescatadas en la mayoría de los casos tras haber cumplido su cometido en las labores del campo para las que fueron compradas. De esta forma, José Luis Horcajo explicó que “con este museo se quiere obtener un reconocimiento a los primeros impulsores de la mecanización del campo y evitar que caiga en el olvido una etapa tan importante para el desarrollo de la economía rural”.