El camello canario, flamante nueva inclusión en el Catálogo Oficial de Razas de Ganado español
01 de abril de 2011
Cuenta con unos 1.200 ejemplares en las islas y se caracteriza por tener una constitución fuerte, tamaño medio y poseer aplomos (dirección de los miembros o extremidades) bien formados y musculados.
Además, éste reconocimiento ha sido posible gracias al trabajo desarrollado por la Asociación de Criadores de Camello Canario, entidad que presentó ante la dirección General de Ganadería del Gobierno de Canarias dicha solicitud, que ya ha sido aprobada por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM).
La Asociación de Criadores será la encargada de elaborar un programa de mejora de la raza que permita el manejo eficiente de la diversidad genética y que deberá ser presentado ante la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, organismo responsable de su estudio para el reconocimiento de esta organización como entidad responsable de la gestión del libro genealógico del Camello Canario.
El camello presente en las islas desde comienzos del siglo XV
La buena adaptación de los camellos a las islas dio lugar a una expansión por todo el Archipiélago, aunque su presencia fue mayor en las zonas sur de Gran Canaria y Tenerife, así como en todo el territorio insular de Fuerteventura y Lanzarote.
Aparte de para el transporte de personas y mercancías, ha sido utilizado para multitud de labores agrícolas y ha contribuido a modelar un singular paisaje agrario que en la actualidad es mundialmente conocido. Hoy en día genera importantes beneficios por su uso en el sector turístico.
En comparación con otras razas y líneas de dromedario, el Camello Canario es de constitución relativamente fuerte y de tamaño medio, ya que hay razas de mucha más alzada y otras con la misma estatura, pero con menos peso corporal.
Finalmente, su morfología es bastante homogénea, armoniosa y bien proporcionada y posee un pecho bien desarrollado, caja torácica ancha, la cruz alta y el tronco profundo. Los aplomos son fuertes, bien formados y muy musculados, condición indispensable para el desarrollo de la actividad a la que se destina.