La tecnología ligada a la mecanización favorece la rentabilidad y la sostenibilidad
Una jornada organizada por el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Centro y Canarias concluye que la tecnología ligada a la mecanización agraria condiciona, y condicionará la cuantía y la calidad de los alimentos que llegarán a los consumidores.
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La innovación forma parte de la transformación que la cadena agroalimentaria necesita para garantizar su desarrollo y sostenibilidad. La ingeniería agronómica, como única profesión presente en todos los eslabones de la cadena de suministro, tiene, y debe tener aún más, un papel relevante en el impulso de la innovación. Esta es una de las conclusiones de la jornada “Innovaciones en los medios de producción en agricultura” organizada por el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Centro y Canarias.
La jornada, celebrada en el Instituto de la Ingeniería de España en Madrid y que también pudo seguirse online, reunió a profesionales de diferentes sectores y se centró en los avances que ya se están alcanzando en innovación agraria y alimentaria, y los que vendrán en los próximos años, para suministrar a los consumidores alimentos suficientes, de calidad y saludables, obtenidos mediante procedimientos medioambientalmente responsables.
Los expertos analizaron las innovaciones en tres ámbitos fundamentales de la producción agraria: la utilización de máquinas más eficientes, el desarrollo de material vegetal más productivo y seguro y las nuevas tendencias para una fertilización sostenible. Para ellos, la tecnología ligada a la mecanización agraria determina la sostenibilidad de las explotaciones y empresas agrarias, e igualmente condiciona, y condicionará, con más intensidad, las formas de trabajar, de producir y de vender los productos obtenidos, así como la cuantía y la calidad de los alimentos que llegarán a los consumidores.
Según Isabel Rocafull, service regional manager de Kubota, el contexto actual, con una estimación del crecimiento de la población mundial del 33 % y una pérdida importante de área cultivable, “nos lleva a la necesidad de aumentar la productividad en esas zonas ya desarrolladas y donde tenemos menos campo cultivable para poder seguir alimentando a la gente”. Además, las nuevas técnicas de edición genética presentan un gran potencial para ayudar a cumplir los objetivos para la agricultura, en los ámbitos europeo y mundial, en tanto que ayudará a avanzar hacia una agricultura más resistente al cambio climático, que utilice menos recursos naturales como el agua y necesite menos productos fitosanitarios y fertilizantes.
Antonio Villarroel, secretario general de la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (ANOVE), explicó que los beneficios de la innovación en el ámbito de la mejora vegetal están ligados a su potencial de acelerar enormemente los procesos de mejora, de forma más precisa, eficiente y segura que los procedimientos convencionales, y a la obtención de plantas idénticas e indistinguibles de las producidas de forma convencional. La biotecnología permite conocer qué sustancias son beneficiosas para las plantas y cómo lo son. Félix Martínez, también de Rooteco, aportó esta parte más técnica y científica de la actividad de los microorganismos y sus relaciones con las plantas, mostrando algunos ejemplos de los estudios y ensayos de la compañía.
El suelo está llamado a ser uno de los protagonistas de la agricultura en los próximos años, no solo por la puesta en valor de su microbiología, sino también por su potencial como almacenamiento de CO2 y su contribución para mitigar el cambio climático. Por ello, los trabajos para la puesta en valor de los microorganismos del suelo están mostrando nuevas posibilidades para evitar la pérdida del capital que supone el suelo y para movilizar las reservas de nutrientes de este.
Jorge Iglesias, gerente de la biotecnológica Rooteco, resaltó el papel de las nuevas herramientas con las que se trabaja en biotecnología. “Son aparatos que nos ayudan a tener un conocimiento exhaustivo de una bacteria o de un hongo, y de las sustancias que exudan esas bacterias y esos hongos.
Tenemos la necesidad de seguir avanzando en la agricultura moderna, señaló Francisco González, decano del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Centro y Canarias. Los ingenieros agrónomos, por formación, somos capaces de intervenir en estos campos indistintamente. Lo que nos da fortaleza es nuestra diversidad de formación y nuestra posibilidad de ayudar al sector agrario, afirmó durante su intervención.