En la horticultura moderna el mayor factor limitante es el mercado
Actualmente hay una democratización en el acceso a una tecnología hortícola moderna y en la base de todo ello está el diseño e instalaciones para una distribución eficiente del agua basado en los sistemas de riego localizado, la reutilización, potabilización, purificación o incluso la desalinización. Todos estos recursos tecnológicos están disponibles.
Desde hace años la tecnología hortícola mediterránea, las prácticas agrícolas en Israel, Italia o España, han demostrado que con la misma cantidad de agua que se utilizaba en una agricultura como la de hace 20 años, nos permitimos ahora doblar las superficies de regadíos y la producción de plantas y frutos por unidad de superficie.
En España, la empresa Sistema Azud, S.A diseña y construye por todo el mundo plantas de reutilización de aguas con un modelo al que llama Azud RW, para el tratamiento de aguas depuradas, aguas de proceso industrial y aguas de drenaje de cultivos, para su posterior reutilización. Éstas máquinas pueden emplear dos tipos de tecnología de desinfección: ozono y ultravioleta. Mario A. Rosato, gerente de Sustainable Technologies SL, e inventor del sistema Afad de purificación de agua, ha ganado recientemente el premio The Economist-InnoCentive y participa en la próxima edición de 'Ideas Economy: Intelligent Infraestructure', organizado por la revista The Economist's.
A lo largo de las próximas décadas el mundo destinará 30 trillones de dólares a infraestructuras. El encuentro Intelligent Infraestructure explorará cómo la arquitectura verde, la geoingeniería, los sistemas inteligentes y la conectividad permitirán a países y gobiernos crear infraestructuras más inteligentes y firmes.
Actualmente, sólo unas pocas técnicas o proyectos, restringidos a Países en Desarrollo, se aceptan oficialmente como formas válidas de comerciar con créditos de carbono (a pesar de que también son fuertemente cuestionadas por varias ONG y parte de la comunidad científica). Sólo grandes multinacionales afrontan nuevas tecnologías reconocidas como sumideros válidos de carbono. “Es necesario un esquema más abierto, democrático y flexible, de forma que cada agricultor, pequeña compañía o comunidad, y aún un ciudadano individual pueda ser retribuído por secuestrar carbono de manera simple” asegura Rosato.