Asaja exige un endurecimiento del Código Penal para acabar con los robos en el campo
20 de septiembre de 2010
A tenor del incremento, cuantitativo y cualitativo, de hurtos y robos en el medio rural en todo el país durante los últimos años, Asaja exige un endurecimiento del Código Penal, teniendo en cuenta que la situación se ha agravado en los últimos meses. Desde la organización agraria insisten en que la gran alarma social que esto está provocando entre los habitantes de las zonas rurales y el quebranto económico en las explotaciones agrícolas y ganaderas, hacen necesario el endurecimiento de las sanciones contempladas en el Código Penal tanto para el ladrón como para el comprador de los efectos robados.
De las tradicionales sustracciones de productos agrícolas y de cosechas se ha pasado a prácticas delictivas consistentes en asaltar fincas cercadas, casas de campo, masías y cortijos y apoderarse de cables de cobre, tuberías y motores de riego, transformadores, equipos halógenos, maquinaria agrícola de toda índole –pesada o no–, gasóleo y todo tipo de enseres que se hallan en las explotaciones agropecuarias. Incluso se ha llegado a poner en peligro la integridad física de agricultores y ganaderos. Además de los importantes perjuicios económicos que tales conductas suponen, ya que en muchos casos imposibilitan el desarrollo normal de las labores agrícolas habituales, se está generando una enorme sensación de inseguridad e indefensión en el campo.
Vista la situación, desde Asaja se aboga por un endurecimiento del régimen punitivo establecido en el Código Penal respecto de estas sustracciones efectuadas en el campo. Se perdió una gran ocasión para hacerlo el pasado mes de junio, cuando se aprobó la última reforma del Código Penal, donde la organización agraria abogó por considerar delito de hurto las sustracciones de productos o bienes en explotaciones agrícolas o ganaderas, cuando el valor de los mismos exceda de 100 euros en lugar de 400, como sucede actualmente. Asimismo, Asaja considera que la sanción al delincuente como autor de una simple falta de hurto es, a todas luces, insuficiente, sobre todo si se tiene en cuenta que, dado el bajo precio de los productos agrarios, para superar los 400 euros la apropiación ha de ser muy cuantiosa.
Igualmente, se insta a la adopción urgente de otra medidas que combatan la escalada de hurtos y robos en el campo, como una mayor presencia de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado en las zonas rurales afectadas, con planes específicos de investigación y prevención de este tipo de delitos. También se cree necesario un mayor control administrativo y policial de quienes compran los objetos o efectos sustraídos, incidiendo en la persecución penal de estos sujetos y empresas, que cometen el delito de receptación.