Investigadores andaluces depuran, con huesos de aceituna, aguas residuales de almazaras
14 de septiembre de 2010
En opinión de Leopoldo Martínez Nieto, catedrático de la Universidad de Granada y responsable del grupo investigador, los huesos de aceituna “absorben”, de forma muy eficiente, iones de hierro. “Se trata de un material con una alta capacidad de retener metales pesados”, asegura al respecto. Así, estos investigadores andaluces han trabajado sobre un proceso que consta de una reacción de peróxido de hidrógeno en presencia de sales de hierro como catalizador, con la materia orgánica e inorgánica. “Este sistema es muy conocido y referenciado y se conocen numerosas aplicaciones en el tratamiento y la eliminación de contaminantes de las aguas residuales, como por ejemplo, sulfitos, hipocloritos, nitritos y compuestos orgánicos, entre ellos los compuestos fenólicos, abundantes en estas aguas de la industria oleícola", aclara.
El hierro se 'pega' al hueso, mientras el agua queda limpia para usos posteriores
De este modo, los sedimentos obtenidos en el decantador son lodos de barro cremoso, ricos en hierro. Los investigadores comprobaron cómo el hierro quedaba “adherido” al hueso mientras el agua aparecía “limpia” para así proseguir con el proceso de depuración. “Esos huesos utilizados –subraya– se pueden reutilizar como biomasa energética. El agua resultante es útil para riego y los residuos de aceituna se reutilizan, por lo que nos podemos hacer una idea del ahorro que supone”. En este sentido, el grupo andaluz estudia el proceso de afino final que permita la reutilización del agua para la obtención del aceite. Visto el resultado, los expertos han patentado el proceso químico de depuración, ya que han introducido un oxidante y un catalizador para “acelerar” la fijación del hierro sobre la superficie del hueso “a través de un cambio de iones”.
Tradicionalmente, las empresas han trabajado sobre procesos avanzados de oxidación como una alternativa para el tratamiento de la contaminación del suelo, superficie y aguas residuales que contienen contaminantes orgánicos no biodegradables. Estos procesos utilizan oxidantes químicos.
El tratamiento de las aguas residuales procedentes de la industria del aceite de oliva es una necesidad urgente en los países de la costa del mar Mediterráneo. La extracción del aceite de oliva, a través del proceso continuo de centrifugación de dos fases, el más habitual, origina casi 0,7 litros de agua residual por litro de aceite. Estas aguas se confinan en balsas de evaporación para evitar su vertido al medio ambiente.