La recolección de la manzana y la pera
01 de septiembre 2010
Es durante este mes de septiembre y octubre cuando la manzana y la pera consiguen la madurez adecuada para ser recolectadas y llevadas a sus respectivos puestos de distribución. En regiones como la huerta murciana o El Bierzo, en Castilla y León, ya se está recogiendo la fruta de temporada, con la esperanza de que aporte los beneficios necesarios para superar los difíciles momentos que la economía nos está haciendo pasar.
Pero, ¿cuál es el mejor método para que nuestro sistema de recolección sea rápido y efectivo? En el caso de la manzana, si se destina al mercado en fresco, el fruto debe recogerse en pleno día, exento de toda humedad y con el máximo cuidado para que no reciba ningún golpe. Si la fruta se recoge cuando aún está un tanto verde, sin haber llegado a su punto más elevado de maduración, no podrá ser colocada en el mercado, y como consecuencia también pueden sufrir desperfectos, ya que algunas variedades son muy sensibles al arrugado de la piel y a la pérdida de peso.
En la recolección mecanizada se emplean máquinas automáticas que pasan entre las líneas de plantación, estas provocan vibraciones intensas que hacen desprenderse los frutos, los cuales caen en unas plataformas o bandejas situadas en la parte inferior y lateral de las máquinas. Otro sistema más económico consiste en un bastidor de lona provisto de ruedas, el cual se empuja a mano y por medio del aparato eléctrico provoca las sacudidas a los árboles.
Sistemas de recolección
La recolección de la fruta es un proceso delicado. Lo más adecuado es evitar las temperaturas extremas, por lo que las primeras horas del día son las más indicadas para recolectar la fruta. Es muy importante no lesionarla en el proceso de recolección porque se podrían producir pudriciones durante su conservación en cámaras frigoríficas.
Si hablamos de los procesos de recogida, debemos aclarar que son muy variados. En buena medida dependen del tamaño de la explotación frutícula. Por ejemplo, los huertos familiares se suelen recoger a mano, ayudándose de escaleras para las zonas altas. Para la recogida también se suelen usar pértigas diseñadas para tal tarea, que llevan en un extremo un cesto pequeño e incluso algunos modelos se abren en dos mitades y llevan una cuchilla en su borde. Una mitad de este cesto es móvil y se acciona con una cuerda, produciendo el efecto de un bocado. En explotaciones frutales se emplea la recolección mecanizada con plataformas autopropulsadas o con vibradores; aunque estos últimos se usan principalmente para la recolección de aceituna, frutos secos y frutas con destino industrial.
Malos tiempos para la pera
Aunque el Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) de la pera ha confirmado que para este año se espera un incremento de la cosecha, con una previsión de llegar a los 7,5 millones de kilos, los agricultores no parecen contentos. En los últimos meses se han organizado protestas (de todo el sector de la fruta) por el escaso precio que se le da a su producto y han reclamado medidas al Gobierno. Su intención es evitar que los intermediarios se lleven buena parte del beneficio y que se les pague un mínimo por kilo de sus productos.
A pesar de ello, la buena cosecha que se prevé para este año puede ayudar a mitigar el malestar general de los agricultores. Desde la dirección técnica de IGP se ha sugerido que se producirá un aumento de la producción superior a la del año pasado, con mejor amplitud y calidad que otras campañas. El calor, según los expertos, ha provocado que se acumule mucho azúcar en la pera de esta temporada, lo cual es sinónimo de que será un producto muy sabroso.
Un problema social
La recolección no es solo el proceso con el cual obtenemos todo tipo de producto frutícola. Es también una realidad social que ha sido la solución laboral para aquellos que pasaban dificultades. Hasta hace un par de años, este arduo trabajo lo solían realizar únicamente trabajadores inmigrantes, pero a causa de la crisis económica muchos son los españoles que han decidido volver a enfocar el campo como un puesto de trabajo viable. Las habituales reticencias de los trabajadores nacionales en este sentido se han acabado ahora que la necesidad económica les supera.
Pero el número de trabajadores del campo no es aún el necesario para cubrir todas las plazas, por lo que algunas organizaciones agrarias, como Asaja Aragón, se ponen en contacto con asociaciones de extranjeros residentes en nuestro país para contratar trabajadores para la recogida de frutas como la pera y la manzana, tan tradicionales en España y que desde hace décadas suponen un negocio para los empresarios frutícolas.