Coag achaca a las lluvias y a las pocas horas de sol la menor producción, a mínimos históricos, de miel y polen
26 de julio de 2010
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag) ha hecho público que la cosecha de miel de la campaña 2009/2010 ha superado las 15.000 toneladas, cifra que supone una reducción del 50% respecto a la media de 30.000 toneladas de los últimos años. En el caso del polen, se ha registrado una caída cercana al 70% en Extremadura, Castilla y León y Andalucía, principales regiones productoras. Los motivos habría que buscarlos entre el largo período de lluvias, entre noviembre del año pasado y marzo del presente, con intervalos de temperaturas mínimas muy bajas en numerosas regiones españolas, junto a una primavera muy inestable, a base de cortos intervalos de calor. Hasta la fecha, las mieles de romero, azahar y mil flores han sido las más afectadas, aunque aún se desconocen los datos de producción de las cosechas de girasol y eucalipto, así como de las mieles de bosque (encina y roble), que se recogen a finales de verano.
Además, el “síndrome de despoblamiento” de las colmenas todavía hace mella en las explotaciones apícolas del país, con una media de mortandad del 25-30% anual, pese a que en la campaña actual estas pérdidas se compensarán con la menor presencia del parásito Varroa Destructor. Ello se debería al mayor control sanitario que ejercen los apicultores profesionales con el uso de tratamientos veterinarios autorizados, por lo se ha facilitado la reposición de enjambres tras el invierno. “Sin embargo, las variables climáticas no son por sí solas suficientes para reducir la producción a la mitad. La proliferación de insecticidas sistémicos, autorizados por la UE y utilizados en el tratamiento de semillas y en distintos cultivos para combatir plagas de forma puntual, provoca efectos adversos en el sistema nervioso de las abejas y tienen una creciente influencia en la desaparición de insectos polinizadores”, ha apuntado José Luís González, responsable del sector apícola de Coag.
En la actualidad, tanto en la UE como a nivel mundial, hay un escaso conocimiento de los factores y riesgos que causan la pérdida de colonias de abejas, siendo objeto de estudio el atribuido a la contaminación de los colmenares con sustancias como la clotianidina, el tiametoxam, el imidacloprid y el fipronil, insecticidas sistémicos que dejan residuos en el néctar y en el polen de las flores de las semillas y cultivos tratados. Bajo sus efectos, las abejas pierden el sentido de la orientación y es posible que tengan dificultades para regresar al colmenar.
La Comisión Europa ha publicado la Directiva 2010/21/UE modificando el anexo I de la Directiva 91/414/CEE para estas cuatro sustancias activas. Desde Bruselas, se ha pedido a los estados miembros que “pongan en marcha programas específicos de control para comprobar la exposición real de las abejas productoras de miel a estas sustancias activas en zonas comúnmente utilizadas por las abejas para libar o por apicultores, cuando y según proceda”. En este sentido, la organización agraria ha solicitado una reunión al director general de Recursos Agrícolas y Ganaderos del Marm, Carlos Escribano, para conocer de primera mano las medidas y disposiciones tendentes al cumplimiento de la aplicación de esta Directiva en España.