El uso de fertilizantes orgánicos hace frente al cambio climático
29 de junio de 2010
Un equipo de investigación de la Universidad Politécnica de Madrid, en colaboración con el departamento de North Wyke Research (Rothamsted Research) del Reino Unido, ha llevado a cabo un estudio sobre el efecto del empleo de diferentes residuos orgánicos en comparación con los fertilizantes inorgánicos sobre las emisiones de CH4 (metano) y CO2. La investigación resuelve que en los suelos agrícolas mediterráneos, el uso de fertilizantes orgánicos, como los purines digeridos, reduce dichas emisiones.
La agricultura es responsable del 10-12% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de origen antropogénico, siendo el CO2 y el CH4 dos de los GEI mas importantes. La disminución de las emisiones producidas en la agricultura así como el aumento de los sumideros (secuestro de carbono del suelo), son algunas de las medidas de mitigación que plantea el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), grupo encargado de evaluar la información científica, técnica y socio-económica disponible sobre el cambio climático en todo el mundo. Las emisiones de CH4 y CO2 del suelo a la atmósfera se ven afectadas por la aplicación de fertilizantes, y el empleo de residuos orgánicos puede no solo afectar a las emisiones, sino también favorecer la acumulación de carbono en el suelo. Por esta razón, investigadores del grupo contaminación de agroecosistemas por las prácticas agrícolas de la UPM realizaron un experimento en un cultivo de cebada al que se le aplicaron diversos tipos de fertilizantes orgánicos (purines y residuos compostados) y un fertilizante inorgánico empleado tradicionalmente en la agricultura, la urea. En resumen, del estudio se deduce que en sistemas agrícolas mediterráneos de secano, el purín digerido anaeróbicamente resultó ser el tratamiento mas adecuado, pues redujo las emisiones de GEI sin afectar a la producción de cebada. Asimismo, el empleo de este tipo de productos como abono agrícola permite dar salida a este residuo, que se produce en España en gran cantidad y que promueve la acumulación de carbono en el suelo.