Entrevista a Antonio Sánchez Villaverde, presidente del Consorcio Feria del Olivo de Montoro
La Feria del Olivo de Montoro llega este año a su 15ª edición. ¿Qué diferencias encontramos hoy respecto aquellas primeras ‘fiestas del olivo’ de los años 80?
Una diferencia abismal, porque comenzamos en el año 1985 con un evento que por entonces era una “fiesta del olivo” y después de 25 años tanto la Feria del Olivo como Expoliva en Jaén, que se celebra en los años impares, se han constituido en un referente a nivel nacional dentro del sector oleícola. Ha costado tiempo, muchos esfuerzos económicos, con una inversión importante en infraestructuras, y para ello hemos contado con nuestros aliados principales, los empresarios. Este año, a pesar de las circunstancias, hemos vuelto a superar las expectativas, y así lo demuestra el hecho que el recinto esté totalmente lleno.
Hoy día se trata de una feria totalmente profesional. ¿Eso significa que la feria ha perdido su carácter popular?
Aunque su origen fue principalmente popular, desde la ciudad de Montoro y desde toda la comarca se vive de una forma especial esta feria y uno de los objetivos ha sido convertirla en profesional. El hecho de no tener muchos expositores no significa que no tengamos a lo más cualificado del mercado. Creo que precisamente el hecho de haberla especializado y profesionalizado ha sido el motivo principal por el cual la Feria de Olivo de Montoro se ha consolidado. Pero eso no significa que Montoro no participe activamente de su feria tanto antes, durante como después. Están programados actos culturales, jornadas técnicas, actividades con alumnos, se han editado libros, etc.
Una ocasión más se ha conseguido llenar el recinto ferial de la localidad para la cita con el aceite de oliva. ¿Qué significa para una población como Montoro?
En primer lugar algo que no tiene precio, como es la promoción de Montoro en todas sus facetas (turísticas, culturales, gastronómicas, etc.), y en segundo lugar, el compromiso con el desarrollo económico de la ciudad, que está basado de forma fundamental en el olivar, y en su apuesta por la producción y la calidad con una D.O. que nos respalda. Todo ello hace que las propias empresas que participan en la Feria del Olivo realicen esa labor de promoción de nuestra industria. Muestra de ello es el Parque Tecnológico Tecnoleum, que ya se está licitando, y que pretende convertirse en uno de los grandes referentes en I+D del sector. Unas instalaciones que estarán en un lugar estratégico, al lado de la Feria y del polígono industrial Camino de Morente.
Una población, una comarca y una provincia que vive por y para el aceite de oliva. ¿Qué significa el llamado ‘oro líquido’ para la provincia?
Para Montoro, con unas 23.000 hectáreas de olivar y un tipo de oliva provisto de unas características especiales –con un alto contenido de polifenoles, como demuestran los análisis de la D.O. Montoro-Ademuz–, significa una fuente de creación de empleo importantísima, y disponer de una fuente continua de proyectos de mejora para el sector olivarero.
¿Y cuenta el sector con el apoyo institucional adecuado?
Apoyo institucional siempre lo ha habido y lo habrá, lo que resulta igualmente fundamental es unir los esfuerzos de todos trabajando por proyectos comunes. Concretamente la Junta de Andalucía acaba de aprobar una ley en que se promueve una mayor unión entre las cooperativas, evitando que cada uno haga la guerra por su cuenta y que intentemos entre todos vender lo mejor posible nuestro producto plantándole cara, de esta forma, a las grandes distribuidoras.