Asebio suscribe un manifiesto que defiende el empleo de la biotecnología con fines agrícolas
20/04/2010
20 de abril de 2010
La Asociación Española de Bioempresas (Asebio) apoya el manifiesto de asociaciones liderado por la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (Anove), que defiende el uso de la biotecnología en la agricultura. Este manifiesto, al que se ha adherido Asebio, muestra que la biotecnología agrícola es una herramienta que, a lo largo de sus 14 años de trayectoria, ha proporcionado beneficios sociales, medioambientales y económicos. Desde sus inicios, se han sembrado cerca de 1.000 millones de hectáreas con cultivos biotecnológicos. Es decir, 134 millones de hectáres sembradas solo en el año 2009. A lo largo del año pasado, 14 millones de agricultores de 25 países (90% de ellos de países como India o China) han mejorado su calidad de vida, debido a los ingresos recaudados gracias a la reducción de costes y a la mayor producción cultivada. En cifras, los productores obtuvieron unos ingresos adicionales de 44.000 millones de dólares, durante el periodo 1996 al año 2007. Hasta hace tres años, se percibieron unos ingresos adicionales, gracias a los cultivos biotecnológicos, superiores a los 32.000 millones de euros.
La biotecnología agrícola aporta una serie de beneficios como la reducción en la huella ecológica por el descenso en el uso de pesticidas (reducción en 359.000 tm de ingrediente activo durante el periodo 1996 a 2007); un descenso del 17,2% en el coeficiente de Impacto Ambiental; la reducción del cambio climático por el menor consumo de combustibles (1.800 millones de litros hasta el año 2008) y de las emisiones de CO2 (reducción en 14,76 millones de toneladas de CO2). Organismos como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria son los únicos que autorizan cultivos modificados genéticamente, bajo estrictos criterios científicos. Según el último Eurobarómetro, el 77% de los ciudadanos europeos son favorables a la incorporación de la biotecnología en la agricultura.
La biotecnología agrícola aporta una serie de beneficios como la reducción en la huella ecológica por el descenso en el uso de pesticidas (reducción en 359.000 tm de ingrediente activo durante el periodo 1996 a 2007); un descenso del 17,2% en el coeficiente de Impacto Ambiental; la reducción del cambio climático por el menor consumo de combustibles (1.800 millones de litros hasta el año 2008) y de las emisiones de CO2 (reducción en 14,76 millones de toneladas de CO2). Organismos como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria son los únicos que autorizan cultivos modificados genéticamente, bajo estrictos criterios científicos. Según el último Eurobarómetro, el 77% de los ciudadanos europeos son favorables a la incorporación de la biotecnología en la agricultura.