Una investigación permite obtener fertilizantes a partir de subproductos del procesado de la aceituna de mesa
13 de abril de 2010
Investigadores del grupo de Tecnología de Medio Ambiente de la Universidad de Cádiz, junto con el departamento de I+D+i del grupo Ángel Camacho, han demostrado la viabilidad de producir abono procedente de diferentes subproductos orgánicos del procesado de aceituna de mesa. Hoy en día, las investigaciones abordan la aplicación del alperujo y otros residuos originarios del proceso de obtención de aceite. Sin embargo, la novedad de este proyecto reside en que, por primera vez, se emplean subproductos orgánicos del procesado de aceituna de mesa (sopam). En concreto, los investigadores usan lodos industriales derivados de las operaciones de procesado, materiales procedentes de la molturación del hueso de la aceituna, previa a su utilización como fuente de biomasa en calderas y poda de olivar.
Tras la valoración de estos subproductos, los expertos de la Uca han mostrado la viabilidad del proceso de compostaje de distintas mezclas de estos materiales. A partir de esta información, el grupo Ángel Camacho trabaja para que este fertilizante se etiquete como ecológico y se emplee como enmienda orgánica en agricultura sostenible.
Operación de volteo de los subproductos orgánicos del procesado de aceituna de mesa (sopam).
Según el investigador responsable del proyecto en la Universidad de Cádiz, José Luis García Morales, esta investigación se basa en el compostaje tradicional al aire libre, mediante el método de apilamiento y volteo. Con esta técnica, los compuestos fermentan gracias a distintos microorganismos y se obtiene un compost libre de compuestos tóxicos para el desarrollo de los cultivos. Para ello, los expertos utilizan diferentes mezclas de los subproductos, a los que añaden material nitrogenado y aporte de restos de poda de olivar como material estructurante. Por tanto, se trata de un proceso aeróbico, biológico y realizado en condiciones controladas. El resultado es un abono orgánico que supone una alternativa a los métodos tradicionales de gestionar los residuos del proceso industrial de obtención de aceituna de mesa. Hasta ahora, parte de los sopam acaban en el vertedero o, en su mayoría, se envían a una extractora para la obtención de aceite de orujo. El proyecto pone sobre el tapete una cuestión: la gestión interna de estos subproductos. “La ventaja económica y medioambiental es clara, ya que estamos gestionando un subproducto que en la actualidad es procesado de forma externa, mediante su utilización como enmienda orgánica”, explica Gómez.
A lo largo del año en curso, se efectuarán ensayos en un pequeño invernadero experimental, que servirá como banco de pruebas. En él se probarán diferentes proporciones del compost producido con distintas variedades de olivar. “Tras evaluar los resultados, nos plantearemos la posibilidad de extrapolar estos estudios a escala industrial al objeto de gestionar de forma interna el 100% de los subproductos generados”, argumenta Jorge Gómez Carretero, director de I+D+i de la firma. El proyecto ha contado con una financiación de 39.163 euros, a cargo de la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (Idea).