Luis Márquez: La maquinaria agrícola, el sueño de su vida
La autora, amiga y compañera del Prof. Luis Márquez, fallecido el pasado 24 de septiembre, intervino en el funeral celebrado en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas (ETSIAAB) con estas bellas palabras .
Vayan estas palabras al amplio número de personas del sector de la maquinaria agrícola que tenemos algo en común: Todos sentimos la muerte de Luis Márquez. Recordamos su sonrisa, al compañero y al amigo.
Luis fue un hombre que se formó de acuerdo con una visión muy clara de lo que quería ser en la vida. Cuando terminó el Bachillerato cursó la carrera con interés por todas las asignaturas, porque entendía que todas le serían de utilidad en el ejercicio de su profesión. Cuando le decíamos que algunas habían sido un rollo y otras no iban a servir de nada rebatía que si estaban en el programa, eran necesarias para nuestra formación como ingenieros agrónomos. Una vez terminada la carrera se fue 2 años al campo, a vivir la experiencia de la producción agraria en explotaciones familiares, algo que siempre tuvo muy presente. Se incorporó a la Escuela y estuvo unos años llevando también una empresa eléctrica familiar, Eléctrica de Belalcázar, poniendo firmes a todos los ingenieros con los que tuvo que tratar, fueran de la rama que fueran. Cuando su hermano terminó la carrera de ingeniero industrial y asumió la gestión de la empresa eléctrica, pasó a dedicarse en cuerpo y alma a la Maquinaria Agrícola.
Era un hombre ordenado, metódico y muy trabajador. Los días festivos se levantaba, aseaba, misa, churros, desayuno y trabajo hasta la hora de comer. Luego descanso (poco) y trabajo hasta la cena. Aparte de la caza y la navegación con su velero en el Pantano de San Juan (y otras veces, en el Mediterráneo), sus aficiones más conocidas eran los helados y el chocolate.
Una vez vi una película que me recordó a Luis. Era 'Un hombre, un sueño', de Francis Ford Coppola, en la que se narraba la historia de Preston Tucker, que hizo del diseño de sus revolucionarios coches Tucker el motor de su vida. Pues Luis hizo de la Maquinaria Agrícola el sueño de su vida.
Jugaba con ventaja. No tenía complicaciones familiares. Al contrario, su vida era muy ordenada. Él venía a trabajar a la Escuela fresco y relajado, sin tener que ocuparte de las tareas domésticas o administrativas de la casa cuando los demás llegábamos relativamente cansados tras ordenar mínimamente la casa, chillar a los niños y depositarlos en la guardería. Pero luego lo compensaba entregando sus conocimientos a todo aquél que se los solicitaba. No recuerdo ni una sola vez en que no resolviera lo que se le pedía. Además, tenía una memoria prodigiosa, que le permitía recordar lo que había leído y saber dónde estaba. Recuerdo que en una ocasión vino alguien preguntando por cosechadoras de cultivos aromáticos. Su respuesta no fue “vuelve mañana y ya te habré buscado algo”. No; él, sobre la marcha le encontró el material solicitado. Y entonces no había Internet.
Clases, proyectos, asesorías, consultorías, informes, estudios, Presidente del Comité Técnico-68 del AENOR, Presidente del jurado de máquinas de la Feria de Zaragoza, miembro del Club de Bolonia, miembro del Foro Agrario, escritor prolífico de libros y artículos. No había nada en la maquinaria agrícola que no le interesara.
El corazón le ha jugado una mala pasada y la máquina se paró cuando había todavía muchas máquinas por analizar y muchos artículos por escribir. Y a nosotros nos quedan muchos recuerdos de un buen profesor y una buena persona.
Descanse en paz.