Influencia de los biocombustibles en los mercados agrícolas
2 de julio de 2009
En estos momentos existen otras tecnologías de producción que se encuentran en desarrollo (bioetanol a partir de materiales lignocelulósicos, BTL, etc.), así como “nuevas materias primas” en desarrollo: cultivos agrícolas no extensificados hasta la fecha, algas, etc. De forma muy simplificada el bioetanol viene a sustituir/mezclarse con las gasolinas (directamente o mediante aditivos como es el ETBE) y en biodiésel con los gasóleos.
A menudo no se tiene en cuenta que por cada tonelada de biocombustibles que se pone en el mercado se está generando productos para la alimentación animal y por lo tanto humana. Así, por cada metro cúbico producido de bioetanol a partir de cereales, fruto del proceso se obtiene una tonelada de DGS, de gran valor para la alimentación del ganado, puesto que concentra la proteína de las tres toneladas de cereal utilizadas para producir ese metro cúbico de bioetanol. Y de similar forma, por cada tonelada de biodiésel obtenida a partir de aceite de soja, se ha obtenido en la extracción cuatro toneladas de torta de soja también para alimentación animal. Además por cada tonelada de biodiésel producida, se generan 100 kilos de glicerina, que además de otros usos (cosmética, industria química, etc.), tiene una gran aceptación en la alimentación animal.
Por lo tanto, la presión de producción de biocombustibles hace que se pongan a disposición del mercado importantes cantidades de alimentos para consumo pecuario.
Inicialmente ese desarrollo de los biocombustibles vino propiciado por la idea de promover alternativas a los sectores agrarios tradicionales, posteriormente se añadió el enfoque hacia el interés de un potente sector agroindustrial, y hoy las motivaciones de mayor peso responden a cuestiones ambientales y a la reducción de la dependencia energética del petróleo.
Producción actual de bioetanol y biodiésel
Actualmente la producción de bioetanol está liderada por Estados Unidos y Brasil. En 2008, EE UU produjo unos 38 millones de metros cúbicos de bioetanol (basado mayoritariamente en maíz), respecto a los 22 millones producidos por Brasil en base a caña de azúcar. Entre estos dos países copan el 80% de los 77 millones producidos en el mundo. Diferentes previsiones para el 2017 apuntan a un incremento de la producción mundial hasta los 90 o incluso 130 millones de metros cúbicos.
Por otro lado, la producción actual de biodiésel está liderada por Europa con unos 6,6 millones de metros cúbicos (Alemania y Francia, fundamentalmente); el 50% aproximadamente de la producción mundial. Sin embargo la expectativa es alcanzar el doble de la actual producción a nivel mundial hasta los 24 millones, entrando a participar de forma importante países productores de materia prima como Argentina, Brasil, Indonesia y Malasia. No obstante la UE mantendría una cuota del 50% de la producción mundial.
Mecanismos de apoyo a la producción de biocombustibles
Los mecanismos que tradicionalmente se han utilizado para promover los biocombustibles en los diferentes países son básicamente:
1)Establecer una obligatoriedad de incorporar un determinado porcentaje de biocombustible mezclado con los combustibles fósiles.
2)Establecer una fiscalidad ventajosa para la producción de los biocombustibles (normalmente mediante la reducción o eliminación de los impuestos que gravan los hidrocarburos).
3)Establecer cuotas de producción nacional de biocombustibles.
4)Establecer preferencias arancelarias/reducción de tasas de exportación o importación para los biocombustibles.
A menudo se utilizan combinaciones de estas medidas. Por ejemplo en España se combina la obligatoriedad con la exención del impuesto especial de hidrocarburos.
Una situación extrema que se ha dado perjudicando gravemente a los productores europeos de biodiésel ha sido el ‘dumping’ de Estados Unidos, por el cual el biodiésel que se mezclaba con gasóleo en EE UU, tenía una restitución a la exportación, o lo que es lo mismo, una subvención directa de 300 dólares por tonelada.
Argentina, por ejemplo, mantenía en un momento dado una tasa de exportación del 25% para el aceite y de un 5% para el biodiésel, tratando lógicamente de favorecer a la industria de transformación nacional en el mercado exterior.
Previsiones de impacto y consumos de los biocombustibles
Existen multitud de estudios por parte de organismos oficiales e instituciones sobre la repercusión de la producción de los biocombustibles en los mercados agrícolas.
Así por ejemplo, la Unión Europea en su estudio ‘The impact of 10% biofuel in UE27 on Agricultural Markets’ hace una previsión de uso en el año 2020 de un 19% de la cosecha europea de cereales para bioetanol. La UE realizando también un balance comparativo entre el 2007 y el 2014, a pesar de prever un incremento de consumo de 16,5 millones de toneladas de cereales para bioetanol, calcula sobre la base de un incremento productivo de 49,7 millones de toneladas, que el balance total de la UE mejorará en 35,3 millones de toneladas.
A escala mundial, la FAO y la AIE pronostican para el 2030 en función de diferentes escenarios de desarrollo que en el total del mundo se dedicará un porcentaje de la tierra cultivable de entre el 2,5 y el 4,2% para producción de biocombustibles.
No obstante, la producción de biocombustibles y su repercusión sobre los mercados agrícolas dependerán de multitud de factores como son: establecimiento de obligaciones/objetivos por países; apoyos económicos e incentivos fiscales por países; aranceles a los biocombustibles y materias primas; desarrollo de las tecnologías de segunda generación; capacidad productiva mundial; porcentaje de uso de diésel y gasolina; limitaciones ambientales; precio de materias primas; desarrollo de nuevas fuentes de materias primas; y el precio de la energía.
Repercusión de los biocombustibles sobre los precios de cereales
Sin duda el caso para análisis más importante por su volumen de consumo es el maíz en Estados Unidos. A pesar de que EE UU ha ido incrementando su consumo destinado a bioetanol, su excedente disponible para exportación se ha mantenido en proporción a su producción, sin que se haya generado desequilibrio alguno, sin tampoco existir una correlación directa entre los precios y el volumen de maíz consumido en bioetanol.
En cambio, el consumo de cereales actual en la Unión Europea con destino bioetanol es todavía poco significativa.
En cuanto a la correlación entre la producción y el precio, el estudio de la FAO ‘El estado de la alimentación y la agricultura: biocombustibles: perspectivas, riesgos y oportunidades’ calcula que un incremento de uso del maíz del 30% (base 2007) conllevaría a una 10% de incremento de precio; y por otra parte, un incremento del coste del petróleo de un 50% (sobre 130 dólares de base) supondría un 28% de incremento de precio del maíz.
Otro ejemplo es el estudio ‘El impacto de las políticas de biodiésel de la UE sobre la industria alimentaria y la seguridad alimentaria en 2020”, que llega a la conclusión que en varios escenarios la presión ejercida por los biocombustibles mejora la disponibilidad de materias primas y de subproductos, haciendo que el precio de éstos (como por ejemplo la harina de soja) desciendan.
Conclusiones
Una de las conclusiones es la constatación que hasta la fecha los biocombustibles no han sido generadores de desequilibrios en los mercados. Es realmente complejo poder correlacionar de forma directa lo diferentes factores que construyen los precios de los mercados agrícolas. Otros factores han demostrado mucho más peso que los biocombustibles en la configuración de precios: petróleo, fondos, productividad, etc.
Los biocombustibles sólo son un factor añadido, poco conocido por el momento, que además aporta importantes oportunidades de desarrollo para países con potencial agrícola.
Es razonable pensar un importante desarrollo de los biocombustibles bajo modelos que prioricen en todo momento las necesidades de abastecimiento humano, y que sean sostenibles social, ambiental y económicamente.