Más del 40% de la producción en todo el mundo ha cesado temporalmente
Continental revisará su previsión de negocio para este año
Continental revisará su pronóstico para el actual ejercicio económico debido a la incertidumbre sobre la duración de las restricciones causadas por la pandemia del COVID-19 y las posibles consecuencias para la producción, la cadena de suministro y la demanda.
En estos momentos no se pueden establecer nuevas perspectivas económicas, ya que la situación sigue siendo inestable. Continental había previsto una facturación entre 42.500 y 44.500 millones de euros para el 2020 y un margen de rentabilidad operativa antes de extraordinarios entre el 5,5 y el 6,5%.
La compañía ha publicado sus cifras preliminares para el primer trimestre. En base a ellas, espera alcanzar unas ventas consolidadas de 9.400 a 9.800 millones de euros y un margen de rentabilidad operativa antes de extraordinarios de entre el 2 y el 3%. En Automotive Technologies, junto con la antigua división Powertrain, espera una cifra de ventas de 5.700 a 5.900 millones de euros y un margen de rentabilidad operativa antes de extraordinarios de alrededor del 0%. En Rubber Technologies estima unas ventas de 3.700 a 3.900 millones de euros y un margen de rentabilidad operativa antes de extraordinarios de alrededor del 7 y el 8%.
"En períodos de crisis, la liquidez se convierte en la máxima prioridad. Con este fin, estamos reduciendo nuestros costes, optimizando nuestro capital de trabajo y posponiendo los proyectos e inversiones que no son prioritarios. Sin embargo, seguimos impulsando los principales proyectos de desarrollo, así como los preparativos para la próxima puesta en marcha de la producción. De esta manera, mantenemos nuestra capacidad de funcionamiento con eficacia y confianza", explica el CEO, Dr. Elmar Degenhart.
Actualmente, más del 40% de los 249 centros de producción de Continental en todo el mundo han cesado temporalmente sus actividades durante unos días o varias semanas para proteger a los empleados y en respuesta a la caída de la demanda. El recorte de la producción afecta en particular a las plantas de Continental en Europa, así como en América del Norte y del Sur. En China, la compañía detuvo la producción en sus plantas tras el brote del coronavirus en cumplimiento de la normativa local. Continental ha reanudado gradualmente la producción allí a partir del 10 de febrero de 2020.
Algunas líneas de producción continuarán operando en todo el mundo para que la compañía pueda cumplir con sus obligaciones de entrega. Además, en muchas plantas del área de negocio de ContiTech se seguirán fabricando productos que son vitales para otras industrias, como la tecnología médica (por ejemplo, tubos), las obras hidráulicas, la industria alimentaria o los servicios públicos.
En todos los casos, se está protegiendo a los empleados con el equipo adecuado, según se especifica en el plan de pandemia de la empresa y en cumplimiento con los reglamentos de protección de los distintos países. Estos planes de protección minimizan el riesgo de infección.
Con todo ello, las horas de trabajo se han reducido. Sólo en Alemania, alrededor de 30.000 empleados, es decir, la mitad de la plantilla actual han sufrido una reducción de su jornada a fecha de 1 de abril de 2020. Esto afecta a todos los departamentos de la compañía, desde la producción y la investigación y el desarrollo hasta la administración, incluyendo a los empleados de la sede central de Continental en Hannover. Algunas unidades de negocio ya comenzaron a reducir las horas de trabajo a mediados de marzo de 2020.
Como resultado de la pandemia de coronavirus, se planea trabajar a jornada reducida en varias zonas de Alemania durante varias semanas, y puede durar de 6 a 12 meses dependiendo de la evolución de la situación del mercado. La duración de esta medida varía de un lugar a otro y según las condiciones locales. La compañía también está aplicando estas medidas en países en los que se dispone de instrumentos comparables para la reducción de jornada. Asimismo, está estudiando actualmente cómo apoyar a los empleados afectados en países en los que no existen instrumentos comparables que salvaguarden su salario neto. De los empleados que pueden trabajar desde casa, más del 95%, unos 85.500, lo hacen ya actualmente.