La 'arquitectura verde' de la próxima PAC "generará oportunidades para el sector agropecuario"
El congreso, bajo el título 'La arquitectura verde de la PAC post 2020. Profundizando en eco-esquemas', abordó los retos medioambientales a los que se enfrenta la agroganadería europea y profundizó en la realidad ambiental de los países meridionales.
Representantes de la Comisión Europea, de las Presidencias rumana y finlandesa, así como de centros de investigación y tecnología de España, Portugal y Francia, además de organizaciones de agricultores, ecologistas y sociedad civil, sumaron un panel de 170 expertos de 16 países que pusieron sobre la mesa el papel de los eco-esquemas, un nuevo instrumento que permitirá incentivar prácticas agrícolas y ganaderas con mayor impacto beneficioso para el clima y el medio ambiente.
Desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) se indica que dichos eco-sistemas deben remunerar las prácticas que vayan más allá de los requisitos mínimos medioambientales de la Unión Europea y deben ser flexibles para que den cabida a las diferentes realidades productivas comunitarias, sin generar una excesiva carga administrativa. Una flexibilidad que es imprescindible para recoger la realidad de las regiones particularmente afectadas por los efectos del cambio climático como las del sur de Europa.
En el congreso también se expusieron experiencias desarrolladas para mejorar la adaptación de la agricultura a los cambios medioambientales, la mejora del uso de recursos o la potenciación de la biodiversidad en las explotaciones.
Después de tres días de debates, los participantes coincidieron en señalar que la propuesta de la futura Política Agrícola Común (PAC) refuerza sus aspectos medioambientales y climáticos, contemplados en la denominada 'arquitectura verde'. Esta circunstancia genera oportunidades para el sector agroganadero, además de ofrecer respuesta a las expectativas de los consumidores y ciudadanos europeos. El nuevo modelo de gobernanza que se propone en la reforma, orientado a resultados, permitirá un analizar mejor las necesidades y promoverá la programación de intervenciones beneficiosas para el medio ambiente.
PAC, cambio climático y precios justos
En este mismo escenario, la consejera de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio de la Junta de Extremadura, Begoña García, expresó que la agricultura, a través de la Política Agraria Común (PAC), debe jugar un papel muy positivo para afrontar el reto del clima y del medio ambiente, garantizando al mismo tiempo la seguridad alimentaria, factores que deriven en unos precios justos para los profesionales agrarios.
A su juicio, la PAC necesita preservar su presupuesto, con el mismo nivel de apoyo que en el actual periodo 2014-2020, para que los agricultores puedan responder a este desafío sin que la rentabilidad de las explotaciones se vea en riesgo, lo que se podría traducir en pérdida de tejido productivo y abandono del medio rural.
Reconocimiento a la labor medioambiental de la agricultura familiar
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) pidió más ayudas para los que realicen una agricultura y ganadería productiva y al tiempo alcancen un mayor compromiso con la protección del medioambiente. Considera que, a pesar de las incertidumbres sobre el proceso de reforma de la PAC, con la nueva Eurocámara recién elegida y con todo por decidir, la intención de avanzar en el compromiso de la agricultura y la ganadería europeas con el medioambiente “es un hecho cada día más irrefutable”.
UPA defiende que figuras como los eco-esquemas que la futura PAC implantará deben servir para premiar a los agricultores y ganaderos que lleven a cabo una actividad productiva y protejan de forma activa el medioambiente. En el congreso de Zafra presentó la experiencia de su proyecto Polinizup, que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y de Syngenta. La organización está comprobando, con el trabajo conjunto de ingenieros agrónomos, agricultores y entomólogos, que es posible desarrollar una agricultura productiva y al mismo tiempo contribuir a recuperar las poblaciones de insectos polinizadores.
UPA mostró su preocupación por que la figura de los eco-esquemas pueda ser corrompida. A su juicio, esta figura debe servir para fomentar una actividad sostenible desde el punto de vista social, ambiental y económico, valorizando las actividades y medidas productivas, con un enfoque social hacia la agricultura familiar.