Ventajas de la fertilización con purín de cerdo separado mecánicamente
Oscar Toledano Joan Clos y Carlos Malla, técnicos especialistas de TecnaPur - By Rotecna
23/05/2019El cultivo orgánico extrae nutrientes del suelo y se usa para alimentar a los animales, que generan purines que se aplican al suelo aportando nutrientes a las plantas, reduciendo a su vez el uso de caros abonos minerales comerciales de origen sintético o extractivo.
Para utilizar el purín de cerdo como fertilizante debemos conocer su composición en nutrientes, el valor y eficiencia fertilizante de cada uno de ellos, las necesidades específicas de cada cultivo en cada una de sus fases de crecimiento y su productividad por hectárea. Esto nos permitirá calcular la dosis y período de aplicación más adecuados para ajustar la aportación de nutrientes a su extracción, tras lo cual, debemos utilizar un método de aplicación adecuado para garantizar una distribución homogénea y con caudal controlado en toda la superficie del suelo, optimizando la fertilización y minimizando perdidas y emisiones.
El purín de cerdo contiene todos los elementos minerales necesarios para la nutrición de las plantas, macronutrientes primarios (N, P y K), macronutrientes secundarios (S, Ca, Mn) y resto de micronutrientes (oligoelementos), por lo que en la dosis adecuada es un excelente fertilizante, pudiendo llegar a substituir completamente la fertilización mineral en algunos casos, como en el cultivo de cereales de invierno de secano en muchas zonas. En otros casos, su uso permite reducir significativamente la aportación de fertilizantes comerciales.
La composición de nutrientes del purín de cerdo varía según la edad del animal que los produce y su tipo de alimentación, ya que excretan más o menos nutrientes según la composición del pienso que consumen respecto a las necesidades en cada una de sus fases de crecimiento. En todo caso, dentro de una misma explotación, suelen tener una composición relativamente estable que debe ser analizada. Hoy en día hay métodos rápidos y fiables para medir la composición del purín, incluso justo antes de su aplicación, en la misma cuba que los transporta y aplica.
La concentración de nutrientes por unidad de volumen de purín varía considerablemente según el tipo de explotación, principalmente por las diferencias de las aportaciones de agua, mucho más altas en purines procedentes de granjas de cerdas (donde solo se producen lechones) y más baja en granjas de engorde (en estas hay también mucha variabilidad según el tipo de alimentación y bebedero utilizados). Esto afecta principalmente al volumen de líquido a aplicar para aportar una misma cantidad de nutrientes.
Composición y concentración se ven a su vez afectadas por la estratificación de fases en fosas y balsas, ya que una parte de los sólidos sedimentan en el fondo y otros flotan en la superficie, concentrándose en la parte sólida los elementos menos solubles como el fósforo y la parte nitrógeno orgánico.
Generalmente, en suelos de fertilidad normal, el elemento clave para incrementar la producción de los cultivos es el nitrógeno (aunque a partir de una determina dosis, no solo pasa a disminuir la productividad, además puede comportar problemas medioambientales por emisiones de gases de efecto invernadero y contaminación de aguas si no se aplica adecuadamente o en el periodo correcto), por lo que se suele dosificar la cantidad de purín a aplicar según el aporte de nitrógeno y necesidades del cultivo. En el caso de España, la aportación de nitrógeno de origen animal está limitada por la legislación a 170 kg/Ha, pudiendo llegar a superarse en zonas no vulnerables siempre que haya una justificación agronómica técnica.
El nitrógeno se encuentra en el purín de cerdo hasta en un 70% en forma inorgánica (de absorción rápida por parte de las plantas) y el resto en forma orgánica (de absorción lenta ya que se ha de transformar), lo que lo hace apto como fertilizante de cobertura una vez nacido el cultivo, no solo de fondo antes de la siembra.
Es importante considerar que aportar demasiado nitrógeno de fondo puede ser contraproducente, ya que, como la demanda de las primeras fases de crecimiento del cultivo es baja, según el tipo de suelo y climatología, el nitrógeno, al ser muy soluble, se puede lixiviar del suelo si permanece un largo tiempo sin ser absorbido por la planta, por lo que se recomienda fraccionar las dosis, haciendo la mayor parte de la aportación en cobertura, cuando la demanda de nitrógeno de absorción rápida del cultivo es máxima.
En cultivos con baja demanda de nitrógeno, fertilizar con purín con alta concentración de nitrógeno en dosis fraccionadas de fondo y cobertura puede resultar poco viable con según que equipos de aplicación, ya no pueden dosificar homogéneamente pequeños caudales.
Al elegir el método de aplicación debemos tener en cuenta además que el nitrógeno inorgánico, en forma amoniacal, pasa a amoniaco gaseoso en contacto con el aire, que se desprende a la atmosfera (especialmente a altas temperaturas), reduciendo el valor fertilizante nitrogenado del purín. Esto además representar un grave problema medioambiental sobre el que cada día hay una legislación más exigente de reducción de emisiones. Es preferible utilizar métodos que lo distribuyan a nivel del suelo como mangueras e inyectores, que reducen significativamente las pérdidas de nitrógeno respecto a los de abanico, a la vez que garantizan una distribución más homogénea, sobre todo los que disponen de sistemas precisos de control del volumen de purín dispensado por superficie de campo.
En muchos tipos de cultivo, con la dosificación óptima en base al aporte de nitrógeno necesario, el purín aporta más fósforo del retirado. Éste tiene muy poca movilidad en el suelo, por lo que se acumula con el tiempo, lo que plantea un grave dilema a largo plazo, al representar un desperdicio de este elemento, que es clave para la agricultura y de alto valor estratégico, ya que, a pesar de ser relativamente abundante, hay muy pocas fuentes de roca fosfática y tiene un precio muy volátil. En muchos países existen limitaciones a las cantidades máximas de fósforo que puede haber en los suelos cultivables, y es de esperar que estás lleguen a Europa, por tal de salvaguardar el suministro de esta materia prima fundamental para la vida.
A su vez, el exceso de fósforo en el suelo puede representar un problema medioambiental en suelos con altos niveles de erosión, ya que puede llegar a contaminar las aguas (eutrofización), favoreciendo la proliferación de algas, que exigen cantidades adicionales de oxígeno para su descomposición, lo que afecta a la fauna acuática al reducirse el oxígeno disponible.
Para optimizar la gestión y valorización de los purines se aplican diferentes tecnologías de tratamiento. El tratamiento primario de los purines es la separación mecánica, donde se genera una fase líquida y una fase sólida. Esta separación produce una redistribución y concentración de los nutrientes que mejora su aplicación como fertilizante y evita problemas medioambientales. Además, es el primer paso de cualquier programa de tratamiento de deyecciones ganaderas porcinas.
La separación mecánica consiste en pasar el purín a través de un tamiz que retira hasta el 40% de los sólidos de éste, dejando solo las partículas más pequeñas, con lo que conseguimos los siguientes beneficios:
- Ventajas de la separación mecánica para la fracción líquida separada,
- Reduce los costes de aplicación al reducir el volumen de purín líquido a aplicar hasta en un 15%.
- Mejora sus cualidades fertilizantes en suelos con de altos contenidos de fósforo al aumentar la proporción de nitrógeno por unidad de fósforo aplicada (N/P), ya que queda en la fase líquida una mayor proporción de nitrógeno que de fósforo, menos soluble.
- Mejora sus propiedades fertilizantes en cobertura, cuando el cultivo necesita un mayor aporte de nitrógeno, al aumentar su proporción de nitrógeno inorgánico, que es de absorción rápida y más fácil de dosificar.
- Según la tecnología utilizada para la separación, evita contaminar el suelo con partículas impropias como plásticos, al permitir retirarlas durante la separación.
- Mejora la fertilización al hacer más fácil, rápida y eficiente la homogeneización del contenido de las balsas antes del bombeo para su aplicación, ya que costras superficiales y sedimentos de fondo son más fáciles de remover al estar compuestos de sólidos de pequeño tamaño.
- Mejora la aplicación y reduce su coste al no ser necesario el uso de bombas trituradoras y agitadores en la maquinaria de aplicación. Siendo ideal para ser utilizado con sistemas de inyección, de mangueras en superficie, e incluso a través de sistemas de riego si la separación es muy eficiente.
- Facilita el cálculo de la composición de nutrientes, la aplicación y la infiltración en el terreno al nivel reticular, reduciendo las emisiones y mejorando la eficiencia de la fertilización nitrogenada, incluso en caso de utilizar técnicas de mínimo laboreo como la siembra directa. Esto también facilita y mejora su aplicación como abono de cobertura en cultivos ya nacidos. Ya que la fase líquida en muy homogénea y sin partículas grandes.
- Facilita cualquier tratamiento posterior que se quiera aplicar por su homogeneidad y ausencia de partículas grandes.
- Ventajas de la separación mecánica para la fase sólida separada,
- Aumenta su valor al concentrar los nutrientes en poco volumen, permitiendo su transporte a zonas que tienen costes de fertilización mucho más altos al no disponer de abonos de origen animal localmente.
- Mejora sus propiedades fertilizantes de fondo, cuando el cultivo necesita un menor aporte de nitrógeno, pero una mayor aportación de materia orgánica, al aumentar la proporción de fósforo y de nitrógeno orgánico.
- Según la tecnología utilizada para la separación, evita contaminar el suelo con partículas impropias como plásticos, al permitir retirarlas durante la separación.
- Facilita cualquier tratamiento posterior que se quiera realizar: secado solar, compostaje, digestión anaeróbica, etc.