En el Día Internacional de la Educación, que tuvo lugar el 24 de enero
Las mujeres rurales reclaman un sistema educativo que combata el despoblamiento
La Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) pide un sistema educativo que combata el despoblamiento y evite la emigración de los jóvenes a las zonas urbanas.
El despoblamiento que está sufriendo una buena parte del territorio nacional lleva consigo la paulatina desaparición de las escuelas de pueblo. Algo que desde la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) califican como “indignante” porque consideran que la Administración solo tiene en cuenta el número de alumnos a la hora de proporcionar este derecho básico de la población rural.
Su presidenta, Teresa López, opina que habría que cambiar este criterio y fijarse en otros aspectos, como la calidad de la enseñanza proporcionada o el factor determinante que puede suponer el colegio o instituto para la pervivencia de un pueblo.
Esta es una de las medidas que Fademur pide con motivo del Día Internacional de la Educación, que se celebró el 24 de enero. Además, la organización también quiere reconocer el esfuerzo y la valía de “todos aquellos centros educativos y docentes que, con más sacrificio que recursos, acortan año a año la diferencia de resultados educativos entre el mundo rural y el urbano, tal y como demuestran diferentes estudios". Sin embargo, matizan que "todavía estamos muy lejos de la igualdad entre ambos".
Digitalización
Aspectos relacionados con la falta de servicios básicos en los pueblos también repercuten en sus escuelas. En este apartado, la organización presta especial atención a la brecha digital. "En pueblos donde la cobertura móvil y la conectividad a Internet pueden ser desde reducidas a nulas, la alfabetización digital del alumnado se ve mermada por mucho que desde la comunidad autónoma hayan enviado unos ordenadores buenísimos", ha explicado su presidenta.
En otras ocasiones ocurre todo lo contrario, pueblos con buenas infraestructuras cuyos colegios, sin embargo, siguen siendo analógicos. Por eso, Fademur aboga por que se trabaje en esta línea para que todos los niños y niñas tengan las mismas posibilidades de realizarse en este aspecto independientemente del lugar en el que vivan.
La falta de servicios básicos tiene otras consecuencias en los pueblos. Tal y como ocurre al resto de población rural, los docentes que trabajan en el medio rural también se ven desalentados, como el resto de población, por la carencia de servicios. Esto, junto con las precarias condiciones de trabajo, provoca que estos profesionales busquen mejorar su situación, por lo que existe una gran movilidad en la plantilla de los centros educativos rurales, lo que dificulta el trabajo de los equipos. Por eso, Fademur pide incentivos para estos profesores y profesoras, con el objetivo de que se produzca una mayor estabilidad que repercuta en la calidad de la enseñanza.
Cualificación excesiva
España presenta un elevado porcentaje de la población con estudios superiores. Según datos de Eurostat, la oficina estadística europea, correspondientes a 2017, el 41,2% de la población española entre 30 y 34 años de edad completa estudios superiores o de educación terciaria. Es 1,3 puntos por encima de la media de la Unión Europea.
"En un principio, esto podría parecer un buen indicador", señala López. "Sin embargo", puntualizó, "provoca una sobrecualificación de la sociedad en su conjunto, que se siente frustrada, como es lógico, cuando no encuentra un puesto laboral adecuado a sus capacidades y expectativas y, al final, se produce una fuga de cerebros. Una pérdida de capital humano valiosísima que coincide con la falta de personal con educación intermedia como la proporcionada por la formación profesional”. Por ello, en Fademur se muestran partidarias y consideran "estratégico" impulsar la educación intermedia, tanto en la España rural como en la urbana.
"Con ello responderíamos a los retos planteados por la despoblación del mundo rural, promocionaríamos a la población de los pueblos y lucharíamos contra la emigración de los sectores más dinámicos", explican desde la organización. "Nosotras, y otros actores del mundo rural, hace tiempo que comprendimos esto y ya estamos trabajando en ello. El problema al que nos enfrentamos es la falta de aulas homologadas. Al no tener estos espacios en pueblos pequeños, la regulación no permite impartir en ellos titulación oficial", denuncia la presidenta, que pide revertir esta situación y adecuar las reglas de homologación de aulas "a la realidad rural".