Reclaman al Gobierno una “estrategia de empoderamiento de la mujer rural”
El Área de la Mujer de Coag y la Confederación de Asociaciones de Mujeres del Medio Rural (Ceres) piden al Gobierno central el desarrollo de una Estrategia de Empoderamiento de la Mujer Rural que aglutine todas las acciones dispersas que se han puesto en marcha para favorecer la igualdad en este medio.
Lo hicieron el 15 de octubre, con motivo del Día de la Mujer Rural, con el propósito de definir objetivos e indicadores con perspectiva de género para cada una de las políticas. "Las mujeres rurales somos una minoría en la toma de decisiones y la planificación, particularmente en el sector agrario. El Gobierno debe incidir en las cuestiones de fondo para eliminar los roles de género establecidos históricamente para los hombres y mujeres que viven y trabajan en el medio rural”, afirma Inmaculada Idáñez, presidenta de Ceres.
Consideran que el Ministerio de Agricultura (MAPA) debe liderar una ofensiva a corto y medio plazo para que iniciativas como Ley de Titularidad Compartida de las Explotaciones Agrarias o la nueva Política Agraria Común (PAC) post-2020, respondan en fondo y forma a las necesidades de las mujeres rurales. Desde el Área de la Mujer de Coag y Ceres han pedido un mayor esfuerzo formativo e informativo para que los beneficios de la Titularidad Compartida lleguen a todos los rincones del medio rural.
A su juicio, es vital que la próxima PAC 2021-2027, en este momento en proceso de negociación, sea la primera con perspectiva de género. “Las mujeres gestionamos el 30% de las explotaciones agrarias de la UE, pero sólo somos propietarias del 12% de la tierra, frente al 61% controlada por hombres. En ningún apartado, ni tan siquiera en el capítulo de Desarrollo Rural, se habla específicamente de medidas orientadas a facilitar e impulsar el papel de la mujer en la agricultura europea. Integrar la perspectiva de género podría hacerse desde la exigencia de personal técnico experto en igualdad para los asesoramientos en desarrollo rural, por ejemplo. Es una especie de 'despotismo ilustrado de Bruselas': todo para las mujeres, pero sin las mujeres. Es algo que en pleno siglo XXI no podemos tolerar", lamenta Idáñez.