Pilz establece la seguridad como principal factor de desarrollo para la robótica colaborativa

Una de las tendencias que se están implementando cada vez más en la industria, con el objetivo de llegar al 4.0, es la robótica colaborativa (Human Robot Collaboration o HRC), que deja atrás los robots enjaulados que predominaban hasta ahora para permitir una interacción entre la máquina y el operario. Pero, para que esta colaboración sea posible, la seguridad se convierte en un eje vital.

Pilz, empresa dedicada a la automatización segura, es impulsora de esta necesidad de una industria segura en HRC. Por ello, la firma participó en el speaker corner de BeDigital by BIEMH ‘Automatización 4.0: Innovación para las fábricas del futuro’, celebrada el pasado 28 de mayo en la feria de la máquina-herramienta y conducida por la Asociación Española de Robótica (AER). La ponencia de la empresa fue a cargo de su experto en seguridad Francisco Rosa, que presentó los conceptos más importantes de robótica colaborativa, vitales para la introducción de estas aplicaciones en cualquier sector de la industria.

Francisco Rosa realizó un repaso por la legislación aplicable, los requisitos para considerar colaborativa una aplicación con robot y concretó en los productos y servicios de Pilz en HRC. El representante de la firma también enfatizó en el programa de servicios necesario para cada fase de la vida útil de un sistema robotizado: análisis de la aplicación, evaluación de riesgos según UNE-EN ISO 12100, concepto de seguridad, diseño e ingeniería, validación y marcado CE. Todo ello para obtener como resultado una aplicación de robótica colaborativa segura en el contexto de la máquina-herramienta.

Además de su presencia en la ponencia de enmarcada en el espacio BeDigital, Pilz ha cerrado con éxito su participación en BIEMH con un gran interés en los elementos de seguridad en su stand. Los productos y servicios de la empresa para una automatización segura han recibido numerosas visitas y el interés de los asistentes. Con ello, la empresa concluye que la seguridad gana terreno en el sector de la máquina-herramienta y los implementadores de tecnología en las fábricas están cada vez más concienciados de la necesidad de una industria segura para el operario.