Manuel Teruel, presidente de Feria de Zaragoza
Con 1.572 marcas procedentes de casi una cincuentena de países y una superficie expositiva que supera los 161.000 metros cuadrados, podemos afirmar rotundamente que hemos pulverizado nuestros propios récords para conseguir que la gran cita de la agricultura en 2018 sea la feria más grande y de más público profesional de las que se celebran en España y una de las principales de Europa. FIMA es, sin lugar a dudas, un gran motor del devenir agrícola internacional.
Uno de los aspectos clave del liderazgo mostrado por FIMA radica en la confianza mutua que existe entre las empresas del sector y todos los que formamos Feria de Zaragoza. Una relación muy bien avenida y que se ha ido forjando durante estos 54 años, lo que nos ha servido para ser testigos de uno de los pilares de la evolución y el desarrollo tecnológico del mercado agroalimentario mundial.
Analizando los resultados de FIMA 2018 nos mostramos muy satisfechos porque la Feria, nuestra feria, ha crecido cuantitativa y cualitativamente, gracias a la presencia de un 60% de expositores de terceros países. Un dato muy alentador es el incremento del 22% de nuevas marcas, lo que hacen de FIMA el epicentro del mercado en cuanto a equipamiento y servicios, donde el visitante profesional encuentra una oferta diferenciada y muy necesaria para el desarrollo de su actividad.
Quiero recalcar, asimismo, la importancia de FIMA para Zaragoza y su entorno. El impacto económico que genera una feria de estas características, más allá de la imagen y repercusión mediática, se sitúa en los 300 millones de euros. Una cifra que nos invita al optimismo y a este salón como uno de los grandes embajadores con los que cuenta esta tierra.
Cada edición, desde Feria de Zaragoza trabajamos para reinventarnos y ser un referente de lo que ocurre en el sector. Para ello, es fundamental ser capaces de ofrecer elementos novedosos, de modo que estemos a la vanguardia del mercado global. Somos ambiciosos sin olvidar que el camino hay que andarlo de la mano de las empresas y organismos que lo hacen grande y que, en nuestro caso, nos hace mantener un producto ágil, útil, con mucha vida y lleno de futuro, a pesar de celebrar 40 ediciones.
Tras estas jornadas en Feria de Zaragoza, podemos afirmar que la Agricultura 4.0 ha llegado y nuestro salón es el mejor escenario para poder conocer estos avances. La digitalización, el bigdata, los nuevos sistemas de seguridad y la incorporación de la tecnología son algunos de los elementos en los que hemos trabajado para ofrecer una radiografía del sector, gracias a su capacidad para ofrecer valor añadido, un aspecto muy reconocido por las empresas y que encuentran, que dentro de un gigante como FIMA, hay un gran equipo y un espacio profesional idóneo para el contacto comercial, pero sobre todo el humano.
FIMA ha demostrado que es un instrumento esencial para el sector agrícola nacional e internacional y un fiel reflejo de lo que es la agricultura en España y en el Arco Mediterráneo, tanto desde el punto de vista de la fabricación como el de la distribución y de las ventas.
Antes de finalizar, me gustaría aprovechar estas líneas para desearles un fructífero año agrícola a todos y espero que los buenos augurios que nos ha ofrecido FIMA se trasladen a la actividad agrícola y que, en 2020, podamos volver a hablar de la gran cita de la agricultura en el Mediterráneo y en Europa.