Las ingenierías piden una política del agua que anteponga el interés general al partidista
Una política del agua que, basada en criterios técnicos, anteponga el interés general al partidista. Es la petición que el Foro para la Ingeniería de Excelencia (Fidex) elevará en las próximas semanas a la Dirección General del Agua, dentro de la ronda de reuniones que el Ejecutivo mantiene con los diferentes actores del sector para el Pacto Nacional del Agua, que servirá de antesala al Plan Hidrológico Nacional.
Para Fidex, que agrupa a las once principales ingenierías españolas, en un contexto de cambio climático donde los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes e intensos, satisfacer las diferentes demandas de agua de un modo racional y equitativo pasa por mejorar la gestión de la escasez en aquellas cuencas que lo necesiten a través de, entre otros medios, la construcción de obras hidráulicas teniendo en cuenta los objetivos medioambientales.
Las grandes ingenierías consideran que, para mejorar el aprovechamiento de los recursos hídricos, la Administración debe evitar que los objetivos políticos prevalezcan sobre el bien común. Piden que la gestión de los recursos se lleve a cabo bajo un enfoque holístico donde los intereses económicos y sociales estén en equilibrio con los medioambientales.
“Se necesita voluntad y generosidad de todas las partes implicadas para tener como objetivo el bien común, no el interés local”, afirma Fernando Argüello, director general de Fidex. “Por eso, es fundamental que todas las partes, especialmente las autonomías, hagan un esfuerzo y cedan parcialmente en sus intereses logrando así el tan necesario consenso que permita avanzar, ya que llevamos años enquistados con este problema”, añade.
Planes pendientes
En este sentido, los planes especiales de sequía, que están siendo revisados actualmente en colaboración con el sector de la ingeniería, son una herramienta básica de gestión, pero no la llave para solventar los problemas de escasez de lluvias. Al mismo tiempo, los planes de inundaciones reciben escasa inversión, hasta la décima parte respecto a los años anteriores a la crisis.
Las grandes ingenierías reclaman destinar más recursos al desarrollo de estudios que, combinando múltiples variables como la urbanización, impacto social, medio ambiente, etc., alcancen un mayor nivel de detalle y una visión global para prevenir el efecto devastador de las crecidas, minimizando riesgos.
A su juicio, también se debe avanzar en infraestructuras de depuración, lo que exige una inversión de 5.000 millones de euros para ponerse al día con la normativa de Bruselas y evitar nuevos expedientes sancionadores; a la vez que requieren mayor inversión en mantenimiento y conservación de las infraestructuras hidráulicas ya existentes en las que los usuarios deberán también asumir parte del coste.