Una alternativa para un cultivo en expansión
Entre las modificaciones introducidas respecto a aquella primera máquina, que fue premiada en el Concurso de Novedades de FIMA, se encuentran el motor (John Deere) de 130 CV que cumple con la normativa de emisiones Tier 4 Final, motores hidráulicos Eaton (USA), un nuevo diseño del vibrador y la opción de recolectora con o sin peladora.
La cosechadora, que es controlada por un solo operario, cuenta con suspensión hidráulica de altura para cada rueda, sistema de plegado y posibilidad de regulación del tiempo de vibración en función del estado del fruto. Durante la marcha y sin necesidad de detenerse es capaz de acoplarse a cada árbol y completar las tareas de vibración, recogida y pelado del fruto.
Se ha ampliado en un 30% la capacidad de las dos tolvas, que están situadas en los laterales de la parte trasera, hasta un total de 8 metros cúbicos. También se ha modificado el tipo de descarga, que ahora se realiza elevando cada tolva hacia atrás, cuando anteriormente se efectuaba de manera lateral. Las dimensiones exteriores son de 3,90 metros de anchura, 4,20 metros de altura y hasta 7,10 metros en posición de trabajo.
De acuerdo con las pruebas realizadas por el propio fabricante, el marco de plantación óptimo es de 5,5 x 3 metros, lo que convierte a esta cosechadora en una alternativa para la recogida del almendro en plantaciones intensivas. También puede serlo en plantaciones súper intensivas, con un marco de 5 x 2,5 metros, en los que se defiende con soltura.
Hasta el momento hay una veintena de unidades en activo, la mayoría de ellas en Aragón y dos en Mallorca. El fabricante aragonés se plantea también la búsqueda de mercados exteriores y, de hecho, la unidad utilizada durante las jornadas, ha sido vendida a un cliente en Estados Unidos. “Esta máquina no tiene competencia. Se ha visto en algunos casos que el método tradicional de vibración, caída al suelo y posterior aspiración ha provocado la aparición de hongos. Con esta cosechadora ese problema no existe”, asegura el director de Ventas, Fernando Tenias.
Las demostraciones se realizaron a mediados de septiembre en terrenos de Bodegas Ejeanas, propiedad de la familia Tenias. Contaron con la presencia de más de un centenar de profesionales que se mostraron sorprendidos por el funcionamiento de la cosechadora y, algunos de ellos, valoraron las ventajas que puede ofrecer y analizaron con el fabricante las posibilidades de adaptación a sus cultivos.
Un fabricante en evolución continua
La sede se encuentra precisamente en Ejea de los Caballeros, localidad que fue escenario de las demostraciones, donde la familia que da nombre al negocio cuenta con una amplia superficie industrial que incluye la fábrica principal de palas e implementos y una nave focalizada en la producción de cilindros. Está prevista la apertura de un almacén ‘inteligente’ que permita reducir aún más los plazos de entrega de recambios y accesorios.
La plantilla está formada por 75 personas, con un único turno de trabajo que permite una capacidad anual de más de 2.500 unidades. En caso de ser necesario, la fábrica está preparada para llegar a las 9.000 unidades/año, aunque para ello deberían recuperarse algunos mercados en los que está presente la marca, entre ellos el español, que supone el 50% de las ventas. La otra mitad se reparte en el exterior, con un papel importante para la región de Centro-Sudamérica, donde exporta a países como Chile, Uruguay, Bolivia, Perú, Costa Rica, etc.
Que Tenias es un fabricante en constante evolución lo demuestra, no solo su amplia y completa oferta en palas cargadoras e implementos, sino también sus instalaciones. El renovado aspecto exterior de la fábrica tiene su continuación en el interior, donde la línea de producción dispone de varios robots de soldadura y maquinaria de última generación para tareas de máxima precisión.
Tenias está preparada para producir palas para cualquier tipo de tractor, independientemente del modelo y la marca. Aunque trabaja con concesionarios de diferentes redes comerciales, distribuye sus productos únicamente a través de su propia marca, si bien ofrece la posibilidad de pintarlos según los deseos del cliente. Para ello, dispone de un moderno túnel de pintura donde se combinan funciones mecanizadas con otras donde se requiere la mano del hombre.
El proceso de renovación de la fábrica incluyó un importante cambio en la producción de la energía necesaria para la actividad: pasó a utilizarse la cáscara de almendras como alternativa al diésel, lo que supuso una importante reducción de costes, además de evidenciar su respeto por el medio ambiente y las energías renovables.