EIMA y Bolonia no quieren separarse
El binomio EIMA y Bolonia sigue muy vivo y así lo demostraron los 285.000 visitantes que acudieron al recinto ferial durante los cinco días de la exposición, un aumento del 21% respecto a la edición anterior, y con más de 44.000 operadores extranjeros, un 18% más. Cuanto más arreciaban las dudas sobre qué haría FederUnacoma con EIMA, mayor ha sido la respuesta de una ciudad y una región que necesita de esta cita bienal. La continuidad en el recinto de la BolognaFiere parece de momento asegurada, siempre y cuando se realicen las reformas estructurales necesarias para que puedan tener cabida de una manera digna todas aquellas empresas que no quieran faltar a la gran cita transalpina de la maquinaria agrícola.
La organización y el ente ferial han aparcado sus diferencias y se han puesto a trabajar para que en las próximas ediciones se puedan acoger dignamente tanto a expositores como a visitantes. Los problemas logísticos dentro y fuera del recinto ferial han sido la tónica constante de las últimas ediciones, hasta tal punto que la organización, FederUnacoma, llegó a plantearse trasladar la EIMA a otra ciudad. Tras las negociaciones de los últimos meses, con la mediación de las administraciones públicas de la ciudad y la región, parece que las aguas han vuelto a su cauce y la continuidad de la feria en Bolonia parece una realidad. Para ello, a lo largo de los próximos años se realizarán toda una serie de ampliaciones y reestructuraciones que mejorarán los accesos de las mercancías y que permitirán contar con mayor superficie de exposición. Parte de los detalles del proyecto para la remodelación del recinto fueron presentados el primer día de feria por parte del presidente de BolognaFiere, Franco Boni, y el concejal de Actividades Productivas de la Región de Emilia-Romagna, Palma Costi.
Con más de 1.900 empresas expositores los números de sobre la difusión de la feria son espectaculares. Cientos de periodistas, provenientes de todo el mundo estuvieron presentes en el evento en directo, mientras que una amplia cantidad de operadores pudieron seguir el desarrollo de la feria gracias a la EIMA Web TV, que realizó más de 40 reportajes y 8 transmisiones en tiempo real. A través de FaceBook se alcanzaron más de 75.000 entradas, generando 500.000 interacciones. El equipo del EIMA Social Team de Image Line-Agronotizie/FederUnacoma generó más de 1.000 contenidos multimedia que permitirán que el evento siga viviendo en la red en los próximos meses.
Más internacional que nunca
Además, representantes de algunas repúblicas de la ex Unión Soviética, Balcanes y de Oceanía, y delegados de Jordania, Kenia, Mozambique y Palestina visitaron por primera vez la Eima, mientras que las delegaciones de Argentina, Brasil, Chile, Irán y Perú fueron las delegaciones más numerosas. Más allá de las delegaciones oficiales, más de 40.000 operadores extranjeros llegaron individualmente desde 140 países.
La agenda europea de la maquinaria agrícola, a debate
Un 'New Deal' para el sector agro-mecánico, con políticas y estrategias de amplio espectro, pensadas para reforzar la competitividad de los fabricantes europeos, y para promover el empleo de tecnologías innovadoras por parte de los agricultores europeos. Esta fue la petición lanzada por la asociación de los fabricantes europeos de máquinas agrícolas CEMA en el congreso titulado ‘Máquinas para la agricultura: una nueva agenda europea’ que se llevó a cabo durante la jornada inaugural de EIMA International. Los fabricantes europeos –según explicó el presidente del CEMA, Richard Markwell– gozan de una posición de liderazgo en el mundo, tanto en lo que respecta a los volúmenes de producción como a la innovación. Sin embargo, con una tasa de renovación de un 1,7% anual, el parque máquinas del continente revela una situación de ‘retraso tecnológico’. El ‘gap’ se debe en primer lugar a la disminución de las rentas agrícolas y al infradimensionamiento de las empresas que operan en el sector primario, y esto se combina con las dificultades de las industrias fabricantes de máquinas, obligadas a lidiar con normas y disposiciones comunitarias que determinan un notable aumento de los costes de producción. De hecho, se trata de reglas establecidas originalmente por el sector automotriz y extendidas luego al agro-mecánico, casi por analogía, como si a ambos sectores correspondieran las mismas lógicas y las mismas tendencias.