Los jóvenes apuestan por proyectos de emprendimiento agrícola
Los jóvenes han visto como en la agricultura existe una alternativa a la hora de buscar empleo y cada vez más personas de menos de 30 años están mudándose al campo para abrir empresas con el objetivo de ofrecer aquello que ellos mismos demandan. Manuel López-Toribio Moreno es uno de esos ejemplos: hace dos años decidió montarse su propia empresa, Granja AHuevo. A través de un proyecto de granja medioambiental decidió volver al campo para desarrollar una labor de emprendimiento en una granja de gallinas desde donde ya está vendiendo sus productos a toda España a través de internet, especialmente en redes sociales. Con tan solo 22 años, Manuel ha conseguido montar un negocio desde la raíz: la tierra. “No existe una noción clara sobre de dónde vienen muchos de los productos que se consumen hoy en día”, cuenta este joven, “aunque los huevos es de los alimentos más controlados”.
En España, explica este joven granjero, “se ha tomado al huevo moreno como de calidad, pero no siempre hay detrás una alimentación ecológica”. La granja Ahuevo ofrece sus productos mediante una “elaboración artesanal, el respeto al medio ambiente, el uso de métodos tradicionales de producción y la transparencia de sus instalaciones”, defiende. López-Toribio asevera que cualquier persona puede visitar la explotación para saber qué está comiendo y recibir con pedidos o suscripciones sus productos cuando y donde quiera. “Se trata de ofrecer lo que los consumidores quieren: productos de calidad, sin conservantes y directamente donde quieran”, señala.
A través de un préstamo del ICO, este joven montó su granja en Castro del Río (Córdoba) y actualmente ya ha pagado deudas y consigue beneficios. Él razona que en estos tiempos de crisis ha conseguido vivir a través del autoempleo, pero asegura que se trata de un negocio duro que consume mucho tiempo. “Mucha gente de mi edad está buscando trabajo en las ciudades, pero desde el campo aún queda mucho que ofrecer y existen buenas oportunidades. Solo hay que ofrecer lo que el público demanda”, afirma. Sin procesos industriales y sin grandes explotaciones, Manuel ha conseguido formar parte de ese grupo de jóvenes que vuelve al campo a ganarse la vida.